14 agosto, 2014
El día del héroe
Leandro Romagnoli fue la figura indiscutida del San Lorenzo campeón de América. El jugador, ícono del club, lo llevó por primera vez a ganar el título más importante del continente y el más esperado por los hicnhas: la Copa Libertadores.

Leandro Romagnoli fue la figura indiscutida del San Lorenzo campeón de América. El jugador, ícono del club, lo llevó por primera vez a ganar el título más importante del continente y el más esperado por los hicnhas: la Copa Libertadores.
“Hoy te convertís en héroe”, le murmuró Javier Mascherano a Sergio Romero a segundos de la definición por penales contra Holanda del mundial Brasil 2014 e inmortalizó esa frase. A lo lejos alguien la oyó y la hizo propia, alguien que dentro de unos meses estará en Brasil por un precontrato firmado a principio de año. Llegará al país organizador del último mundial luego de haber ganado su mundial personal, que era darle a San Lorenzo la copa que le faltaba en sus vitrinas.
Leandro Romagnoli se mentalizó y se preparó como nadie para las semifinales y finales de Copa Libertadores, era su mundial, el que esperó toda su vida y no pensaba dejar pasar la oportunidad.
Hace dos años San Lorenzo caminaba por el abismo, de tanto pensar en su primera Copa Libertadores el club casi suma su segundo descenso a la B. Años de desmanejos dirigenciales y de refuerzos que no estaban a la altura del club lo llevaron a esa situación.
Hasta que una tarde apareció Romagnoli, su equipo perdía 2 a 0 con el Newell’s de Gerardo Martino de local. Pipi entendió que estaban tocando fondo, agarró la lanza y contagió al resto. Se puso la mochila de líder futbolístico del equipo, junto a un recién llegado Julio Buffarini, el resurgimiento de Ortigoza y algunos goles de Emanuel Gigliotti y Carlos Bueno. El partido terminó 3 a 2 y el ídolo, después de muchas lesiones que menguaron su juego, volvía a ser ídolo.
Ese partido hubiera quedado en el olvido sin el 3 a 1 a San Martín de San Juan. Ese 24 de junio de 2012 San Lorenzo estuvo por algunos minutos en la B Nacional (empezó perdiendo el partido 1 a 0). El día que el abismo estaba cerca volvió a aparecer Romagnoli con dos asistencias para mandar al equipo a jugar la promoción con Instituto y quedarse en Primera.
Todos los flashes fueron con el bombero Ricardo Caruso Lombardi, el que lo ponía 20 minutos pero entendió que esa tarde solo el héroe los podía salvar. Así San Lorenzo esquivó el descenso. El incendio lo apagó el bombero pero el milagro lo logró el héroe.
Después vino otra lesión, la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Parecía ser un punto y aparte en su carrera, pero fue punto y seguido porque el hombre juega en el club que está acostumbrado a las caídas así como está acostumbrado a levantarse.
Se recuperó y el mismo camino inició el club. Ya sin Carlos Abdo en la presidencia San Lorenzo empezó a tomar color de la mano de Matías Lammens y Marcelo Tinelli, que en septiembre de 2012 ganaron las elecciones con un 88,5 % de los votos.
El héroe volvió a gritar campeón con su club en el Torneo Inicial 2013. Fue titular en el equipo que dirigía Juan Antonio Pizzi pero gravitaba poco, su mejor partido en dicho certamen fue un 2-3 contra Lanus de visitante.
Ese equipo quedará en la historia por dos cosas, una por ser el campeón de torneos cortos que menos puntos cosechó (33) y otra por ser la reafirmación que la casa estaba en orden, o mejor dicho que la vuelta a casa estaba en marcha y más cerca que nunca.
El 4 de abril de 2014 San Lorenzo firmó un acuerdo con Carrefour para compartir los terrenos de Avenida La Plata, la vuelta al barrio era más importante que la vuelta olímpica para los hinchas. Porque la lucha de 19 fechas queda chica al lado de una lucha de 35 años.
Dijimos que el Ciclón estaba acostumbrado a los golpazos. Juan Antonio Pizzi renunció para irse a dirigir al Valencia de España. Los dirigentes fueron a buscar a Edgardo Bauza, que ya había conquistado la Libertadores con la Liga de Quito de Ecuador en 2008.
El equipo de Bauza jugaba a otra cosa que el de Pizzi, pero tenían un punto en común, los nervios para jugar los partidos importantes. Esos nervios casi dejan a San Lorenzo afuera de la Copa en primera ronda. Tras un 1-1 con Independiente del Valle en Ecuador la cosa parecía juzgada, encima por unos disturbios al final del partido a Romagnoli (y a Fontanini) le dieron 4 fechas de suspensión. Parecía el final de la historia.
Pero una victoria de Unión Española a Botafogo en Brasil le dio una vida más al club de los milagros. Esa vida la aprovechó Ignacio Piatti que metió 2 goles que pusieron al equipo en octavos.
Ahí empezó a aparecer la mano del por entonces cuestionado Bauza. Pipi seguía suspendido y alentaba de afuera. En los octavos contra Gremio, el rival más duro que enfrentó San Lorenzo en la Copa, las manos de Torrico en los penales mantuvieron vivo el sueño del pueblo azulgrana. En los cuartos el equipo mostró un gran aplomo para eliminar a Cruzeiro.
Justamente en el partido de vuelta fue expulsado el héroe Leandro Romagnoli, que volvía de la suspensión de 4 partidos. La misma Copa Libertadores que era el sueño de todo San Lorenzo era una pesadilla para el ídolo del club, no lograba hacer pie y encima el precontrato firmado con el Bahía de Brasil abría el interrogante sobre si podría jugar la semifinal.
En una decisión por lo menos rara la Confederación Sudamericana de fútbol archivó el expediente del partido con Cruzeiro, Romagnoli convenció a los dirigentes de Bahía y ahora todo dependía de él. Así se mentalizó en jugar su mundial, así salió a jugar con Bolívar. El resultado fue un 5 a 0 con un gran aporte suyo, tiró los dos centros para los goles de Matos y Más. San Lorenzo tenía un pie y medio en el partido que soñó siempre, en la final de la Libertadores. En Bolivia cerró la serie y lo esperaba Nacional de Paraguay.
Allí fue momento de otro golpe para el club, su goleador en la copa Ignacio Piatti (3 goles) sólo podía jugar el partido de ida. Si el equipo campeón de Pizzi perdió a Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón durante el torneo, el de Bauza llegó a la semi sin la joya Ángel Correa y al partido decisivo sin Piatti.
Sin Correa en el equipo Romagnoli asumió con gusto la conducción, jugó libre como más le gusta. Las finales contra Nacional fueron el mundial de Romagnoli.
El día tan esperado de la consagración fue también el día de los nervios y las piernas atadas. Este San Lorenzo ya demostró que llega a la meta a los empujones pero llega porque está acostumbrado a sufrir golpes y seguir adelante.
San Lorenzo recordará más el momento que Romagnoli levantaba la copa que algún gol en particular, porque la Libertadores era su obsesión. Como el de Pizzi, este equipo no será recordado como un gran campeón, solo metió 16 goles en 14 partidos y 8 fueron contra Botafogo y Bolívar. Pero sí será recordado como el equipo que nunca se dio por vencido.
La historia le dio a San Lorenzo la Libertadores que le debía, le dio su mundial, porque el equipo lo jugó como tal. Porqué se mentalizó como Romagnoli que era la hora de hacer historia.
El miércoles el hombre que tiene a sus padres tatuados en el pecho hizo el posgrado en ídolo y seguramente en un futuro su imagen sea tatuaje de muchos hinchas. El miércoles Romagnoli volvió a llorar de emoción. El miércoles el héroe volvió a ser héroe.
Lucas Jiménez
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