4 julio, 2014
Homofobia: la ley antidiscriminatoria aún no se modifica
“Te dijimos que te íbamos a matar por puto”, se sumó a “tenes que morir por puto”. Ambas frases son el resultado de brutales ataques homofóbicos ocurridos en los últimos días. Las agresiones no sólo fueron verbales sino que los jóvenes sufrieron golpes con piedras, patadas y piñas en la cara y el cuerpo. Cuál es el marco legal que los ampara en medio de un debate que vuelve, ¿para quedarse?

“Te dijimos que te íbamos a matar por puto”, se sumó a “tenes que morir por puto”. Ambas frases fueron pronunciadas en el marco de los brutales ataques homofóbicos ocurridos en los últimos meses. Las agresiones no sólo fueron verbales sino que los jóvenes sufrieron golpes con piedras, patadas y piñas en la cara y el cuerpo. Cuál es el marco legal que los ampara en medio de un debate que vuelve, ¿para quedarse?
Nahuel Albornoz y Ariel Olivera no fueron las únicas víctimas. En un comunicado publicado en su sitio web, la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT) expresó su preocupación por la cantidad de casos de ataques homofóbicos registrados en los últimos meses, a lo largo del país. La visibilización de las denuncias reactivó el debate en el Parlamento Nacional sobre la necesidad de reformar la ley 23.592, de Penalización de actos discriminatorios, aprobada en 1988.
Al respecto, Notas dialogó con Esteban Paulón, Presidente de la FALGBT y Alex Freyre, Presidente del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual. Ambos referentes de la lucha por los derechos del colectivo LGBT en nuestro país y promotores de la reforma de la ley 23.592.
“Muchas veces se piensa que porque hay leyes como la de Matrimonio Igualitario, la discriminación se terminó. Sin embargo, aún hay grupos violentos que ejercen agresión física y verbal sobre las personas por su orientación sexual”, dice Esteban Paulón. El presidente de la FALGBT cuenta que no se registran más casos que hace diez años, sino que “ahora son más los que se animan a denunciarlo”.
El artículo 1° de la ley Antidiscriminatoria establece: “Se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos”. Paulón explica que plantean una reforma en la que “se integren todas las causales de discriminación y se aplique la sanción correspondiente para quien discrimina”. Además, que permita promover políticas de prevención y acciones educativas antidiscriminatorias. “La actual ley no penaliza en casos violencia por orientación sexual o identidad de género y eso hay que modificarlo”, agrega.
En 2007 se presentó el proyecto de reforma de la ley 23.592 que en 2012 obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados. Sin embargo, no se trató en el Senado y finalmente no fue aprobada. “Este año la volvimos a presentar y estamos esperando que las comisiones que deben tratarla lo hagan. Calculamos que va a ser posible que se apruebe. Tendremos que dar una batalla más fuerte en el Senado y que no caiga ahí, que es donde ya cayó”, expresó Paulón.
Paulón hizo hincapié en la revictimización que sufren los agredidos en manos de la policía: “muchas las víctimas de un acto discriminatorio van a denunciar y la policía es parte del problema, no de la solución ejerciendo más maltrato sobre ellos”.
Debido a los hechos de discriminación registrados en los últimos días, Notas consultó a Alex Freyre, Presidente del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual.
“Lo que dijo Aguer resultó muy ofensivo, pero es lo que dicen todo cura y toda monja de la iglesia en el mundo, eso es parte del catecismo”, explica Alex Freyre en relación a los dichos sobre la comunidad homosexual de Monseñor Aguer , conocidos hace algunos días y fuertemente cuestionados desde varios sectores. “Eso nos retrasa en las conquistas culturales, ¿quién puede contra semejante propaganda anti igualdad? Ahí se cocinan estas violencias. No se trata de discutir sobre Aguer, sino sobre igualdad”, agrega.
“Está muy bien que sigamos construyendo las leyes, pero como siempre los cambios deben ser culturales, no sólo normativos”, cuenta en función de la propuesta sobre la reforma de la Ley Antidiscriminatoria. “Los cambios no se van a dar únicamente por el cumplimiento de la ley. Se necesita, por ejemplo, que los medios de comunicación tomen en serio la problemática de una travesti, su violación no debe ser tratada desde la sección de espectáculos”, dice en relación al tratamiento de la violación a la travesti mediática Zulma Lobato.
“Los homosexuales también somos machistas y homofóbicos, somos parte de la cultura. Muchos sueñan con enviar a sus hijos a misa para que luego ellos mismos les digan que son una abominación”, dice Freyre. “Nuestro pueblo está contento con el matrimonio igualitario y con que Bergoglio sea Papa. Es una gran contradicción financiar ambas políticas”, concluye.
A la luz de los actos brutales de discriminación ejercidos por orientación sexual o identidad de género, resulta interesante plantear el debate sobre la reforma de una ley del año 1988. Si bien se lograron grandes avances en materia de derechos humanos, como la ley de matrimonio igualitario, aún hay leyes que no se adecúan a estos cambios sociales. Volver a poner sobre la mesa el debate de la reforma permite, al menos, que se lo cuestione.
Jimena Sabbag – @JimeSabbag
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