30 junio, 2014
El robot cirujano
Se llama Da Vinci y es considerado el instrumento quirúrgico más avanzado del mundo. En Argentina hay cinco unidades.

Se llama Da Vinci y es considerado el instrumento quirúrgico más avanzado del mundo. En Argentina hay cinco unidades.
El robot cirujano es oriundo de California y adoptó el nombre de Da Vinci en honor al artista italiano. Le permite al cirujano una gran maniobrabilidad y delicadeza de movimientos, que junto con una visión tridimensional a gran detalle, puede operar en espacios reducidos y a través de pequeñas incisiones con gran precisión. Además, tiene una red de circuitos que filtran los temblores de la mano de quien opera.
Da Vinci debutó en el año 2000 en Estados Unidos con una cirugía de próstata y en Argentina tuvo su llegada en el año 2005 en un congreso médico. En el 2008 el Hospital Italiano de Buenos Aires compró la primera unidad y recientemente incorporaron un segundo robot con más tecnología. También hay dos en el Hospital de Trauma y Emergencias Dr. Federico Abete en Malvinas Argentinas y uno en el Hospital de Agudos Dr. Ramón Madariaga, en la provincia de Misiones.
«El robot Da Vinci no es autónomo, requiere en todos los casos la intervención y toma de decisiones de un profesional que actúe como operador humano para las acciones. Reproduce de manera intuitiva, con sus cuatro brazos robóticos, los movimientos que realiza el cirujano desde la consola, dando al mismo una visión del campo operatorio amplificada hasta diez veces, en forma tridimensional y en alta definición», explicó el doctor Oscar Damia, jefe del servicio de Urología y coordinador general de la Unidad Robótica del Italiano.
Principalmente se utiliza para Cirugías Urológicas, especialmente Cáncer de Próstata y Cáncer Renal. La última operación fue una nefrectomía parcial de riñón debido a un cáncer localizado en dicho órgano de un paciente de 61 años. Se emplea también en Cirugía Urológica Pediátrica y Cirugía General Infantil y se está incursionando en otras áreas, como la Cirugía Cardiovascular en el reemplazo de las válvulas cardíacas.
Se usa además para diferentes patologías ginecológicas: histerectomías, miomectomías, operaciones sobre ovarios y endometriosis. También tiene aplicaciones precisas en las cirugías de obesidad.
Los pacientes experimentan un aspecto positivo con este sistema, dado que produce una reducción del traumatismo quirúrgico, menos sangrado y sin necesidad de transfusiones, disminuye el dolor post-operatorio y hay un mejor resultado estético con menos cicatrices, producto de la precisión. Y además de reducir el riesgo de infecciones, se acorta el período de hospitalización debido a la pronta recuperación del paciente.
Para entender un poco más, hay que aclarar que no se puede hablar sólo del robot sino de todo el sistema quirúrgico Da Vinci que está compuesto por tres elementos principales: la consola de mando para el cirujano, el robot de cuatro brazos interactivos y un sistema de visión tridimensional de alta resolución. El cirujano desde la consola de mando recibe una imagen 3D de todo el campo operatorio. El sistema traslada los movimientos de las manos del cirujano desde la consola de mando hacia los cuatro brazos robóticos, transformándolos en movimientos milimétricos sumamente precisos y delicados. Por supuesto que el robot no se puede programar para que realice maniobras de forma autónoma, sino que siempre requiere la intervención quirúrgica del cirujano.
Por su parte, el robot cirujano del Hospital Madariaga de Misiones es el único en toda Latinoamérica que funciona en un ámbito público. Los profesionales del hospital viajaron a Estados Unidos para recibir un entrenamiento y allí tuvieron la posibilidad de observar y aprender a usarlo de la mano del doctor Richard Estampe, que realizó más de 3.000 cirugías robóticas.
Verónica Mandrini – @VeroMandrini
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.