8 septiembre, 2014
Festival y reclamo por justicia a un año del asesinato de Kevin Molina
El sábado 7 de septiembre se cumplió un año del asesinato del niño de 9 años Kevin Molina en la Villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de un tiroteo entre bandas donde la Gendarmería no actuó. Organizaciones políticas y sociales realizaron un acto y festival el domingo frente al Ministerio de Seguridad de la Nación para exigir justicia.

El sábado 7 de septiembre se cumplió un año del asesinato del niño de 9 años Kevin Molina en la Villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de un tiroteo entre bandas donde la Gendarmería no actuó. Organizaciones políticas y sociales realizaron un acto y festival el domingo frente al Ministerio de Seguridad de la Nación para exigir justicia.
7 de septiembre de 2013. En una mañana lluviosa, alrededor de las 6.30 comenzó un fuerte tiroteo entre dos bandas de narcos en la Villa 21-24, conocida popularmente como Zavaleta. Poco tiempo después de iniciado el enfrentamiento la Prefectura se hizo presente en el lugar debido al llamado de los vecinos, sin embargo no actuaron.
«Miraron por arriba y se fueron», aseguró Roxana, madre de Kevin Molina. Ni bien se fue la Prefectura el tiroteo se reanudó. Kevin se había escondido debajo de la mesa de su casa que se encontraba en el medio de los disparos. Una bala perdida lo impactó en la cabeza y lo mató. Uno de sus hermanos fue herido en un brazo por otro disparo. La Gendarmería, que tenía un puesto a 50 metros de los hechos tampoco hizo nada. «No escuchamos nada por la lluvia», fue la excusa.
Los primeros en informar sobre la muerte del joven fueron los militantes de la agrupación La Poderosa, con un importante trabajo social en el barrio y los impulsores de la conocida revista La Garganta Poderosa.
Durante la investigación posterior se supo que se realizaron 108 tiros durante el enfrentamiento y se recogieron en el lugar una escopeta, una pistola nueve milímetros, una calibre 32, otra calibre 22 y las vainas de todo el arsenal.
Actualmente en la causa hay cinco imputados, todos supuestos integrantes de las bandas de narcos, pero ningún integrante de las fuerzas de seguridad.
Todos somos Kevin
Un año después, familiares y amigos de Kevin, junto a organizaciones sociales y políticas realizaron un festival frente al Ministerio de Seguridad de la Nación ya que responsabilizan a esa dependencia pública por la inacción de la Prefectura y la Gendarmería durante el asesinato del niño de 9 años. «Todos somos Kevin» fue la consigna que encabezó la jornada.
Durante el acto se pasaron las grabaciones de los ocho llamados al 911 que hicieron los vecinos. “¿Capital o provincia?”, fue la pregunta repetida ocho veces por los operadores. Está claro que los miembros de la Policía Federal conocen perfectamente la ubicación de la Villa 21-24 y a pesar de que la respuesta fue siempre «ya notifico al móvil» el móvil no llegó hasta que finalizó el tiroteo y Kevin ya estaba muerto.
Los padres del chico asesinado, Roxana y Claudio, subieron al escenario montado frente al Ministerio de Seguridad y leyeron un documento para explicar los motivos de la movilización: “Porque Kevin tenía siete hermanitos que lo extrañan, porque estaba escondido debajo de una mesa, adentro de su casa”, comenzaron. Allí agregaron que “esta vez no pudieron culpar a la víctima porque los ‘jefes narcos’ no tienen 9 años”.
“En lugar de intervenir y poner fin al tiroteo, cuando Kevin todavía estaba vivo, se fueron y dijeron ‘que se maten entre ellos’, porque las fuerzas de seguridad y los funcionarios no dirigen sus políticas de seguridad para garantizar la seguridad de los pobres; por eso liberaron la zona y el tiroteo siguió”, afirmó con contundencia Nacho, el padrino de Kevin.
El mismo Nacho, unos días antes en diálogo con Página/12, aseguró que «hay que destacar que es imposible explicar la convivencia del narcotráfico y de este nivel de violencia en la villa, sin la participación por acción u omisión de las fuerzas de seguridad». Para el padrino de Kevin «esa dinámica que se da no es por un fenómeno genético, geográfico o étnico. Son las zonas que Gendarmería y Prefectura liberan para que eso suceda. Nadie en este barrio va a aprobar una práctica cotidiana de un vecino que nos pone en riesgo todos los días”.
Durante el acto también hablaron Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, y Vanesa Orieta, la hermana del joven Luciano Arruga, desaparecido en democracia a manos de la Policía Bonaerense.
La jornada consistió en un festival con música en vivo, shows de magia, campeonatos de fútbol popular, muestras fotográficas, una radio abierta y un cine debate, entre otras actividades.
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