Géneros

14 julio, 2014

Dos veces femicida y con pedido de captura internacional

Se encuentra prófugo el sospechoso de matar a Silvina Córdoba de un fuerte golpe en la cabeza. En 2007 mató de 10 puñaladas a su ex pareja y nunca estuvo preso.

Se encuentra prófugo el sospechoso de matar a Silvina Córdoba de un fuerte golpe en la cabeza. En 2007 mató de 10 puñaladas a su ex pareja y nunca estuvo preso.

El 29 de Junio de este año, Silvina Córdoba se encontraba en su casa de Barrio Parque Norte de la localidad Juárez Celman, al norte de Córdoba. Aparentemente su pareja llegó y la asesinó de varios mazazos en la cabeza hasta dejarle el cráneo destruido. Así de cruel fue el asesinato de esta mujer de 42 años, quien quedó tendida en su cama junto con los sueños, las ilusiones y la vida que le quedaba por vivir junto a sus cuatro hijos.

Pero Silvina no fue ni la única ni la primera. Hace 7 años Carlos Alberto Molina (50), quien está siendo intensamente buscado, le propició 10 puñaladas a la mujer con quien había compartido 13 años de su vida y con quien tuvo 3 hijos. Sucedió el 17 de julio de 2007, cuando Elsa Susana Cano se dirigió al barrio donde vivía Alberto desde que estaban separados. Fue a buscar a uno de sus hijos, pero rápidamente comenzaron a discutir, él la agarró del brazo “y la llevó para el fondo”. En el patio de la vivienda y mientras uno de los hijos de ambos suplicaba a gritos que dejara en paz a su mamá, él embistió contra el cuerpo de Susana 10 veces con un cuchillo que agarró de la mesada.

Además de ser protagonista de una historia de terror que dejó ocho chicos sin madre (4 de Susana y ahora 4 de Silvina), es un hombre con mucha suerte, ya que la justicia jamás le llegó. Aunque los familiares de Susana intentaron que el asesino estuviera preso, los jueces y los fiscales que intercedieron en el caso, pensaron que no hacía falta ya que Alberto es una persona pacífica que trabaja en su taxi y que en ésta oportunidad sufrió “emoción violenta” causada por un “arrebato pasional”.

Los jueces que dejaron a este hombre prácticamente libre en 2012 fueron: Alberto Crucella, Daniel Ottonello y Julio Guerrero Marín y el fiscal Marcelo Hidalgo quien apostó a la emoción violenta para minimizar un hecho de violencia extrema, que en aquellos momentos no estaba tipificado, pero que actualmente sí y se llama «femicidio». Mucho se  habla de los femicidios en la actualidad ya que la violencia machista es un hecho, una realidad que con el asesinato de Silvina se va cobrando 9 vidas en lo que va del 2014.

Lo que fue y lo que dejó su primer asesinato

Hace dos años, Alberto Molina fue condenado a tres años de prisión condicional por Homicidio en estado de emoción Violenta. Como el hecho por el cuál se lo condenó fue en 2007 y siempre mostró una actitud de colaboración con la justicia y de buena conducta, esos tres años de prisión condicional se convirtieron en la nada misma. Según familiares de la primer víctima sólo estuvo preso 2 meses. Hecho que comprueba que la justicia fue injusta. La madre de Susana Cano le contó a La Voz del Interior que ellos (los familiares ) nunca le hicieron nada a Molina ya que los jueces le dijeron que si le hacían algo iban a sacarle a los cuatro chicos.

Actualmente es la mamá de Susana, Margarita Moya de Cano, con 67 años, quien se encarga junto con Ramón (hermano de Susana) de criar a Darío (que hoy tiene 10), Franco (15), Claudio (17) y Maicol (23), los cuatro hijos de Elsa. Todos ellos aseguran que éste hombre arruinó sus vidas, sufrieron depresión, ataques de pánico y viven con miedo.  Para Margarita el asesinato de Silvina es como volver el tiempo atrás y recordar todo lo que tanto les costó superar apenas para poder seguir viviendo.

La “Justicia”

Es evidente que la justicia actuó mal, muy mal. Los antecedentes de femicidios que culminan con asesinos perdonados por “emoción violenta”, como modo de legitimar a estos señores, son parte de una maquinaria de violencia institucional. Los jueces, los fiscales intervinientes y hasta el señor Gabriel Pereyra Duarte quien realizó la pericia psicológica a Molina son una pata necesaria para que el homicidio de Silvina se haya podido consumar. Aunque parezca exagerado es así, ya que los sujetos intervinientes en la causa que culminó en 2012 encuentran como excusa del arrebato pasional “sufrido” por Alberto Molina, los dichos de Susana. Aparentemente esa tarde del 17 de Julio el le suplicó insistentemente que volvieran y ella se negó como venía haciendo.

Como un “no” no fue suficiente para Molina, ella le dijo que no quería estar más con él porque ya no la satisfacía sexualmente y porque se estaba viendo con su anterior pareja (al parecer eran amantes). Esto aparece recurrentemente en las notas de los diarios y en los dichos de los abogados y jueces que al parecer encontraron en ellos una buena excusa para defender a un hombre indefendible. El problema está en que seguramente los jueces y los fiscales no se imaginaron que un asesino puede volver a asesinar, como sucedió. Al final de la historia, y por ahora, las cosas quedaron así: 2 mujeres asesinadas violentamente, 8 hijos huérfanos, dos familias destruidas y un doble asesino prófugo.

 

Lucía Weller, desde Córdoba – @LuciaWeller

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