Nacionales

18 septiembre, 2014

Gatillo fácil: 14 años de prisión para el asesino de Lautaro

A Lautaro Bugatto lo mató por la espalda el exoficial David Benítez en 2012. Estaba fuera de servicio y perseguía el robo de un ciclomotor. Disparó siete veces sin dar la voz de alto. Tenía antecedentes por violencia doméstica.

A Lautaro Bugatto lo mató por la espalda el exoficial David Benítez en 2012. Estaba fuera de servicio y perseguía el robo de un ciclomotor. Disparó siete veces sin dar la voz de alto. Tenía antecedentes por violencia doméstica.

«Siete tiros», coincidieron todos los testigos. Siete tiros se escucharon la madrugada del 6 de mayo de 2012 en la esquina de Monteverde y Pedro Goyena, Almirante Brown. Uno de ellos, el primero, impactó en la espalda de Lautaro Bugatto, de 20 años, y lo mató. Los disparos habían sido efectuados por David Benítez, un expolicía bonaerense que estaba fuera de servicio y que nunca dio voz de alto. El miércoles el Tribunal Oral Criminal (TOC) N°10 de Lomas de Zamora, con los jueces Daniel Julio Manzini, Susana Silvestrini y José Ignacio Polizza, lo condenó a 14 años de prisión efectiva y con detención inmediata. La fiscalía había pedido doce y la querella veinte.

Aquel sábado de otoño Alicia Giardina había amasado pizzas y su hijo Lautaro, que jugaba en las inferiores de Banfield y estaba a préstamo en Tristán Suárez, se preparaba para salir a bailar con amigos. Estaba subiendo al auto en el que lo habían pasado a buscar cuando el Renault 12 en el que venían Benítez y su esposa se precipitó: perseguían, según dijeron, el robo de un ciclomotor. Los ladrones ya habían escapado, pero el exoficial igual disparó en todas las direcciones. Dos veces dentro de su auto, cinco más afuera. Una de esas balas le perforó el pulmón a Bugatto, que murió minutos más tarde en el hospital. «Mamá, me pegaron un tiro», llegó a decir el joven mientras sus amigos, familia y vecinos intentaban socorrerlo. Benítez, por el contrario, con el arma todavía en la mano y apuntando a uno de sus compañeros amenazó: «Callate hijo de puta o te tiro a vos también».

Irregularidades

En un principio la causa estuvo envuelta en una serie de irregularidades en beneficio de Benítez, cuyos abogados insistieron en la carátula de “exceso de legítima defensa“. Prueba de ello fue la manipulación del Renault 12 para abonar la teoría policial del “tiroteo“: las primeras pericias habían comprobado que el auto estaba intacto y, por razones que se desconocen, lo devolvieron a la familia.

Cuando la Justicia lo supo allanó la casa de los Benítez y lo volvió a incautar: ahora tenía dos orificios visibles que el perito contratado por Benítez identificó como “accidentes balísticos“. Según los peritos oficiales, en cambio, estaban hechos con un objeto punzante. Gonzalo, el hermano del joven asesinado, denunció que además de descuidar la escena del crimen intentaron ocultar un testigo clave. En la UFI 6 ya se inició una causa paralela para investigar la manipulación de pruebas.

Militar con antecedentes por violencia de género

Durante el juicio el fiscal Bettini Sansoni le preguntó al acusado: “¿Usted tiene antecedentes?». Benítez negó, pero el fiscal insistió: “¿Tiene antecedentes por violencia doméstica?». Entonces Sansoni sacó de su bolso un expediente, que pidió fuera considerado por el tribunal, por lesiones contra Andrea Celeste Cerda, la pareja de Benítez. El legajo era de 2003 y se tramita en la justicia de Quilmes. Otra de las sorpresas durante el proceso fue la de su pasado militar: Beniítez sirvió durante cuatro años en al Policía Bonaerense 2, pero antes había estado diez años en el Ejército, en la Infantería.

Violencia institucional

Faltaban 15 días para que Lautaro debutara en primera cuando la bala de Benítez lo mató. Su asesinato fue uno de los hechos que impulsaron la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional, lanzada el 12 de junio de 2012 en el Congreso.

“Sería importante que se retome el debate sobre la portación de armas por parte de efectivos fuera de servicio», dijo Leonardo Rebolino, coordinador nacional de la Campaña. En los hechos de violencia institucional con participación de las fuerzas de seguridad, un 49% de las víctimas murió por disparos de policías que estaban en servicio, mientras que otro 44% lo hizo por obra de policías que estaban de franco o retirados (un 9% de los casos). Sólo en Capital Federal y Conurbano Bonaerense en los últimos 10 años murieron al menos 1.286 personas civiles en hechos de violencia institucional con participación de integrantes de fuerzas de seguridad

Grafico Cels violencia policial

“El caso presenta patrones típicos de uso de la fuerza por un efectivo que, estando fuera de servicio, hace un uso abusivo de su arma reglamentaria en defensa de su propiedad privada», describió el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en su informe sobre derechos humanos de 2013.

“¡Lautaro presente!», fue el grito que se escuchó en la sala luego de la lectura de la sentencia. “Te amo, hijo», dijo su mamá conmocionada al igual que la mayoría de los presentes. “Más allá de la conformidad con el fallo, la ausencia de Lautaro es irreparable», agregó su hermano.

 

Carolina Rosales Zeiger – @caroerrezeta

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