24 septiembre, 2014

El periodismo en tiempos de farsa

Durante la noche del martes y en sincronía con la confirmación del violento final de Melina Romero, la joven desaparecida desde hace un mes, Mauro Viale entrevistaba en su programa al hombre que intentó robarle a un turista en La Boca. Medios, estigmatización y lapidaciones virtuales.

Durante la noche del martes y en sincronía con la confirmación del violento final de Melina Romero, la joven desaparecida desde hace un mes, Mauro Viale entrevistaba en su programa al hombre que intentó robarle a un turista en La Boca. Medios, estigmatización y lapidaciones virtuales.

Durante los últimos días fue difícil esquivar las miles de imágenes que los televisores emanaban. La mochila, el motociclista, el joven ciclista escapando mientras balbuceaba unas cuantas palabras en inglés. Luego, los comentarios. Tanto en las redes sociales como en los paneles (de programas de espectáculos, noticieros, resúmenes televisivos, etc.) se erigía una coincidencia: el motochorro debía pagar. No importaba lo que dictaminara la Justicia ni si el robo efectivamente había llegado a ser consumado: Gastón Aguirre, quien inmeditamente después de que se difundieran las imágenes grabadas por la cámara GoPro del turista fuera escrachado en las redes virutales, debía ser condenado a muerte.

El recorrido fue vertiginoso, casi guionado. A fines de agosto Alexander Hennesy, un turista canadiense que posee un popular canal de You Tube donde sube cada tramo de un viaje que hace alrededor del mundo junto a un amigo como parte del proyecto “Global Degree”, recorría la bicisenda de la calle Irala en La Boca cuando fue interceptado por un hombre en motocicleta. Es allí donde logró filmar a Gastón Aguirre, de 33 años, intentando asaltarlo con una pistola. Luego de resistirse, Alexander logró escapar de la situación y Aguirre huyó. Pocas semanas después las imágenes del intento de robo llegaron a internet, donde no tardó en convertirse en uno de los virales más populares del momento, dando lugar a memes, imitaciones e incluso un videojuego on-line. Sin embargo, no todo fueron divertidas reinterpretaciones del hecho.

La primera piedra

La sociedad está atravesando un profundo debate y los medios poco hacen por aportar una mirada que lo complejice. Szifron, Cutzarida, el siempre presente Feinmann e incluso dirigentes estudiantiles de partidos tradicionales de izquierda dieron el presente en su interpretación de un tema tan escurridizo como el de la mal llamada “inseguridad”. El agitado panorama político en vistas de 2015 y una crisis económica que comienza a resquebrajar cimientos que se mostraban firmes ponen en la mesa temas que interpelan fibras sensibles de una sociedad que, si ciertos protectores del status quo no se cuidan, no dudará en pisar las calles.

Al (casi) no estar editado el contenido registrado por la GoPro, todo está a la vista. Así fue como uno de los 6 millones de usuarios que vieron el video pudo verificar la patente de la moto del hombre que intentó asaltar a Hennesy y colgó en Facebook su nombre, apellido, DNI y domicilio particular. Poco tiempo pasó antes de que su foto comenzara a dar vueltas en la red, dándole rienda suelta a los justicieros que quisieran ejercer el ojo por ojo respecto de un hecho que ni llegó a ocurrir. Sin pensar antes quién pudiera estar emparentado con el enemigo público número 1 del momento, las cámaras lograron dar con María Cosuelo, la esposa del acusado. En una entrevista en el canal América, visiblemente conmovida, dijo estar “durmiendo con un ojo abierto para ver que no le prendan fuego la casa”, algo que no sorprendería a nadie que recuerde la ola de linchamientos que tuvo lugar en varios lugares del país meses atrás.

Reticentes a profundizar en acerca de cuál sería la pena que le cabría a una “tentativa de robo”, numerosos usuarios de Facebook y Twitter pedían por la cabeza de Aguirre, tras enterarse que la fiscal a cargo del caso, la jueza María Servini de Cubría, lo había dejado libre. Pocos días después, y a modo de “precuela”, la Policía Metropolitana difundió un video en el que se ve al acusado siendo detenido por una supuesta tenencia de marihuana, caso por el que más tarde sería liberado por falta de pruebas, lo que le permitiría intentar asaltar a Hennesy días después.

Ni lento ni perezoso, Mauro Viale logró dar con él y lo invitó a su programa la tarde del último martes. Allí Aguirre hizo un recorrido por las tres causas por las que fue detenido, encarcelado y cumplió condena y explicó el desarrollo del intento de robo por el que se hizo tristemente célebre. Repetidamente interrumpido por el periodista, también logró relatar que trabajaba de mensajero en una panadería con la motocicleta que se vio en el video y que a través del robo intentaba conseguir dinero para lograr ver a su hijo, quien cumplía años al día siguiente de su encuentro con el turista. En ningún momento justificó el hecho, aunque dijo estar arrepentido de no haber notado que estaba siendo registrado por la GoPro del canadiense, razón por la cual el hecho fue difundido y hoy se quedó sin trabajo.

“Yo no quiero que me feliciten, pero sí que piensen lo que están diciendo ellos mismos. Porque ellos están diciendo ‘hay que matarlo, hay que darle balazos’, pero cuando vos me vengas a dar los balazos a mí, ¿en que papel vas a quedar vos? Fuiste a matar también”, respondió Aguirre cuando se le preguntó sobre las opiniones que levantó en las redes sociales. Luego de eso denunció que la marihuana por la que fue detenido días antes del Turistagate fue “plantada” por la propia Metropolitana. La causa fue desestimada por la jueza Servini de Cubría por falta de pruebas.

El chorro que la prensa no corta

No es casual que la entrevista haya sido atravesada casi todo el tiempo por un duplex que mostraba un pastizal. En ese pastizal había sido encontrada muerta Melina Romero, la joven desaparecida hace un mes. Gastón y Melina, sin conocerse y sin haber cruzado sus historias, comparten un mismo estigma: el de ser pobres. Antes de conocer su vida y sus actos concretos, los que lo llevaron a las abrasadoras luces de los medios, ya habían sido etiquetados por los medios hegemónicos: una puta y un chorro. Una, casi que tuvo la culpa de ser asesinada. Otro, debería serlo. Cuando es el miedo el que escribe, la que pierde es la verdad.

Ivan Soler – @VanSoler

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