Batalla de Ideas

14 octubre, 2014

El laberinto del FAUNEN

Por Ulises Bosia. A un año de las elecciones presidenciales, hablar del FAUNEN lleva directamente a discutir las estrategias electorales de Massa y Macri, lo cual expresa de manera transparente la crisis en la que se encuentra el frente liberal-republicano.

Por Ulises Bosia. A un año de las elecciones presidenciales, hablar del FAUNEN lleva directamente a discutir las estrategias electorales de Massa y Macri, lo cual expresa de manera transparente la crisis en la que se encuentra el frente liberal-republicano.

Como en la cautivante película de Guillermo del Toro, es casi imposible discernir qué parte del FAUNEN pertenece a la realidad y qué parte a la fantasía. Cuando parecía que sus principales impulsores habían logrado un poco de calma después de meses de una discusión autoflagelante sobre la conveniencia o no de una alianza con el Pro, la foto de Gerardo Morales con Sergio Massa reabrió la herida.

Es que Morales no es cualquier dirigente radical. Además de ser candidato a la gobernación de Jujuy, es el jefe del bloque de senadores nacionales de la UCR, y por lo tanto un dirigente nacional. De manera que pese al intento de reducir el tema a un problema provincial, es inevitable que haya generado un sacudón.

Morales pretende aprovechar el apoyo de Massa para intentar arrebatarle la provincia al Frente para la Victoria, que se encuentra dividido entre los partidarios del gobernador Fellner y los seguidores de Milagros Sala, dirigente de la omnipresente Tupac Amaru.

Pero la cosa no queda allí. Serían siete más las provincias en las que Massa pactaría con dirigentes locales de la UCR: La Rioja, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Formosa, Catamarca, Tucumán y Chaco. Si bien se trata de distritos electorales relativamente pequeños a la hora de sumar votos para una candidatura presidencial, en todas ellas la UCR cree que puede dar pelea por la gobernación.

Desde el punto de vista de las dirigencias provinciales radicales, estos acuerdos tienen un sentido. La UCR gobierna hoy solamente Corrientes, en lo que es su piso más bajo desde la vuelta de la democracia, excluyendo por supuesto al “radicalismo K consecuente” encabezado por el santiagueño Zamora, que si bien proviene de la UCR, está totalmente integrado en el oficialismo.

Sobre la base de que las encuestan le dan la espalda a cualquiera de los precandidatos presidenciales del FAUNEN, no parece descabellado apostar a recuperar la fortaleza del partido alcanzando el gobierno en varias provincias, a costa de minar sus ya reducidas posibilidades nacionales en el 2015 y en todo caso prepararse para el 2019.

Sin embargo, la contrapartida de este movimiento implica por un lado blanquear la debilidad enorme de la UCR, convertida en una suerte de coalición de caciques provinciales, y por otro lado poner en peligro la renovación de las bancas de diputados y senadores nacionales que hoy lo mantienen como el segundo partido político más importante en el Congreso de la Nación.

En los principales distritos electorales, sin embargo, la situación es diferente según cada caso.

En la Ciudad de Buenos Aires, bastión del macrismo, el FAUNEN acumula la experiencia de las elecciones del año 2013 y la situación se presenta como una competencia entre estos dos sectores conservadores, dejando al kirchnerismo en un cómodo tercer lugar.

En Córdoba, donde el radical Mestre gobierna la capital y De la Sota la provincia, el senador Juez opuesto a ambos dirigentes plantea abiertamente la posibilidad de que el FAUNEN pueda unirse con el PRO del ex árbitro Baldassi para generar una tercera opción competitiva.

En Santa Fe el Frente Progresista Cívico y Social integrado principalmente por el Partido Socialista y la UCR gobierna la provincia y para revalidar su mandato deberá enfrentarse tanto al cómico Miguel Del Sel enrolado en el PRO como al peronismo que aún no definió su fisonomía.

Y finalmente en la provincia de Buenos Aires, el principal problema del FAUNEN es encontrar una candidatura que pueda superar a la dirigente del GEN Stolbizer o al hijo del ex presidente Alfonsín.

Los reiterados intentos de los dirigentes nacionales de FAUNEN de mostrarse unidos difícilmente tenga éxito en este marco. Sin embargo, también es cierto que para proyectos políticos unipersonales como los de Carrió y Solanas o grupos políticos que se sostienen casi exclusivamente desde la gestión parlamentaria como el GEN, una eventual implosión del FAUNEN equivale a saltar al vacío político.

Massa y Macri en busca de un plafón nacional

Lo cierto es que el debate del FAUNEN deja en claro que tanto Macri como Massa están en una situación mucho más dinámica. Ambos candidatos tienen un mismo desafío si quieren disputar realmente la presidencia: construir un respaldo nacional a sus candidaturas. Pero sus estrategias son diferentes.

El caso del PRO es más interesante porque es el intento de construir una nueva fuerza política por fuera de las estructuras tradicionales, con las dificultades que ello implica. Si hace cuatro años el macrismo sólo tenía entidad hacia dentro de la General Paz, al día de hoy logró un desarrollo considerable en distintas provincias del país.

Lo hizo apelando a su mejor recurso: la incorporación a la política de figuras ajenas a ese mundo, en especial de deportistas o personajes del espectáculo: los mencionados Baldassi y Del Sel en Córdoba y Santa Fe, Mac Allister en La Pampa y ahora, según parece, Ramón Díaz en La Rioja, son los casos más destacados.

Su talón de Aquiles continúa siendo la provincia de Buenos Aires, donde está trabajando para instalar como candidata a gobernadora a Vidal, actual vicejefa de gobierno porteña, pero corre muy por detrás de las demás fuerzas políticas.

Massa en cambio se mueve al interior de las estructuras tradicionales. Así como busca aprovechar las necesidades de los dirigentes provinciales de la UCR y de otros sectores como el gobernador de Río Negro, también pretende acordar con los sectores del peronismo que se encuentran por fuera del Frente para la Victoria, para lo que busca consolidar alianzas con De la Sota y los hermanos Rodríguez Saá.

Por otro lado, logró incorporar a cuadros políticos del establishment como Lavagna o De Mendiguren y a un sector del sindicalismo peronista cuya figura más destacada es Facundo Moyano, lo que le da una mayor amplitud.

Los tres grandes sectores de la oposición se mueven entre el intento de seducir al poder económico y la apuesta a ganar la “interna opositora” a como dé lugar, para llegar a una segunda vuelta en la que podrían canalizar el clima social de “fin de ciclo” que ellos mismos pronostican.

 

@ulibosia

 

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