Nacionales

26 mayo, 2014

El pueblo es siempre el protagonista de las revoluciones

El historiador Norberto Galasso, en diálogo con el programa Quemar las naves, de Radio Sur, comparte una lectura alternativa de los orígenes, protagonistas y continuidades posibles de la Revolución de mayo de 1810 en la Patria Grande latinoamericana.

El historiador Norberto Galasso, en diálogo con el programa Quemar las naves, de Radio Sur, comparte una lectura alternativa de los orígenes, protagonistas y continuidades posibles de la Revolución de mayo de 1810 en la Patria Grande latinoamericana.

«La historia de Mitre es, por supuesto, una fábula, que empieza por decir que el 22 de mayo en el Cabildo se obtuvo un triunfo porque concurrió la gente que ellos llaman ‘gente decente’, las familias esas decentes eran las familias Martínez de Hoz, la de Quintana, los Ocampo, los Beláustegui, que después van a conformar la oligarquía argentina. Y que votan a favor del Virrey, no a favor de la revolución. A favor de la revolución vota un grupo de abogados revolucionarios, Belgrano, Castelli, Moreno, Paso y mucha gente que no era considerada decente, que el Virrey los consideraba chusma, y que los jueces los consideraba en aquél tiempo en un informe como gente subversiva (fijate la palabra que ya utilizan en aquél tiempo) y que habían entrado al Cabildo con unas entradas falsas, truchas, que se las había facilitado uno de los revolucionarios que tenía a su cargo la Imprenta de los niños expósitos.

Esto ya no puede ser aceptado y lo que en definitiva triunfa el 25 de mayo es el pueblo que se agita en las calles es el pueblo acaudillado por French, que era un cartero; por Berutti, que era un empleado del Estado; por Donado, que era un tipógrafo; por Alzac, que había tenido imprenta pero estaba desocupado en ese momento; por Dupuy que después fue hombre de San Martín; por Cardozo, que después se sumó a las montoneras de Artigas; por Pancho Planes, que fue olvidado totalmente y era uno de los más vigorosos revolucionarios. Esta gente es la que nuclea a numerosa población, numerosa dentro de las 30 0 40 mil personas que habitaban Buenos Aires. Y son los que el 25 de mayo al mediodía suben por las escalinatas del Cabildo con pistolas y trabucos y fuerzan al Virrey a que renuncie. Y ahí se forma la Primera Junta. Es decir, el pueblo es siempre el protagonista de las revoluciones, más allá de que se exprese en algunos hombres muy lúcidos como Moreno, Belgrano y Castelli.

Esta sería la conclusión a la que hemos llegado desde un punto de vista de un revisionismo popular lationamericano. Y hay otro revisionismo un poco más derechoso que no se atreve a tocar, a refutar totalmente la eseñanza de Mitre porque si uno habla mal de Mitre no aparece más en el diario La Nación. Entonces hay mucha gente que cuida el prestigio para seguir apareciendo en los suplementos literarios de La Nación o en las academias.

El ala radicalizada o jacobina de la revolución fue derrotada el 5 de abril del 1811. Moreno muere en alta mar el 4 de marzo de 1811, presumiblemente envenenado, esa es la versión que circula en Buenos Aires. Además a la mujer de Moreno le mandan como regalo guantes negros, diciéndole que pronto los va a tener que usar, hay un cura que dice que va a morir embarcado… Ahí están los antecedentes que confirman que fue envenenado por el capitán del barco, que le dio un remedio en una dosis excesiva. Y acaecida la muerte de Moreno se provoca un segundo golpe de un sector conservador, el 5 de abril de 1811, donde en la proclama dicen que hay que  terminar con los furiosos de la democracia que quieren repartir los bienes de los ricos. Y esto es bastante definitorio. A pesar de que algunos historiadores revisionistas pretenden mostrar que ese golpe del 5 de abril de 1811 fue popular, pero con esa proclama está todo dicho.

Entonces allí son expulsados de la Junta y desterrados Larrea, Vieytes, Rodríguez Peña, French, Berutti, las principales figuras. Belgrano y Castelli son enjuiciados. Y la revolución queda en manos de lo que va a ser después el Primer Triunvirato, donde aparecen ya las figura pro-británicas de Rivadavia y Manuel José García. Es decir, la revolución es derrotada en 1811 y es recuperada en 1812 con la participación de San Martín, cuando derrumba al Primer Triunvirato y queda el Segundo Triunvirato que ya vuelve a ser, a través de Monteagudo, una expresión de un morenismo ya un poco en declinación, un morenismo un poco elitista que quiere hacer cosas para el pueblo sin el pueblo.

Juan Bautista Alberdi, ya viejo, cuando se rectifica de todos sus errores, dice claramente que las revoluciones empiezan en 1809 en La Paz y Chuquisaca, donde son las primeras revoluciones democráticas, que son derrotadas. Después siguen en abril de 1810 en Caracas, en mayo en Buenos Aires, en agosto en Chile, en septiembre en Bogotá y en México y en febrero de 1811 en la Banda Oriental. Forman parte de un solo movimiento. Y Alberdi dice que la Revolución de mayo es parte de un movimiento de revolución hispanoamericana que a su vez continúa la revolución que se está llevando adelante en España, iniciada en 1808, y que ambas son la continuación de la Revolución francesa. Por eso San Martín habla del Evangelio de los Derechos del Hombre: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Es decir, son revoluciones democráticas, populares, que quieren sacar a los virreyes y que tienen un carácter de Patria grande. Es decir, se van extendiendo con características muy similares -reemplazar al Virrey por una junta elegida por el pueblo- a todo lo que era Hispanoamérica (porque en aquél momento no se puede hablar de América latina). Y de allí van a surgir después los ejércitos de Bolivar (que va del norte al sur) y de San Martín (que va del sur al norte) para tratar de unificar a esos pueblos. Pero en eso se fracasa y en vez de ser los estados unidos, como son los Estados Unidos de América del Norte van a ser los Estados Desunidos de América del sur.

El proyecto es continuado por Artigas, cuando se levanta en 1811, y ahí sí tiene un carácter de masas porque Artigas arrastra consigo a mucha gente, mientras que los revolucionarios de mayo tienen una base popular bastante chica. En cambio Artigas tiene a los gauchos de Artigas. Y además Artigas va a llevar adelante el programa de la reforma agraria, el programa de protección a las industrias locales y tiene un sentido de Patria Grande. Es decir, renace la Revolución de mayo en el Litoral, con Artigas, que alcanza a tener influencia sobre Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes y parte de Córdoba. Y se declara la independencia en 1815, en el Congreso de Oriente. Y renace también la Revolución de Mayo con San Martín en Cuyo cuando San Martín reorganiza el ejército en 1817, cruza la cordillera de los Andes, libera Chile y después pasa a Perú y libera a Perú. Son las dos alas en las cuales va a continuar la Revolución de Mayo.

El debate del siglo XIX, por lo que se peleó, era entre hacer un país como la Argentina que todavía es, un país que tenga una cabeza grande, que es la provincia de Buenos Aires, un centro en el puerto, mirando hacia el Atlántico, vinculada o sometida a los intereses económicos europeos y después norteamericanos, o hacer un país hacia adentro, un país con fuerte mercado interno donde se vinculasen las provincias entre sí y con lo que se llamaba el Alto Perú y el resto del continente, que es lo que trata de hacer Bolivar en 1826 cuando convoca a un Congreso Anfictiónico en Panamá y trata de unir, que es el  mismo proyecto de San Martín. Estos dos proyectos son los mismos en cierto sentido. Scalabrini Ortiz los llamaba “las dos rutas de mayo”. Y las dos rutas de mayo están ahora también cuando vemos que se constituye la Unasur o la Celac como formaciones de la Patria Grande, de la Patria bolivariana que levantaba el comandante Chávez, lo que les permitió a Chávez, a Lula y a Kirchner prácticamente hacerle un desaire total a Bush en Mar del Plata, rechazando el ALCA. Esa es la ruta de mayo. La ruta contra mayo, la ruta reaccionaria es la de la dictadura genocida del 76, la del menemismo del 90, la de De la Rúa y la que se expresa ahora también en muchos que no expresan su programa porque su programa es volver al neoliberalismo».

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