Batalla de Ideas

24 noviembre, 2014

Navegando en la incertidumbre

Por Ulises Bosia. La incertidumbre es el elemento predominante a la hora de analizar la situación política hacia las próximas elecciones presidenciales, empezando por el final que permanece más abierto que en los anteriores casos de 2007 y 2011.

Por Ulises Bosia. La incertidumbre es el elemento predominante a la hora de analizar la situación política hacia las próximas elecciones presidenciales, empezando por el final que permanece más abierto que en los anteriores casos de 2007 y 2011.

En los nueve meses que restan hasta las PASO se tendrán que revelar una serie de incógnitas, que pueden ratificar o rectificar significativamente las actuales tendencias, por lo que la realidad aconseja la prudencia en los pronósticos. Los puntos a esclarecer son determinantes.

En primer lugar cuál será el esquema elegido por el oficialismo para afrontar las elecciones, si la unción de un único candidato o la apertura a la disputa en unas primarias. En función de esa decisión cuál será su candidato o los distintos aspirantes. Pero además cuál será el lugar que elija para sí misma Cristina una vez fuera de la Casa Rosada, aspecto que será toda una novedad para la democracia argentina, toda vez que la principal figura de la política vernácula no ocupará el cargo destacado por excelencia de un sistema presidencialista como el nuestro.

La actual fortaleza que muestra Scioli expresa una tendencia imaginada como ganadora para un sector importante del Frente para la Victoria. Ello ayuda al alineamiento interno, fundamentalmente en el marco de que las opciones alternativas sólo compiten por acumular en torno de sí mismas un capital político “kirchnerista puro”, pero están muy lejos de disputar realmente la interna.

Sin embargo, ni está asegurada la posición de Cristina en cuanto a la sucesión ni tampoco que el Frente para la Victoria con Scioli a la cabeza genere una tendencia claramente ganadora.

Mucho de ello depende también de las tres variantes opositoras principales –Frente Renovador, PRO y FAUNEN-, que ante la falta de un liderazgo claro oscilan entre una fragmentación funcional al kirchnerismo y una tendencia al rejunte que se parece más a una maniobra desesperada que a una alternativa de poder y gobernabilidad.

La negativa a priori a discutir cualquier reemplazo en la Corte Suprema de Justicia ante la renuncia de Zaffaroni reinstala el imaginario de la “máquina de impedir” que muy pocos frutos electorales le dio en el pasado y le regala al kirchnerismo la iniciativa política que, está demostrado, sabe utilizar muy bien.

Otro indicio reciente de la desorientación opositora fue la decisión del Foro de Convergencia Empresarial de renunciar a lograr un compromiso firmado por los candidatos presidenciables que establezca pautas comunes para cualquier gobierno en el 2015.

Esta entidad fue conformada por distintos sectores empresariales con el fallido objetivo de reunir al conjunto del poder económico para hacer posible el cumplimiento de su propia profecía: la llegada del “fin de ciclo” donde ellos iban a poder recuperar la manija de la gestión pública y sacarse de encima la mediación de un gobierno que también sostiene compromisos con otros sectores sociales. Pero tanto por las divisiones al interior de la clase dominante como por la decisión de repartir su apoyo entre distintos candidatos presidenciales, esos proyectos naufragaron.

Además la incertidumbre se extiende al propio calendario electoral, que con pocas excepciones, aún debe definirse en varios distritos fundamentales como Santa Fe o la Ciudad de Buenos Aires.

Y finalmente la propia situación económica no ofrece tendencias claras. Por un lado diciembre será clave desde el punto de vista de la lucha social para recuperar poder adquisitivo del salario en lo inmediato. Pero además, del mismo modo que todas las batallas de la lucha de clases de este año, también servirá para marcarle la cancha al poder económico sobre los retrocesos que la clase trabajadora no está dispuesta a asumir en el marco de un nuevo gobierno de tinte más conservador.

No es posible quedarse corto en la estimación de la importancia de la situación económica de cara al recambio presidencial como generadora del humor social que, especialmente en los grandes centros urbanos, puede volverse un problema serio para el kirchnerismo. La batalla por un sector de la clase media que oscila entre propuestas de “cambio con continuidad” y de “continuidad con cambio” será decisiva para cualquier candidato que intente conformar una mayoría.

Por otro lado, en enero podría reabrirse la negociación con los fondos buitres tras el vencimiento de la cláusula RUFO, situación que obligará al gobierno nacional a fijar una nueva posición, y a replantearse la posibilidad de un acceso pleno al mercado de capitales para aliviar la escasez de dólares. Eso le permitiría evitar tanto un programa de ajuste como uno de transformaciones estructurales del país, es decir, patear la pelota hacia adelante generando mejores condiciones económicas en lo inmediato pero agravando el peso de la deuda en el presupuesto público hacia el futuro.

Es difícil que la mayoría de estos interrogantes se resuelvan antes de fin de año, con lo que probablemente habrá que esperar hasta febrero y marzo para que el escenario se vaya delineando con mayor precisión. En cualquier caso, las principales tendencias por ahora resultan preocupantes y el escenario sombrío desde el punto de vista de los intereses del pueblo trabajador.

 

@ulibosia

 

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