El Mundo

31 octubre, 2014

Se realizó en el Vaticano el Encuentro Mundial del Movimiento Popular

Se llevó adelante en el Vaticano el Encuentro Mundial del Movimiento Popular. Durante 3 días organizaciones sociales debatieron en Roma junto a intelectuales, integrantes de la iglesia y el Papa Francisco, sobre tierra, trabajo y vivienda.

Entre el 27 y el 29 de octubre se llevó adelante en el Vaticano el Encuentro Mundial del Movimiento Popular. El mismo contó con la presencia del Papa Francisco, 100 representantes de movimientos y organizaciones sociales de todo el mundo, así como miembros del Pontificio Consejo Justicia y Paz y la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.

Los ejes propuestos para trabajar durante los 3 días en paneles y talleres fueron: tierra, trabajo y vivienda. Se abordaron también cuestiones vinculadas a la violencia y la guerra, como las agresiones al pueblo Palestino por parte del Estado de Israel, y la situación que vive el pueblo Kurdo, junto a temáticas como el cambio climático y las distintas formas de violencia hacia las mujeres.

Entre las organizaciones que dijeron presente en el encuentro estuvieron: el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, los cartoneros de Argentina, representados en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), migrantes, personas que viven en asentamientos, así como desalojados, e indígenas.

Quien también fue parte de estas jornadas fue el presidente de Bolivia, Evo Morales, pero en calidad de dirigente indígena. Durante su estadía en Roma, Morales dictó una conferencia titulada “Plurinacionalidad, Estado y Movimientos Populares”, en la Academia Pontificia.

Según sostuvieron los movimientos sociales en su declaración final, durante el encuentro se buscó trabajar en los debates “siempre desde la perspectiva de los pobres y los pueblos pobres, analizando las causas estructurales de la desigualdad y la exclusión, desde su raigambre sistémica global hasta sus expresiones locales”.

A raíz de la participación del MST, uno de sus dirigentes, João Pedro Stédile, señaló: “Como MST y Vía Campesina, nos sumamos a este esfuerzo porque consideramos una oportunidad histórica de hacer converger los esfuerzos de los movimientos populares en diálogo con el Vaticano y el Papa, y la doctrina social de la iglesia, para mirar, sin preconceptos, hacia la realidad, intentar entender los desafíos que el capitalismo está imponiendo a toda la humanidad, y buscar salidas comunes”.

Juan Grabois, dirigente de la CTEP, también se refirió al encuentro y afirmó: “El hecho de que tantos luchadores y luchadoras sociales nos podamos reunir aquí es una alegría sin precedentes, es un abrazo que nos da Francisco y que nos fortalece para seguir adelante en nuestra convicción activa de que un mundo mejor es posible”. Grabois agregó por otro lado que si bien Francisco ocupa hoy otro rol diferente al que ocupaba en Argentina, continúa siendo el mismo de antes, y desde su lugar realiza una convocatoria a los pueblos pobres desde una perspectiva universal.

En diálogo con Notas, el Doctor en Sociología, Fortunato Mallimaci, indicó que este tipo de encuentros no son novedosos y que la Iglesia Católica viene sosteniendo relaciones durante décadas con dirigentes sociales y obreros.

Para Mallimaci “lo que hace Francisco es una línea más de esa idea de presencia en lo popular, entendiendo lo popular como los sectores más vulnerables del capitalismo, que a su vez son los que menos organizados están”. Las condiciones de posibilidad para este tipo de encuentros, analizó, están dadas por el hecho de no existir expresiones partidarias a nivel mundial que puedan convocar a estos sectores.

Sin embargo, para este investigador en sociología de la religión, “en ningún momento hay una mirada crítica del capitalismo, sino de algunos aspectos del mismo como el dinero o el lucro, no así de los mecanismos que producen la explotación”, lo cual termina articulando un discurso policlasista donde estos sectores se sienten representados.

Para Mallimaci las posibilidades de realizar este tipo de encuentros vienen dadas por la desaparición del comunismo tras la guerra fría, que le brinda a la Iglesia una posibilidad de poder hacer escuchar su discurso y expandirse, con la cual antes no contaba.

Este discurso incluye en América Latina tierra para los campesinos y trabajo digno para los sectores obreros. En Argentina esta tarea es llevada adelante por la Iglesia desde la década del 30’. “Por un lado se quiere seducir al Estado, pero por debajo se convoca a trabajadores, a estudiantes, a inmigrantes, a segunda generación de inmigrantes, diciéndoles ‘ser católico es igual a ser argentino’. Esa es una tarea de inclusión enorme”, concluyó Mallimaci.

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