26 octubre, 2014
Perpetua por genocidio a 15 represores que actuaron en La Cacha
Además sentenciaron a 12 y 13 años de prisión a otros acusados y absolvieron a uno. Investigaron crímenes de lesa humanidad contra 128 personas. Entre las víctimas está Laura Carlotto, hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.

Además sentenciaron a 12 y 13 años de prisión a otros acusados y absolvieron a uno. Investigaron crímenes de lesa humanidad contra 128 personas. Entre las víctimas está Laura Carlotto, hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata condenó a prisión perpetua a 15 de los 21 represores juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”, que funcionó en la localidad de Olmos de la capital provincial. Además, el campo de exterminio operó como una maternidad clandestina. La Fiscalía había pedido la pena de prisión perpetua para 18 acusados.
La sentencia la definieron los jueces Carlos Rozanski, Pablo Vega y Pablo Jantus, quienes condenaron a los imputados por los delitos de homicidios calificados, privación ilegal de la libertad agravada y tormentos “en el genocidio perpetuado durante la última dictadura cívico militar”. Los condenados “intervinieron en la matanza de miembros de un grupo nacional y en el sometimiento intencional del grupo para su destrucción física total y parcial”.
La sentencia se conoció en la sede de la ex AMIA, donde desde diciembre de 2013 se juzgó a los 21 represores por las detenciones ilegítimas de unas 128 personas alojadas en ese centro clandestino. Entre las víctimas está Laura Carlotto, hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto.
Según el veredicto, por unanimidad se le aplicó la máxima pena al ex ministro de Gobierno bonaerense, James Lamont Smart y al director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolatz.
La misma pena se le aplicó a Gustavo Cavicio, Roberto Armando Balmaceda, Ricardo Armando Fernández, Emilio Alberto Herrero Anzorena, Pedro Anselmo Palavezzati, Miguel Angel Amigo, Jorge Héctor Di Pasquale, Carlos María Romero Pavón y Carlos del Señor Hidalgo Garzón, todos miembros del ex destacamento de Inteligencia 101 del Ejército.
También se condenó a prisión perpetua a los ex agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense, Héctor Raúl Acuña e Isaac Crespín Miranda, y a los ex policías de la provincia de Buenos Aires, Horacio Elizardo Luján y Julio César Garachico.
En tanto, el Tribunal condenó a Juan Carlos Herzberg a 12 años de prisión; a Rufino Batalla, Raúl Espinoza y Claudio Grande a 13; se absolvió por mayoría a Luis Orlando Perea y dejó en suspenso la pena de Eduardo Gargano debido a que presentó un informe médico que lo declara inimputable.
En la audiencia, la Justicia exhortó también a los Poderes Ejecutivos Nacional y provincial a exonerar a los condenados, a suspenderles los beneficios de la jubilación o retiros y a que desafecten los inmuebles donde funcionó La Cacha y la Dirección de Inteligencia del Ejército para transformarlos en museo de la memoria.
El centro clandestino de detención La Cacha estaba ubicado entre las calles 191, 196, 47 y 52 de la ciudad de La Plata, contiguo al penal de Olmos y en las antiguas instalaciones de Radio Provincia. Funcionó desde 1976 a 1978 y además operó como una maternidad clandestina para las detenidas que se encontraban embarazadas. Se lo denominó de esa manera porque los represores se jactaban en decir: «Estás en La Cacha de Cachavacha, la bruja que desaparece gente», en referencia al personaje del dibujo animado Hijitus de Manuel García Ferré.
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