Cultura

1 septiembre, 2014

El grupo es el otro

Museo, la nueva creación del colectivo teatral Piel de lava, reflexiona sobre la posibilidad de trabajar en grupo, de mirar con otro y también de perdurar sin un integrante. La obra indaga a su vez en el mundo del arte y el lugar del espectador.

Museo, la nueva creación del colectivo teatral Piel de lava, reflexiona sobre la posibilidad de trabajar en grupo, de mirar con otro y también de perdurar sin un integrante. La obra indaga a su vez en el mundo del arte y el lugar del espectador.

Museo es la nueva creación de Piel de lava, el colectivo teatral conformado por las actrices Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes. Completa el equipo Laura Fernádez, la quinta integrante sumada desde Tren. En la obra, un grupo de amigas y colegas está a punto de inaugurar un espacio en el que convivirán la biología y el arte. Sin embargo, detrás de este relato se cifra otra cosa: Museo explora la posibilidad de trabajar en grupo, de mirar con otro y también de perdurar sin un integrante. ¿Cómo se sobrevive luego de una ausencia?

La mirada de los otros

En Museo, el juego está presente todo el tiempo. Luego de trabajar juntas por diez años, la obra surgió como respuesta a una pregunta: “¿Qué pasaría si alguna de nosotras no estuviera más?”. Conducidas por este interrogante, las Piel de lava incorporaron un procedimiento: todas debían salir de la escena en algún momento. La huida acontece luego de un estallido emocional, como si el sentir tanto las forzara a dejar el espacio. Luego vuelven a escena pero eso no es lo importante. El foco está en el vacío que deja la que se va, y en el modo en que éste intenta llenarse. Comienza entonces el juego, la fiesta. Se ponen máscaras, imitan a la que se fue y hablan sin parar, dominadas de una verborragia que intenta superar eso que ocurre.

Los tres cuerpos que quedan se hayan desnudos frente a la mirada de los otros. Y los otros no son solo ellas mismas, los personajes y las actrices, sino que son también los espectadores, voyeurs de unas mujeres que exponen la intimidad de sus sentimientos. Independientemente de las formas adoptadas, la incertidumbre es si los grupos perduran más allá de sus integrantes. Lo que sobrevendría luego de un abandono sería otra cosa. Ya no más esas amigas y colegas que inauguran un museo, ya no más Piel de lava. Las cuatro funcionan juntas y cada cual aporta su mirada.

La apuesta es a lo colectivo

La dramaturgia con que trabajan las Piel de lava es más compleja en esta oportunidad. Se escribió de forma consciente, tomando como puntapié inicial un ensayo de Eliseo Verón sobre el comportamiento de los visitantes en un museo. En consecuencia, tanto el lenguaje utilizado como el universo al que aluden, otorgan a la puesta un peso teórico que no estaba en Tren, Neblina o Colores verdaderos, sus anteriores trabajos. La obra se adentra en un mundo que tiene ciertas similitudes con el teatral. ¿Quién determina la validez estética de un acto o un objeto? Con una visión lúcida e irónica, los personajes reflexionan sobre el arte de moda, canónico hoy en día, como así también sobre los espacios legitimantes, es decir, los museos y las galerías.

El arte es inmanente, constitutivo de Museo. Está presente en la trama pero también en el diseño de luces, en la escenografía y la fotografía. Cada elemento contribuye en la formación de un conjunto sólido e integral. Y sin embargo, esta armazón es sólo una parte. Llevando la coherencia de su pensamiento hasta el final, incorporaron una escultura de Mondongo, grupo de artistas argentino que realiza collages con materiales perecederos. Las Piel de lava, entonces, demuestran ser colectivas en el modo de crear, en la ficción que representan y en el grupo con el que entran en diálogo.

Piel de lava funciona hace una década de un modo conjunto y dinámico; entre todas deciden los aspectos de dramaturgia, dirección y actuación. No suele haber un texto previo sino que se improvisa en los ensayos. Lo que funciona se fija, lo que no se reescribe. A fuerza de prueba y error, y gracias a un conocerse en profundidad, el grupo dio a luz una creación interesante y reflexiva. Su obra anterior, Tren, trabajaba sobre un universo hiper ficcional que reflexionaba sobre lo divino y el viaje como metáfora de lo iniciático. En contraste, Museo las involucra de un modo mucho más personal. El colectivo artístico que representan en la obra es análogo a su quehacer teatral. Las cuatro actrices trabajan juntas hace diez años y eso se nota. Una complicidad actoral circula en la obra. También la diversión, los códigos compartidos. Y no hay nada más atractivo, como espectador, que ir al teatro y ver a los actores disfrutar, sentir que la adrenalina les recorre el cuerpo.

 

Laura Loredo Rubio – @LoredoRubio

 

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Piel De Lava, Laura Fernández
Actúan: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes
Música original: Gabriel Chwojnik
Asistencia de dirección: Camila Palacios
Producción general: Mariana Mitre
Colaboración artística: Fernanda Alarcón
Dirección: Piel De Lava, Laura Fernández

ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759 – Capital Federal – Buenos Aires
Teléfonos: 4862-1167
Web: http://espaciocallejon.blogspot.com/
Entrada: $ 100,00 – Domingo – 19:30 hs
Entrada: $ 100,00 – Sábado – 21:00 hs

 

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