9 junio, 2014
Mundial de Brasil: represión en San Pablo
La sede del partido inaugural del Mundial sufrió otra jornada de conflicto en el marco del paro de subtes y la represión policial. Una manifestación en una de las estaciones del metro derivó en represión policial y la detención de decenas de manifestantes.

La sede del partido inaugural del Mundial sufrió otra jornada de conflicto en el marco del paro de subtes y la represión policial. Una manifestación en una de las estaciones del metro derivó en represión policial y la detención de decenas de manifestantes.
Los trabajadores del subterráneo de San Pablo, en huelga hace ya cinco días, se manifestaron durante la madrugada del lunes ante la estación Ana Rosa e intentaron bloquear el tránsito por una importante calle aledaña con hogueras que alimentaron con basura y madera. Ante esta situación la policía de la ciudad se trasladó hasta el lugar para reprimir la protesta.
Los agentes del Batallón de Choque de la Policía Militarizada del Estado de San Pablo dispersaron a los manifestantes. Fueron detenidos 70 empleados del subte de San Pablo que participaban en la manifestación, aunque luego fueron puestos en libertad sin cargos, según informó el presidente del Sindicato de Trabajadores del Subte, Altino Melo dos Prazeres.
La Policía también usó gases lacrimógenos para dispersar a un grupo de estudiantes que pretendía juntarse con los huelguistas para manifestar su apoyo a los paros.
El jueves pasado había comenzado la huelga de los trabajadores del metro para exigir un aumento salarial del 12%. La empresa estatal que administra cuatro de las cinco líneas del metro paulista ofrece un alza de 8,7%. Ante este diferendo la Justicia brasileña declaró la huelga ilegal e impuso una multa 227.000 dólares diarios al sindicato. Sin embargo la huelga continuó.
La respuesta del gobierno estuvo a cargo del secretario de Transportes de la gobernación de San Pablo, Jurandir Fernándes, quien anunció que 60 trabajadores fueron despedidos por no acatar la orden judicial.
Por su parte el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmó que «los huelguistas no pueden anteponer el interés corporativo al interés general, es importante que reflexionen sobre lo que están haciendo. Tenemos que cumplir lo que dijo la Justicia del Trabajo, que declaró ilegal a la huelga».
Finalmente, la presidenta Dilma Rousseff había reiterado el domingo sus críticas contra los paros que pueden afectar al público que irá a los estadios y dijo que era «fundamental que la gente tenga derecho a gozar de esta gran fiesta que comienza esta semana».
El gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, ordenó el envío de refuerzos policiales a todas las estaciones de subte para “garantizar la seguridad de los empleados dispuestos a acatar la orden judicial y normalizar sus actividades”.
Antes de esta jornada los empleados del metro amenazaron con mantener la huelga durante el Mundial, en lo que se ha convertido en la mayor amenaza concreta a la organización del evento ya que este medio de transporte es fundamental para llegar al estadio donde se disputará el primer partido entre Brasil y Croacia.
«Hay una Copa del Mundo, el mayor evento deportivo mundial. El gobierno del Estado (de San Pablo) tiene elecciones a fin de año, tiene que negociar», señaló el presidente del sindicato, Altino Melo dos Prazeres.
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