12 mayo, 2014
Crónica de un festival cultural que no pudo ser
Este fin de semana pasado estaba programado el primer Festival de Activación Cultural Autogestionado en el espacio del ex Padelai. Iba a haber libros, bandas e intervenciones artísticas. Pero la Policía Metropolitana, basándose en una «orden judicial no acreditada», impidió el ingreso de los artistas y del público.

Este fin de semana pasado estaba programado el primer Festival de Activación Cultural Autogestionado en el espacio del ex Padelai. Iba a haber libros, cine, bandas e intervenciones artísticas. Pero la Policía Metropolitana, basándose en una «orden judicial no acreditada», impidió el ingreso de los artistas y del público.
Podrían decir los policiales: una orden judicial con malas intenciones asesinó la celebración de un evento autogestionado, multidisciplinario y a puro pulmón. Los más amarillos agregarían: la cultura barrial llora una víctima más. Romanticismo de lado, una de cal. Aquí la historia:
La cita era en Humberto Primo y Balcarce, el sábado a las 14. Se inauguraría el primer Festival de Activación Cultural Autogestionado (FACA), a desarrollarse los días sábado 10 y domingo 11 de mayo, con una impresionante muestra dentro del antiguo y gigantesco edificio abandonado del Patronato de la Infancia, declarado patrimonio histórico y cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
En el mismo predio coexisten dos construcciones: la antigua, crepuscular y digna de una postal de terror, y una más moderna que se encuentra hoy habitada por treinta y cinco familias (cerca de 200 personas) que felizmente pueden llamarlo su hogar.
Treinta días antes del sábado inaugural, una multitud de caras nuevas comenzó a recorrer los numerosos cuartos y pasillos: artistas, promotores, ingenieros, y productores. Trabajando juntos buscaban, cada uno desde su lado, sumar confort y “despeligrizar” a diferentes espacios dentro del viejo inmueble del Padelai: se construyeron dos baños nuevos, se instaló una nueva red eléctrica, se repararon cielos rasos, paredes y hasta el patio, que fue el lugar donde emplazaron una huerta medicinal, se hidrolavó por dentro y por fuera y se barrió una y otra vez. Cada una de las habitaciones internas fue intervenida artísticamente, agregando sabor y cultura a un edificio olvidado del Estado; y sola y precariamente cuidado por sus habitantes, que nunca perdieron la condición de “ocupas” ante la ley, pese a un kilométrico embrollo legal que deja en manos de la Cooperativa de San Telmo al 70% del predio. Las largas jornadas de trabajo y el consecuente vínculo entre los artistas y las familias lograron hacer de ese lugar uno menos peligroso, más acogedor, más expresivo, y más… más.
Llegó el día tan esperado; y con él lo hicieron también dos patrulleros de la Policía Metropolitana y 8 uniformados con cascos y escudos antimotines que hacían obediencia a una orden judicial que jamás fue presentada ni ante la cooperativa, las familias o las asociaciones intervinientes, y que data de más de dos años de antigüedad. El documento prohibía el acceso del público al predio, reservando únicamente su ingreso a las familias inscriptas en una lista; de las cuales muy pocas continúan hoy viviendo ahí.
En el aire se sentía el palo santo, el pan relleno, las tortas veganas y las vibraciones de un equipo de audio que hacía lo que podía. Las bicicletas se apiñaban sobre los postes de luz y las paredes, mientras frente a las rejas del histórico edificio se desarrolló una feria itinerante. La Feria de Libros Independientes y Alternativos(FLIA) celebraba allí su octavo año de vida junto a puestos de comida vegetariana, de bebidas varias, de plantas, de pines, de aros, de discos, de fotografías, de artesanías. Pero faltaba algo, un plato importante en la mesa, y era la apertura del FACA.
A través del portón sobre Humberto Primo podían verse las remeras verdes de los organizadores del evento trunco que, junto a las familias, decidieron atrincherarse en el lugar hasta que la situación cambiare o apareciera una explicación. Firmes, los policías custodiaron el acceso y constantemente recorrían toda la cuadra, vigilantes de vaya a saber uno qué.
Pero la música no cesó y tampoco lo hicieron las voces. Mientras en la esquina de Av. San Juan sonaban unas poesías musicalizadas en vivo, Raúl Lemesoff, del Arma de Instrucción Masiva (el tanque hecho de libros), ofició de vocero del lado de Balcarce y leyó un comunicado oficial en el que explicaba la situación del bloqueo cultural que se estaba viviendo gracias a “una orden judicial no acreditada”. Junto a él, representantes de las demás organizaciones que engendraron el evento (Cooperativa San Telmo, BACO Asociación Civil y familias del Padelai) repudiaron la orden pacíficamente: gritaron, aplaudieron y luego rieron.
La asociación civil BACO, a través de su cuenta de Facebook informaba: “A las 17 hs los referentes de #faca leerán un comunicado. Debido a una orden judicial que pesa sobre el ex-Padelai lamentamos informar que se suspende #faca, pero nos quedamos a celebrar los 8 años de la #FLIA / Feria del Libro Independiente y Alternativo. Les pedimos a todos disculpas y esperamos que nos acompañen esta tarde en alzar la voz para recuperar un espacio que merece abrir sus puertas a todo San Telmo”.
Desde su página de Facebook, el evento promocionaba a todos los artistas visuales (36) y bandas en vivo (20) que participarían de las dos jornadas inaugurales; se celebraría el sábado y el domingo en amplios horarios. La lista de invitados era inmensa y las expectativas de todos rozaban las de una navidad en Aspen. Tristemente, las subsecuentes publicaciones cambiaron de tono. La última esperanza, que la muestra abriera el domingo, fue sofocada.
Los organizadores del evento finalmente informaron vía Facebook: “Amigxs: lamentablemente por una orden judicial que pesa sobre el ex PADELAI hoy tampoco podremos acceder al espacio. La muestra que montamos en el marco de #faca [Festival de Activación Cultural Autogestionado] se da por inaugurada y tomaremos todos los recaudos necesarios para disponer la apertura al público en breve. Muchas gracias a todos los artistas, vecinos y amigxs que ayer apoyaron la actividad, esperamos que devenga pronto en un enclave de construcción plural para toda la ciudadanía y el barrio de San Telmo. Un gran abrazo de Baco Asociación Civil, Arma de Instrucción Masiva y Cooperativa San Telmo”.
La noche llegó, la FLIA estaba desarmando sus puestos y la situación seguía igual. La policía custodiaba la entrada del Padelai y las sonrisas y codeos comenzaron a tender al cansancio, la frustración y la impotencia. La primera jornada había terminado sin empezar. Las nubes llegaban y prometían un aguacero que haría de la segunda una aún más apagada.
Pero el ruido se hizo, la rueda giró y una vez más un espacio abandonado al tiempo y los musgos fue salvado gracias al arte, a la conversación, y a la autogestión.
Santiago Valcarcel Dupontiere – @klownbird
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