28 mayo, 2014
4G: ¿Avance técnico o monopolio comunicacional?
Aunque hace unas semanas se anunció el llamado a licitación para establecer esta red en nuestro país, su complejidad hace que el servicio se concentre en pocas manos.

Aunque hace unas semanas se anunció el llamado a licitación para establecer esta red en nuestro país, su complejidad hace que el servicio se concentre en pocas manos.
4G es una tecnología de transmisión de datos de mayor velocidad que las utilizadas en nuestro país hasta el momento. El anuncio de un llamado a licitación de dicha red dado hace unas semanas de manera compartida por el ministro de Economía de Nación Axel Kiciloff, el ministro de Planificación Julio de Vido y el secretario de Comunicaciones Norberto Berner se basó principalmente en una serie de datos sobre el enorme peso que tiene la telefonía celular en nuestro país. En Argentina existen actualmente 60 millones de líneas de teléfono celular, de las cuales 45 millones se encuentran activas. Hay un 130% de teléfonos celulares por habitante, y el 52% de las quejas que se reciben en el organismo público “Defensa al consumidor” son por el uso del celular y el mal funcionamiento de las redes.
Actualmente se utilizan 170 MHz del espectro radioeléctrico para el servicio de telefonía celular, pero con la licitación del 4G anunciada pasará a tener 380 MHz y respecto de otros países de América Latina estaremos en el 3er lugar en porción del espectro destinada a celulares, por debajo de Brasil (574MHz) y Colombia (412MHz). El “espacio extra” surge de la instalación de la televisión digital, que al consumir menos espacio del espectro por transmitir de forma más eficiente los datos que la televisión analógica, permite obtener un dividendo digital que viene siendo objeto de litigio por parte de las empresas de telecomunicaciones desde el momento mismo del surgimiento de la tv digital. A la vez, existe una porción de espectro de 3G que se pone en licitación que estaba reservada al trunco proyecto oficial denominado “Libre.ar”.
Existen al momento cuatro compañías que explotan la infraestructura de telefonía móvil: Telefónica, Telecom, Claro y Nextel. Todas compañías de capitales extranjeros que se dividieron el espacio geográfico: es común encontrar lugares donde una compañía tiene señal y otra no. El nuevo proyecto de licitación impide que esto sea así ya que las licencias otorgadas serán federales y por un límite de tiempo (lo que actualmente no sucede ya que las licencias telefónicas no tienen parámetros en ese aspecto). El secretario de Comunicaciones declaró que en aproximadamente 8 meses estarán adjudicando las licencias y recién ahí comenzará la instalación de la infraestructura. A su vez, señaló que son cuatro los lugares disponibles, donde tendrán prioridad las empresas que ya tienen sus licencias.
Sin embargo, a pesar de querer señalarlo como un “avance inexorable al progreso”, el mismo secretario indicó que la infraestructura necesaria para la instalación del 4G en Argentina sólo la pueden realizar empresas de gran magnitud. Esto suena contrastante con el anuncio que sólo hace 6 años atrás el gobierno había dado acerca de la creación de Libre.ar una asociación entre el Estado y las cooperativas adheridas a la Cámara de Cooperativas de Telecomunicaciones (CATEL) que utilizaría la porción del espectro que Movistar devolvía a ArSat (compañía estatal de Telecomunicaciones) tras la compra de Movicom.
Según se barajó entonces como posibilidad para su gestión, el Estado se haría cargo de la infraestructura y las cooperativas la explotarían, por distribución geográfica, brindando el servicio de telefonía móvil. Nada se dijo de este proyecto en el anuncio de los ministros de hace unas semanas, pero una parte del espectro a licitar es el que estaba destinado a Libre.ar, dando así por concluida la posibilidad de avanzar sobre esta empresa.
A su vez, el anuncio se da en un contexto de debate en el Congreso en torno a cinco proyectos de ley (presentados por las distintas tendencias políticas) para declarar las telecomunicaciones como servicio público. Esto permitiría no sólo fijar precios, sino también plantear toda una serie de exigencias a las empresas prestadoras del servicio. No hay que perder de vista que esto implicaría una pérdida para las ganancias de las empresas de telecomunicaciones, por lo cual el anuncio del 4G podría ser visto como una compensación que le permitirá obtener al Estado más de mil millones de dólares por su licitación y un negocio espectacular a estas empresas licenciatarias.
No es poco lo que está en juego. Con una conexión más rápida, la capacidad de ver contenidos digitales en el celular se vuelve una competencia muy fuerte para las empresas de fabricación de televisores y para la hegemonía de los medios masivos tal como la conocemos. La posibilidad de consumir no sólo información y entretenimiento, sino también comunicaciones personales y producción de contenidos propios a través del mismo aparato nos expone a un mercado publicitario mucho más dirigido. Es posible entonces que los medios de comunicación puedan dar cuenta de una mayor diversidad, pero a la vez tendremos un mercado publicitario mucho más efectivo y poderoso. Y un mercado de las telecomunicaciones que lejos de abandonar la concentración, se afianzará aún más entre cuatro de las corporaciones más importantes del mundo.
Alejandra Soifer – @soifereta
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