21 octubre, 2014
“Es importante que la juventud se apodere del semblante de Mariano”
A cuatro años del asesinato de Mariano Ferreyra por parte de la burocracia sindical, Notas dialogó con Pablo, su hermano y legislador por la Ciudad de Buenos Aires. En esta primera parte: el ejemplo de Mariano para la juventud, el juicio por su asesinato y el recuerdo de su hermano.

A cuatro años del asesinato de Mariano Ferreyra por parte de la burocracia sindical, Notas dialogó con Pablo, su hermano y legislador por la Ciudad de Buenos Aires. En esta primera parte: el ejemplo de Mariano para la juventud, el juicio por su asesinato y el recuerdo de su hermano.
Durante la jornada del lunes, donde se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Mariano se realizaron diversas actividades. “Hay actividades que organizan los compañeros del Partido Obrero (PO) en el lugar donde murió Mariano y en Plaza de Mayo también. Nosotros hacemos más algo vinculado a la familia, a Seamos Libres y al CELS”, comentó Pablo.
El lunes por la mañana se puso una placa en la calle Pedro de Lujan, donde Mariano fue asesinado. Esto fue así debido a que la Ciudad de Buenos Aires “tiene una reglamentación que tienen pasar diez años de la muerte de alguien para poner su nombre a una calle. Entonces ya pusimos nuestra placa para dejar asentada nuestra intención de lo que va a ser en el futuro cambiarle el nombre a la calle”.
Por la tarde en Avellaneda se realizó un festival donde sí se le cambió el nombre a la calle General Bosch, por donde transitó Mariano ese día, y se realizó un festival. Finalmente este martes se presentará un libro que se llama “La tercerización laboral”.
El mismo fue compilado por Victoria Basualdo de FLACSO y Diego Morales del CELS. Según Pablo Ferreyra “el libro surgió como la necesidad de tener un insumo en la causa judicial por el crimen de Mariano que permita explicar a los jueces la problemática de la tercerización. No había demasiado material al respecto y estos dos compañeros decidieron armar, junto conmigo y otros sectores de diferentes experiencias del movimiento obrero, este libro donde muchos académicos aportaron capítulos para poder desentrañar el problema de la tercerización”.
– ¿Qué significa para la juventud argentina el asesinato de Mariano Ferreyra?
– Yo a veces busco que podamos debatir esto fuera de las posiciones político partidarias que muchas veces limitan el debate. Me parece que siempre hay que reivindicar a Mariano como un luchador socialista, militante del PO. Pero que es necesario que esa figura se pueda complejizar, para poder reconstruir las contradicciones que tiene el sistema que han llevado al asesinato de Mariano. El sindicalismo empresario, el encubrimiento de la policía. El rol de la Justicia. Más allá de que la Justicia ha actuado de manera ejemplar en el caso, todavía no hay ratificación por parte de Casación de las condenas.
La causa de sobornos que se desprenden del asesinato de Mariano. Un presunto soborno que iba destinado a Eduardo Riggi un juez de la sala 3 de casación penal. Un soborno que instrumentaba Pedraza a través de agentes de la ex side no ha sido investigado con seriedad. No se ha imputado a Eduardo Riggi, por ser núcleo central de la corporación judicial, donde acumulo una cantidad de poder impresionante desde la dictadura militar hasta ahora. Donde más de 20 jueces que tenían que abordar la causa se han excusado por cuestiones personales.
Para cada sector de la juventud, para los diferentes sectores políticos, Mariano puede representar muchas de estas cuestiones, desde la lucha contra la tercerización hasta la violencia institucional. Mostrar las contradicciones entre los casos de Mariano y Luciano Arruga, entre un caso que avanzó muy rápidamente y un caso que estuvo en la sombra de la impunidad durante seis años y ahora se lo quiere presentar como un accidente de auto.
Más allá de la reivindicación partidaria de Mariano, es importante que otros sectores de la juventud se apoderen de ese semblante de Mariano, de las cuestiones que pueden reivindicar de Mariano. El no tener más tolerancia para con la muerte joven y con la impunidad, es el principal acuerdo.
– En cuanto al juicio vos te mostraste conforme con la sentencia ¿Qué implicó el mismo para la sociedad Argentina?
– Yo me mostré conforme con la sentencia, lo señalé como algo positivo. No eran las penas que habíamos pedido, pero me pareció que juzgar a alguien de la talla de Pedraza, que se condene efectivamente la responsabilidad de Pedraza en el asesinato de Mariano es algo que no tiene parangón en la mayoría de los juicios sobre asesinatos de militantes populares, donde generalmente el actor intelectual queda ocultado.
Hubo obviamente voces disonantes, gente que no está satisfecha, pero en general hubo una sensación de reparación cuando se ve que la justicia avanza rápido, donde uno ve una investigación seria que enseguida empieza a encontrando a los responsables materiales e intelectuales. Se llega rápido al juicio oral, que es muy importante, ya que para los familiares la reparación va a ser más efectiva. A diferencia del caso de Arruga, donde sucede todo lo contrario.
Y tercero, las penas, más allá de las diferencias, son las penas que existen en nuestro país. La perpetua son 25 años, a Pedraza le dieron 15. Para los compañeros del PO la sentencia no es para nada suficiente, pero me parece que el clima general fue de victoria popular en este aspecto, por la condena social que recibió Pedraza y compañía. Y es lo que generó que se haya aceptado de manera positiva.
No tolerar un crimen de esas características frente a una figura totalmente digna como la de Mariano que estaba luchando por los derechos de los trabajadores tercerizados. Por su juventud, por lo que simboliza en esta época. Donde el mismo partido de gobierno reivindica a la juventud como bandera, reivindica políticas que sostiene la militancia, reivindica, al menos en sus orígenes, la política de no represión. Todo esto generó que haya una condena social muy grande, que muy pocos sectores tomaron posturas reaccionarias frente a lo que sucedió, y que incluso sectores de la izquierda, más allá de sus diferencias, hayan comprendido el valor de las condenas a los jerarcas sindicales.
– ¿Qué es lo que más recordás de Mariano?
– Me cuesta mucho hablar en términos personales de él. Y en algún momento cuando me preguntan eso, le explico lo que es vivir la mayor parte de mi vida con él. Es muy difícil frente a una imagen pública, que se ha ido del alcance de mis manos, poder explicar que se siente.
Intento siempre recordar cosas cotidianas que lo muestran absolutamente humano y accesible. No hay un superhumano sin contradicciones por detrás de la figura de Mariano. Mariano era una persona profundamente cariñosa. Era muy reservado. Cuando uno accedía a su núcleo más interno era muy divertido. Y era una persona profundamente comprometida con su militancia.
Militaba desde los 14 años. Una vida dedicada a la militancia política, sus aspiraciones estaban puestas ahí también. Era una persona como nosotros. Si me parece que era un compañero tolerante para con nuestras diferencias. Resistió mi partida del PO. Discutíamos sobre política nacional, teníamos grandes diferencias. Pero también nos divertíamos mucho. En general él era súper tolerante, a diferencia de muchos sectores dentro de la izquierda (risas).
Estudio teatro de chico, lo cual lo hizo salir de ese rol extrovertido. Lo hizo una persona mucho más empática. Le gustaba mucho la lectura. Salía un poco de la lectura más inmediatamente política. Leía a Cortázar. Le gustaba mucho el cine, que también era un punto de acuerdo y desacuerdo. Disfrutábamos mucho eso. Podíamos estar una noche entera divagando y mirando videos en Youtube riéndonos mucho. Uno nunca espera la tragedia a la vuelta de la esquina. No hay forma de resumir lo que era Mariano. Por eso lo que digo cuando me preguntan es que era una persona muy desordenada, mucho más que yo, y que eso me exasperaba (risas).
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