4 julio, 2014
Colombia propone volver a la “Tercera Vía”: la apuesta conservadora
El martes de esta semana el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió a cinco ex mandatarios de diversos países para relanzar la “Tercera Vía”. ¿De dónde viene y de qué trata esta vieja-nueva apuesta conservadora?

El martes de esta semana el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió a cinco ex mandatarios de diversos países para relanzar la “Tercera Vía”. ¿De dónde viene y de qué trata esta vieja-nueva apuesta conservadora?
Los invitados de honor de Santos fueron los ex presidentes Bill Clinton (Estados Unidos), Tony Blair (Reino Unido), Felipe González (España), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Ricardo Lagos (Chile). Todos se reunieron para disertar en el marco del Conversatorio que se desarrolló en la ciudad de Cartagena y llevó el título de “La Tercera Vía: El Camino a la Prosperidad Económica y Social”.
Esta propuesta, según el propio Santos, no se refiere a una posición diferente al comunismo y el capitalismo, sino que en la actualidad es una alternativa al neoliberalismo y la socialdemocracia, “al conservadurismo y al liberalismo europeo”. En la práctica es “el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”, según explicó el mandatario colombiano.
Al anunciar el evento, Juan Manuel Santos aseguró que los cinco invitados habían tenido en su país “un gran éxito en la generación de prosperidad y en la aplicación de los principios de la Tercera Vía, que son los principios que yo estoy aplicando aquí en Colombia”.
¿De dónde viene la Tercera Vía?
Haciendo un breve repaso histórico, el primer planteo de crear una “Tercera Vía” nace a fines del siglo XIX de manos del catolicísimo y la encíclica Rerum Novarum del Papa Leon XIII.
Allí se planteaba un llamado de atención respecto a la situación de las clases trabajadoras, remarcando la necesidad de mejorar sus condiciones de vida pero al mismo tiempo defendiendo la propiedad privada. Lo que se buscaba era rescatar a los sectores populares de las ideologías revolucionarias (anarquismo, socialismo y comunismo) que estaban en auge por aquellos años construyendo un capitalismo “más humano” donde se aplicara la «justicia social».
A lo largo del siglo XX este planteó político y social se fue perfeccionando y adoptando distintas dimensiones. En las décadas de 1920 y 1930 fue el fascismo que se presentó como tercera posición. Luego de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) y con la emergencia de la Guerra Fría donde el mundo se dividió por el binomio capitalismo-comunismo, la “Tercera vía” adoptó diversas formas de acuerdo a cada continente, región o país.
En Europa fue la socialdemocracia que se distanció, discursivamente, tanto del comunismo soviético como del capitalismo estadounidense o los partidos liberales y conservadores de sucontinente. En América Latina esta expresión fue llevada adelante principalmente por los gobiernos nacionalistas populares de las décadas del 40, 50 y 60. Al nivel de asociación interestatal se gestó el Movimiento de Países No Alineados.
Si bien con sus particularidades, cada una de estas experiencias observó fuertes limitaciones acabando por inclinarse hacia alguna de las dos vertientes. Prevaleciendo el capitalismo más salvaje tanto en el caso de la socialdemocracia europea como los nacionalismos latinoamericanos.
La Tercera Vía en el nuevo siglo, la apuesta conservadora
A fines del siglo XX y ya en un mundo sin la Unión Soviética como contrapeso, este proyecto político fue girando aun más a la derecha. Fue el primer ministro británico Tony Blair (1997 – 2007), invitado de Santos, uno de los referentes principales de esta renovación.
Al frente del Partido Laborista inglés y en pleno auge del neoliberalismo, su discurso se encarnó en la idea de construir un “capitalismo con rostro humano”. Exactamente esto es lo que plantea Santos hoy y, con matices, otros gobiernos de América Latina, incluso de corte progresista.
Esta es la apuesta renovada de la derecha y el conservadurismo latinoamericano. Es el discurso de Santos que ahora busca delimitarse de su antecesor Álvaro Uribe (de quién fue ministro de Defensa mientras llevaba adelante una represión deliberada contra la población); es el discurso de la derecha venezolana que, ante los avances de la Revolución Bolivariana, se ha visto en la necesidad de plantear en sus propuestas el mantenimiento de las misiones sociales; es el discurso de Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli en Argentina que, con matices, ponen el eje en la gestión y no en los proyectos político-ideológicos.
Sin embargo, podemos constatar que esta idea inspirada en una visión fuertemente tecnocrática (“va más allá de las ideologías de izquierda o de derecha y se basa en un gobierno de resultados”, planteó Santos) no sólo no ha logrado un capitalismo más humano sino que, más allá de algún que otro maquillaje, en el mediano plazo se agota irremediablemente y debe cambiar de rumbo.
El caso británico es bien conocido, esa «Tercera Vía» no dudo en ir por a la guerra detrás de Estados Unidos en sus invasiones a Irak y Afganistán. Sin irnos tan al extremo, Fernando Henrique Cardoso en Brasil fue uno de los abanderados de la avanzada neoliberal. Ricardo Lagos en Chile, a pesar de ser del Partido Socialista, firmó un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que justamente este martes cumplió diez años. Es decir que lo firmó un año antes de que el ALCA fuera enterrado en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata (2005).
El dilema latinoamericano
Pero además de los concurrentes al convite de Santos, existen otros casos donde la “Tercera Vía” se muestra tentadora. En los últimos años de América Latina los gobiernos de izquierda y progresistas se han enfrentado a la disyuntiva de radicalizar sus procesos o moderarlos en función de las presiones de los sectores económicos concentrados.
Hugo Chávez llegó al gobierno con el discurso de la Tercera Vía, sin embargo con el correr de los años fue radicalizando el proceso que se constituyó como la Revolución Bolivariana ante la imposibilidad de “humanizar” el capitalismo venezolano (que no dudó en darle un Golpe de Estado aun cuando no existía siquiera la idea del “Socialismo del Siglo XXI). Similar ha sido el caso de Bolivia, donde Evo Morales y Álvaro García Linera llegaron al gobierno proponiendo un “capitalismo andino” que con los años ha sido abandonado en pos de un proyecto socialista.
Por otro camino fueron Brasil, Argentina y Uruguay, entre otros, que optaron, ante la crisis económica, por congraciarse con los mercados y el capital transnacional. El caso argentino es el más paradigmático donde, en vez de radicalizarse el proceso como proponían y proponen algunos de sus partidarios, se volvió más conservador. Sobre todo en los últimos años. Esto no quiere decir que se haya vuelto neoliberal, pero sí que mostró su agotamiento el “capitalismo serio” y la apuesta a la “burguesía nacional” fue reemplazada por el incentivo a la inversión extranjera.
A vuelo de pájaro se puede apreciar porque la “Tercera Vía” relanzada ahora por Santos no es una solución para nuestros pueblos. Un simple repaso histórico da cuenta de su cortoplacismo y la realidad actual nos muestra sus limitaciones. A no olvidarse que a los tibios los vomita Dios.
Santiago Mayor – @SantiMayor
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