Dilma Rousseff dialogará con la oposición para impulsar la reforma política

En declaraciones televisivas, la recientemente reelecta presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sostuvo que impulsará la reforma política tan reclamada por la sociedad brasileña acordando con los principales referentes de la oposición.

«Hay que discutir cuál vía o fórmula es mejor, aunque ahora consideró muy difícil que se convoque a un referendo», sostuvo Rousseff al manifestar la disposición de discutir este tema con los principales líderes de la oposición, entre ellos el derrotado Aécio Neves.

La necesidad de una reforma política es un planteo de millones de brasileños. Previo a las elecciones presidenciales la Campaña por una Asamblea Constituyente, Soberana y Exclusiva impulsó un plebiscito popular en el que votaron 10 millones de personas. Allí planteaban terminar con el financiamiento empresario a las candidaturas y por equidad de género en las boletas electorales; elecciones proporcionales a la cantidad de población y la puesta en marcha efectiva de mecanismos de democracia directa.

Este reclamo fue asumido por el Partido de los Trabajadores como promesa de campaña principalmente en la segunda vuelta. Habrá que ver si no fue solo una promesa de campaña, considerando que poco tiempo atrás y en 12 años de gobierno, jamás se había planteado una reforma de este estilo.

Ante la consulta de si hacer un referéndum o un plebiscito al respecto la mandataria brasileña respondió que «no interesa mucho si es una cosa u otra, lo principal es llevar a cabo cambios en la legislación para acabar con la financiación de las campañas políticas por los empresarios y crear las condiciones para un nuevo ciclo de desarrollo económico».

Según la Constitución de Brasil, en un plebiscito los ciudadanos son consultados sobre cada punto de un tema en cuestión y responden sí o no. Los resultados obtenidos son después aprobados y convertidos en ley por el Congreso. En un referéndum, en cambio, el Congreso discute y aprueba una legislación y la población es convocada para aprobar o rechazar lo elaborado en ese cuerpo legislativo.

Las declaraciones de la jefa de Estado se dieron después de que varios parlamentarios brasileños, de distintos partidos políticos, manifestaron desacuerdo con la propuesta de impulsar una reforma política en el país.