Nacionales

8 mayo, 2014

Carpa Villera: la huelga de hambre desde adentro

La Carpa Villera lleva ya 18 días instalada frente al Obelisco. En ella distintas personas han rotado haciendo huelga de hambre para reclamarle al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mejores condiciones de vida en las villas. Notas dialogó con dos huelguistas para conocer su experiencia.

La Carpa Villera lleva ya 18 días instalada frente al Obelisco. En ella distintas personas han rotado haciendo huelga de hambre para reclamarle al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mejores condiciones de vida en las villas. Notas dialogó con dos huelguistas para conocer su experiencia.

Desde el lunes 21 de abril, frente al Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires se puede apreciar una carpa. Es la Carpa Villera instalada por la Corriente Villera Independiente (CVI), una organización de vecinos y vecinas de las villas de la ciudad que trabaja por mejorar las condiciones de vida en los barrios.

El reclamo principal de la carpa está centrado en la Secretaría de Hábitat e Inclusión porteña a la que se le exige un mejoramiento de las condiciones de vida de los villeros y villeras. En concreto la CVI pide que se declare la emergencia habitacional, educativa y socioambiental en las villas para poder aumentar el presupuesto destinado a las mejoras de infraestructura en los barrios. Además reclaman por la aplicación de varias leyes de urbanización, generales y específicas, que están aprobadas pero no se llevan a la práctica.

Esta medida innovadora (diferente a una movilización o un corte de calle) se complementa con actividades políticas y culturales dentro de la carpa. Además esta lucha ha ido sumando el apoyo de distintas organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos así como también han pasado por allí distintas personalidades como el premio nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel, la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas o el periodista e historiador Osvaldo Bayer. También han mostrado su apoyo distintos dirigentes políticos y legisladores de la Ciudad.

Sin embargo, la medida más fuerte de esta lucha es la huelga de hambre que vienen realizando distintas personas dentro de la carpa de manera rotativa. Cada cinco días se renuevan los huelguistas garantizando permanentemente entre 7 y 8 personas en esa situación.

Notas dialogó con dos de ellos, que iniciaron la huelga este lunes, para saber cómo es la experiencia de llevar adelante un ayuno por tanto tiempo reclamando por lo que consideran justo.

Una lucha que vale la pena

Lucero Ayala es vecina del Villa Fraga, en el barrio de la Chacarita. Madre de dos hijos, Ayala milita en el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) una de las organizaciones que integran la CVI.

“Pasamos por muchas situaciones, como dejar a nuestros hijos en casa, pero es por una lucha que vale la pena”, comienza su relato Lucero. La vecina de Villa Fraga explica que es muy importante este reclamo “para nosotros que estamos viviendo en los barrios con tantas dificultades que se nos presentan con la luz, el agua, las cloacas. Y en este tiempo que se nos viene el frío es muy terrible para nosotros”.

Nicolás Castelli es militante de Marea Popular, otra de las organizaciones que integran la CVI. Si bien no vive en una villa de la Ciudad de Buenos Aires ha decidido sumarse a la huelga de hambre para expresar su solidaridad y apoyar una lucha “que es de todos”.

“El día a día es bastante llevadero”, comenta Nicolás. “Hay mucha atención sobre los huelguistas. Todo el mundo viendo a ver como estamos, que necesitamos”. Además “entre los huelguistas hay mucha solidaridad, si alguno se siente mal nos damos apoyo mutuamente”, explica.

El militante de Marea Popular relata cómo es un día habitual en la Carpa Villera: “Hay todo el tiempo gente circulando y el día se pasa rápido. Además de una lucha, es una experiencia de poner el cuerpo muy buena”.

Lucero lo complementa: “Nos levantamos temprano, tratamos de estar lo más tranquilos posibles”. Pero resalta, al igual que Nicolás, que siempre “hay mucha gente en la carpa, se acercan de distintos movimientos”. La militante del MPLD da cuenta también de la recepción que hay en el resto de la gente que circula por el Obelisco y se acerca a ver que pasa.

“Hay mucha gente que se para, pregunta por qué se instaló la carpa aquí en el Obelisco. Qué es lo que buscamos, qué se pretende con todo esto. Y la verdad es que lo que les decimos es que buscamos el bienestar de todas las villas”, sostiene.

Ponerle el cuerpo a las palabras

“Yo tengo dos hijos. Hoy hable con uno y me preguntó ‘mamá ¿comiste?’. Y yo le expliqué que no, que estamos haciendo una huelga por todo lo que venimos luchando y me dijo ‘bueno, pero ¿estás bien?’ y yo le dije que sí. Ahora ellos están con su papá y eso es importante porque él también me está apoyando”, explica Lucero Ayala comentando la situación de su familia que es un importante sostén en esta lucha.

Al ser consultada por cómo fue recibida en el barrio su decisión, Lucero fue muy clara: “Nosotros tomamos esta decisión en conjunto con nuestros compañeros del barrio. Somos dos personas por el momento que estamos haciendo aquí la huelga de hambre y nos vamos rotando cada cinco días. Siempre los compañeros que no están dentro de la huelga de hambre están afuera apoyando. Hay médicos también que están haciendo guardia toda la noche”.

“Sumarse a llevar a cabo esta huelga con este grupo después de 15 días, la verdad que ahí uno cobra dimensión de lo que implica ponerle el cuerpo a las palabras o a una consigna y todo lo que uno puede denunciar en un volante”, sostiene desde su experiencia personal Nicolás.

Finalmente, la pregunta obligada es como hacen para sobrellevar la situación de no comer durante cinco días. “Hambre no tuve. Nosotros ya padecemos el hambre”, responde sin rodeos Lucero. Por su parte, Nicolás explica que “el hecho de que vos sabes que termina no te quema tanto la cabeza. Son cinco días de ayuno”. Pero sobre todo “estar con los otros compañeros, saber que uno no está solo, somos siete, y estamos los siete poniéndole el cuerpo y uno dice ‘no puedo fallar’. De hecho yo el sábado tengo un compromiso y creo que me voy a quedar acá”, agrega.

“Si no laburamos no comemos, así que estamos acostumbrados. Pero una tiene una fuerza para salir adelante y pelear por todo lo que hace a nuestra necesidad”, cierra Lucero dejando en claro que esta lucha tiene fuerza para rato.

 

Federico Araya – @fedearayac y Santiago Mayor – @SantiMayor

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