Cultura

19 noviembre, 2014

La huella de Cemento

Por Lionel Martín. Creado por Omar Chabán, Cemento fue el templo under en el que dieron los primeros pasos bandas que luego serían las más convocantes del rock nacional. Aunque este mítico lugar sigue vivo en el recuerdo de varias generaciones, ya nada queda en el edificio de Estados Unidos 1234.

Por Lionel Martín*. Creado por Omar Chabán e inaugurado en julio de 1985, Cemento fue el templo de la cultura under, donde dieron los primeros pasos bandas que luego serían las más convocantes del rock nacional. Aunque este mítico lugar sigue vivo en el recuerdo de varias generaciones, nada de eso queda, a simple vista, en el edificio de la calle Estados Unidos 1234.

En plena primavera alfonsinista, este local ubicado en el barrio de Constitución, fue escenario de obras de teatro de vanguardia y recitales de cientos de bandas, entre ellas Sumo, Los Visitantes, Flema, Los Redondos, Divididos, Las Pelotas, Los Violadores, Ataque 77 y La Renga.

Me tocó conocer Cemento en su última década para ver a Las Pelotas, Divididos, Los Violadores y Superuva, en distintas fechas. Un galpón largo dividido en dos sectores. La barra estaba adelante y el escenario al fondo, al que se llegaba bajando los escalones de un pequeño pasillo. En las noches de calor, el vapor brotaba de los cuerpos en medio del pogo, llegaba hasta el techo y volvía en forma de gotera. Los baños eran un desastre pero nadie se indignaba, acaso era otra marca de la cultura rock de esos años.

Distintas personalidades de la música, al conocerse la muerte de Chabán, expresaron su reconocimiento al papel de éste como mentor del under y creador de uno de los espacios mas emblemáticos del rock, que durante casi dos décadas albergó bandas de los más variados estilos. Las puertas de Cemento también se abrieron para otros géneros musicales, desde la banda pop Miranda hasta Damas Gratis, pasando por el cuarteto de la Mona Jiménez.

Desde aquel 30 de Diciembre de 2004 Chabán fue más conocido como el inventor de Cromañón y todo lo anterior pareció quedar en el olvido. “Cuando fuimos a la casa de Chabán con Mata Violeta entendí todo, el vivía así, no era negligente con la gente, su casa estaba igual que Cemento”, declaró Érica García en su cuenta de Twitter. En 2006 bandas como Ataque 77, Intoxicados, 2 Minutos, Violadores o Todos Tus Muertos adhirieron a una solicitada en solidaridad con Chabán, ante lo que consideraban una “violenta distorsión de su imagen pública”. En la misma resaltaban su “militancia cultural” y pedían “un juicio justo y sin presiones”.

Sin caer en el cliché de recordar en forma mas benévola a une persona a partir de su muerte, es justo decir que, a pesar de que la Justicia encontró múltiples responsables, a la hora del reparto de la condena social, Omar Chabán fue la cara visible. “Claro que él fue parte importante en la cadena de responsabilidades de lo ocurrido aquella noche, de hecho él nunca lo negó pero lamentablemente lo estigmatizaron en base a prejuicios y desconocimiento. El tipo le dio mucho al rock, mucho más de lo que muchos ahora le reconocen. Era más fácil meter las culpas de muchos en un sólo cuerpo y ese cuerpo acusó el impacto y se marchitó”, expresó en Facebook Eduardo Sempé, fundador de “Rock & Reggae”, la productora de las “Fiestas Clandestinas”.

La última vez que pisé Cemento fue a mediados de 2004 cuando se hizo una Fiesta la agrupación universitaria TNT, eventos conocidos por ofrecer cerveza libre toda la noche con una entrada a 5 pesos. En esa oportunidad pude ver al propio Chabán sirviendo cerveza detrás de la barra pasadas las 5 de la madrugada, momento en el que los organizadores ya querían cortar el expendio.

Cemento no volvió a abrir después de Cromañón. Años mas tarde, caminando por la calle Estados Unidos al 1200, reconocí el lugar. Hoy la fachada de aquel edificio está pintada de blanco. Lo que hoy es la entrada principal de un garage del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, hace diez años atrás era la salida de emergencia de Cemento. Al costado de la actual entrada, sobre el revoque de la pared se llega a distinguir el espacio en el que entonces estaba la ventanilla donde vendían las entradas. Un poco mas a la derecha, estaba la puerta por donde se ingresaba, hoy también tapiada.

Las polémicas sobre la figura de Omar Chabán seguirán abiertas, pero sería sano y sincero recuperar a Cemento del baúl de los recuerdos, una historia que, con lo bueno y lo malo -incluyendo imprudencias-, no le pertenece sólo a su creador. Como mínimo, un cartel debería alertar a los desprevenidos que caminan por esa vereda que ahí se vivieron dos décadas de nuestro rock.

 

* Periodista de Radio Sur FM 88.3

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