América Latina

18 mayo, 2014

Brasil: Los asesinatos no frenan la lucha por la Reforma Agraria

El pasado 10 de mayo culminaron las actividades que venía realizando el MST desde el día 28 de Abril, en el marco de las Jornadas Nacionales de Lucha por la Reforma Agraria. En el año de su aniversario número 30, los y las Sin Tierra continúan luchando por la reforma agraria.

El pasado 10 de mayo culminaron las actividades que venía realizando el MST desde el día 28 de Abril, en el marco de las Jornadas Nacionales de Lucha por la Reforma Agraria. En el año de su aniversario número 30, los y las Sin Tierra continúan luchando por la reforma agraria, contra el agronegocio y la explotación. El capital dio su respuesta, entre los días 4 y 6 de mayo fueron asesinados tres militantes del movimiento: uno en Paraná y dos en Rio Grande do Norte. A lo que se suman tres heridos de bala en Ceará.

El llamado “Abril Rojo” es un conjunto de acciones con las que el MST recuerda todos los años dos hechos fundamentales en la historia de la lucha por la tierra en Brasil: el golpe de Estado que derrocó al presidente Joao Goulart en 1964 y la Masacre de Eldorado dos Carajás en 1996, cuando 21 trabajadores y trabajadoras rurales sin tierra fueron asesinados por la policía Militar. Además, reafirma la lucha por la reforma agraria popular.

El movimiento Sin Tierra sostiene que “los motivos para luchar son muchos frente a un Gobierno que prioriza un modelo agrario que produce mercancías en vez de alimentos; que envenena las plantaciones, el medio ambiente y las personas; la violencia contra los trabajadores rurales que persiste”. Precisamente, este último punto se refleja en los asesinatos de tres militantes del movimiento.

El primer dirigente asesinado fue Valdair Roque, conocido como “Sopa”, quien fue atacado la mañana del 4 de mayo en la puerta de su casa, ubicada en el asentamiento Sétimo Garibaldi, municipio de Terra Rica, noroeste de Paraná.

El martes siguiente, fueron asesinados dos Sin Tierra: Francisco Laci Gurgel Fernandes, de 34 años y Francisco Alcivan Nunes de Paiva, de 46, después de una movilización en la que se encontraban 500 trabajadores acampados de la región de Apodi, en Río Grande Do Norte. Los crímenes acontecieron en un área del campamento donde también está siendo construido el perímetro irrigado del Departamento Nacional de Obras Contra as Secas (DNOCS), área donde los Sin Tierra sufren constantes amenazas de capataces armados y seguridades privadas de la empresa a cargo de la obra.

Estas son las sistemáticas respuestas de los sectores dominantes frente a un movimiento de trabajadores y trabajadoras organizadas que han decidido atacar al corazón del agronegocio: la tierra. Respuestas que forman parte de las estrategias históricas que los latifundios y el Estado aplican sobre el campo popular para intentar disciplinarlo y acallarlo. Estrategias que nuestros pueblos latinoamericanos ya conocen muy bien. Es por eso, que el movimiento continúa luchado en las calles y exigiendo justicia por los asesinatos.

Ocupaciones en las Jornadas por la Reforma Agraria Popular

Las jornadas, llevadas a cabo en 19 estados y el Distrito Federal de Brasil, tuvieron como protagonistas a los trabajadores y trabajadoras que realizaron 60 ocupaciones de tierras y predios públicos; cortes de rutas; marchas por cuatro capitales (São Paulo, Salvador, Belo Horizonte e Recife) y denuncias públicas a empresas multinacionales.

Desde la Secretaría Nacional se afirma que “el 6° Congreso fue un termómetro para demostrar que está aconteciendo una alteración en la correlación de fuerzas en la lucha por el campo. Demostró que el modelo de desarrollo del agronegocio da señales de agotamiento en algunos sectores y regiones”. En este sentido, los Sin Tierra proponen una nueva política agraria para el campo brasilero, a la que denomina Reforma Agraria Popular, “cuya base productiva se sustenta en la agroecología, sin la utilización de agrotóxicos, en armonía con el medio ambiente, diversificando la plantación de alimentos, llevando cultura y educación al campo, ofreciendo alimentos saludables y de calidad a toda la población brasilera”.

Las distintas movilizaciones se orientaron a diversos frentes de lucha, articulando al campo y a la ciudad. En base a ello, durante las jornadas, además de las ocupaciones de tierras, se exigió al Estado, salud, educación, infraestructura, viviendas y créditos para los asentamientos, así como el cese de la criminalización y la violencia contra la pobreza y de la protesta social.

Las acciones del Movimiento se enfocaron en señalar las expresiones cristalizadas del capitalismo en la sociedad brasilera. Por ello apuntaron sus denuncias sobre las razones que han venido impidiendo la Reforma Agraria Popular, dentro de las cuales se encuentra tanto el sector Estatal -con el accionar del último gobierno federal y de los congresistas-, como el privado, de la mano de las empresas extractivístas multinacionales y el agronegocio.

Mary Ordoñez, desde Brasil.

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas