Cultura

26 agosto, 2014

Breaking bad la rompió mal  

Desde que lo más interesante del cine acabó de mudarse a la televisión, la entrega de los premios Emmy concita más interés que la de los Oscar. Este año la industria televisiva despidió a Breaking Bad con un auténtico aluvión de estatuillas doradas.

Desde que lo más interesante del cine acabó de mudarse a la televisión, la entrega de los premios Emmy concita más interés que la de los Oscar. Este año la industria televisiva despidió a Breaking Bad con un auténtico aluvión de estatuillas doradas.

Por primera vez en más de 30 años los premios Emmy a los productos televisivos en idioma inglés se entregaron un día lunes. También es la primera vez que Los Simpsons no está nominado. Arrepentíos, pecadores, porque el fin está llegando. El adelantamiento de la entrega al mes de agosto hizo que no quedara ningún domingo disponible sin juegos de la Liga Nacional de Fútbol Americano. Así que para esta 66° entrega de premios Emmy hubo que reservar un lunes en el teatro Nokia de Los Ángeles. La conducción del evento estuvo a cargo del crédito de Saturday Night Live Seth Meyers, de discreta labor.

La previa hablaba del gran duelo dramático entre la veterana Breaking Bad (la historia del profesor de química devenido en capo narco de la metanfetamina, ya finalizada en su octava temporada, firme candidata a mejor serie de la década) y la novata True Detective (el policial metafísico en el que Mathew Mcconaughey y Woody Harrelsson buscan descubrir la identidad de un asesino serial en el cinturón bíblico yanqui).

En cuanto a las comedias, no había demasiadas dudas en cuanto a que Modern Family iba a repetir una gran cosecha de estatuillas. Pero la posible performance arrasadora del falso documental de Lloyd y Levitan se vio frustrada por una derrota en el rubro mejor actriz secundaria de comedia donde estaba nominada Julie Bowen (Emmy para Allison Janney, por Mom) y en Mejor actor invitado en comedia (premio para Jimmy Fallon, de Saturday Nigth Live, en vez de para Nathan Lane). Sí se llevó los Emmy a Mejor actor secundario en comedia, para Ty Burrell; Mejor director de comedia, para Gail Mancuso, y a Mejor comedia.

Los premios a comedia también tuvieron en cuenta al extraordinario Louis CK (premio a Mejor guionista en serie de comedia), a Jim Parsons como Mejor actor protagonista en comedia (otro premio para el nerd neurótico y genial Sheldon Cooper, de The Big Bang Theory) y a nuestra querida Julia Louis-Dreyfus (ganadora nuevamente del premio a Mejor actriz protagonista en comedia por su rol de vicepresidenta en Veep).

El rubro Mejor actriz invitada en una comedia también hizo historia en esta entrega. 2014 quedará como el año en el que por primera vez fue nominada por primera vez una actriz transexual (Laverne Cox, de Orange is the new black). Aunque no ganó, resulta una nominación oportunísima, en medio del debate precámbrico sobre la identidad de género propuesto por Lanata.

Los de miniseries también fueron rubros disputados, pero más allá de los premios como Mejor director en miniserie/película de TV (Colin Bucksey) y Mejor miniserie para Fargo (basada en la película de los hermanos Coen), lo cierto es que la gran ganadora de la noche fue la genial Sherlock de la BBC, que ganó a Mejor guionista en miniserie (Steven Moffat, también responsable de la esperadísima Dr. Who, que estrenó octava temporada y doctor hace dos días), Mejor actor secundario (Martin Freeman, ahora internacionalmente famoso como Bilbo Bolsón) y Mejor actor protagonista (Benedict Cumberbatch, lejos el mejor Sherlock de las últimas décadas). En roles femeninos en miniserie American Horror Story: Coven se quedó con los premios a Mejor actriz protagonista y Mejor actriz secundaria (Jessica Lange y Kathy Bates, respectivamente).

Luego del recuerdo de rigor para los decesos de la industria televisiva del último año, se dedicó un tiempo especial para un homenaje al recientemente fallecido Robin Williams. El recuerdo de Billy Cristal fue el momento más emotivo de la noche. Sin grandes momentos musicales, el homenaje de Al Yankovic a las mejore series tuvo momentos divertidos, incluyendo la entrega de una máquina de escribir a George R. R. Martin para que de una vez termine de escribir su Canción de hielo y fuego (saga de novelas en la que se basa la maravillosa Game of Thrones). Otro gran momento estuvo a cargo de Brian Cranston y Julia Louis-Dreyfus, cuando el actor de Breaking Bad asaltó a Julia en el pasillo mientras iba a recibir su premio por Veep y le dio un largo beso (un chiste en recuerdo de su brevísima participación en Seinfeld, como uno de los pretendientes de Elaine). El genial provocador inglés Ricky Gervais se fue nuevamente sin ningún premio luego de haber sido nominado 19 veces, pero igual leyó el discurso de agradecimiento que tenía preparado al ir a entregar otro premio. Mal perdedor, pero un grande.

También hubo reconocimientos para Mejor reality (Amazing race), Mejor película para televisión (The normal heart), Mejor programa de variedades (Sarah Silverman) y Mejor programa de variedad o programa musical (The Colbert Report).

Pero el plato fuerte de los Emmy siempre son los dramas. True Detective sólo obtuvo el premio a Mejor dirección de una serie dramática, mientras que Breaking Bad coronó una jornada perfecta con premios a Mejor actor secundario (Aaron Paul, que se impuso sobre el carismático Tyrion de Peter Dinklage), Mejor actriz secundaria (Anna Gunn, que con su Skyler logró derrotar a Christina Hendricks de Mad Men y a Lena Headey de Game of  Thrones) y Mejor actor protagonista en drama, con un merecidísimo reconocimiento a Brian Cranston (que se impuso nada menos que sobre Jeff Daniels, de The Newsroom; Woody Harrelson y Matthew McConaughey, de True Detective; Kevin Spacey, de House of Cards, y Jon Hamm, de Mad Men, ignorado por treceava oportunidad).

Así las cosas, el premio para Mejor drama estaba casi cantado. Aunque los oponentes eran pesados de la talla de Dowton Abbey, Game of Thrones, House of Cards, Mad Men y True Detective, la industria televisiva decidió despedir en grande a Breaking Bad, indudablemente uno de los mejores productos televisivos de la historia de las series (sin contar a The Wire, claro, la mejor serie de la historia, que además puede presumir de nunca haber sido reconocida con un Emmy).

Pedro Perucca – @PedroP71

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