10 septiembre, 2014
Los becarios de la UBA contra la degradación salarial
Los becarios de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se encuentran sosteniendo una dura disputa. El origen del conflicto, está en las precarias condiciones laborales que dicha universidad brinda a sus trabajadores.

Los becarios de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se encuentran sosteniendo una dura disputa. El origen del conflicto, está en las precarias condiciones laborales que dicha universidad brinda a sus trabajadores.
Los jóvenes científicos están reclamando una recomposición salarial que equipare sus haberes a los que reciben los becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Mientras que éstos perciben $9000, los becarios de la UBA, luego de las sonoras protestas de las últimas semanas, lograron un 25% de aumento (menor al otorgado a cualquier gremio este año) que llevó su estipendio a apenas $7200 (en el caso de los becarios de posgrado).
Se trata de una diferencia pronunciada, más aún si se tiene en cuenta que se les requiere dedicación exclusiva (es decir, no pueden tener otro trabajo), y que en los tres casos realizan las mismas tareas, muchas veces incluso bajo el mismísimo techo de la Universidad de Buenos Aires.
Pero para las principales instituciones promotoras de la investigación científica en nuestro país, investigar no es un trabajo. Por eso, el problema de los becarios no acaba en el reclamo salarial, sino que constituye un verdadero ejemplo de precarización.
Más que salario, perciben un “estipendio”, cuyos aumentos no son determinados por una paritaria sino que están sujetos a la discrecionalidad de las autoridades. En este sentido, no están enmarcados en ninguna reglamentación laboral y, por lo tanto, no pueden gozar de derechos básicos: no realizan aportes jubilatorios, no reciben asignaciones familiares, no pueden solicitar licencias, no cobran aguinaldo ni pueden solicitar cobertura social para sus familiares.
Las becas UBA de posgrado exigen, además, la realización de tareas docentes, y como la Universidad de Buenos Aires no garantiza cargos rentados para estos becarios, muchos deben desempeñar estas tareas en condición de ad honorem (trabajando gratis) o sin siquiera un nombramiento oficial como docentes, recibiendo simplemente una “asignación de funciones”.
Así, a nivel de política universitaria, la situación laboral de los investigadores de la UBA, sumado a la baja en el otorgamiento de becas que se observa año a año, está poniendo un adoquín más en el camino hacia la separación de la investigación de la docencia y la conversión de la universidad en un mero “enseñadero”. Un paso más hacia la conversión de la educación superior en un instrumento para el desarrollo de ciencia y tecnología orientadas al beneficio privado.
Micaela Difalcis – Becaria CONICET
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