6 mayo, 2014

De tasas e intereses

El diario La Nación criticó el elevado costo del financiamiento privado, a raíz de la suba de las tasas de interés que trajo aparejada la devaluación de enero pasado. La respuesta de Jorge Capitanich sobre la regulación estatal en ausencia de la autorregulación del mercado. Las presiones sobre los bancos para reactivar el circuito crediticio y la absorción monetaria por parte del Banco Central.

El diario La Nación criticó el elevado costo del financiamiento privado, a raíz de la suba de las tasas de interés que trajo aparejada la devaluación de enero pasado. La respuesta de Jorge Capitanich sobre la regulación estatal en ausencia de la autorregulación del mercado. Las presiones sobre los bancos para reactivar el circuito crediticio y la absorción monetaria por parte del Banco Central.

El diario La Nación publicó, en su edición impresa del día lunes, una nota fuertemente critica contra la política monetaria llevada adelante por el Banco Central, en relación a las tasas de interés. Bajo el titulo “El aumento de las tasas provocó una parálisis casi total del crédito”, el matutino sostiene que a partir de la devaluación de enero y la elevación de las tasas de interés, los bancos redujeron las inyecciones de crédito que realizaban mensualmente, provocando un encarecimiento en las financiaciones y una contracción de la demanda.

Esto se verifica, según sostiene La Nación, en que mientras antes de la devaluación los bancos ponían en circulación alrededor de 10 mil millones de dólares por mes en créditos, en marzo y abril colocaron 10 millones de pesos, es decir el 0,1% de lo habitual. Sumado a esto, la política crediticia se encareció debido a los altos costos vía seguros, comisiones y gastos extras, lo que llevó a que un préstamo personal se elevara “hasta ubicarse entre el 70 y el 100%, según el cliente y la entidad. Esto acortó de facto el mostrador de colocaciones y espantó incluso a los que hubieran mantenido la calificación para poder pedir un crédito”.

Desde el periódico fundado por Mitre afirman, siguiendo a la Consultora Empiria, que “la que vimos es la peor desaceleración o, para mejor decir, caída nominal de la posconvertibilidad, provocada por una parálisis casi inmediata en los préstamos a empresas, que no tardó mucho en alcanzar al crédito a las familias”.

Estas cuestiones llevaron a una respuesta desde el Ejecutivo nacional, por medio de la conferencia de prensa diaria que realiza el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. En este sentido, el ex gobernador del Chaco sostuvo que algunas tasas de interés son hoy usurarias y por lo tanto existen dos acciones posibles, la autorregulación del mercado o la intervención del Estado como ente regulador. “Qué mejor quisiera el Gobierno que la gente haga cola para sacar préstamos para consumo, pero las tasas que están cobrando son absolutamente usurarias”, sostuvo Capitanich.

Por otra parte, el jefe de ministros defendió la política crediticia llevada adelante en estos 10 años de gobierno kirchnerista, al señalar que “entre los años 2003 y 2013 la expansión del crédito en la República Argentina duplicó su participación en el PBI, en cifras redondas de 8 a casi 16 puntos, un poquito más, en términos de Producto Interno Bruto”.

Capitanich afirmó por otra parte que para el préstamo del Bicentenario se destinaron 52 mil millones de pesos y hoy existe una línea de inversión productiva con tasa regulada por el Banco Central “que implica para el primer semestre del año 23.000 millones de pesos con orientación a las pequeñas y medianas empresas”.

La devaluación del peso llevada adelante en enero por el equipo económico del gobierno nacional, se complementó a los pocos días con la suba de las tasas de interés, que comenzó a rondar el 50% anual, encareciendo el acceso al crédito. Esta política no solo permitió frenar la corrida cambiaria que el gobierno había comenzado a sufrir aquellos días de principio de año, sino que conllevó también una mayor liquidez bancaria.

Con la estabilidad monetaria conseguida y la recuperación de los plazos fijos, el Banco Central comenzó a absorber dinero, mediante la colocación de Letras del Banco Central (LEBAC) y Notas del Banco Central (NOBAC), sumado a los plazos a siete días con una tasas del 9,5% anual. Esto significó que los bancos privados pasaran a colocar fondos en la entidad que preside Juan Carlos Fábrega por una suma de 73 mil millones de pesos, cortando el financiamiento a privados.

Según sostiene Pablo Wende en Ámbito Financiero, en la actualidad los bancos tienen colocados en pases pasivos 33 mil millones de pesos, que generan una masa importante de liquidez que se coloca en el Central mediante los instrumentos que más arriba se detallaban. Sin embargo este aumento de las tasas de interés y el escaso financiamiento a privados, comenzó a presionar sobre los bancos para que retomar el círculo crediticio, ya que la caída del 29% anual en préstamos otorgados repercutió negativamente en los niveles de actividad.

Mientras reaparecen líneas de créditos para artículos de consumo como electrodomésticos, no parece que vaya a haber en el corto plazo un cambio en la política monetaria del Central, aunque algunos afirman que Kicillof acordó con Fábrega una reducción de la tasa de referencia, que regenere el préstamo a privados.

En relación a este tema se pronunciaron por otra parte durante el día lunes el ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) y actual diputado del Frente Renovador, José Ignacio de Mediguren, y el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli. El diputado massista sostuvo que “el Gobierno tiene voluntad política de avanzar en el tema crédito”, y que la acción del Ejecutivo es fundamental para el financiamiento de las PyMES.

Por su parte, el ex presidente del Central durante la presidencia de Eduardo Duhalde, afirmó que el problema no pasa por la tasas de interés, sino por el nivel de inflación. “El problema no es la tasa de interés, sino la inflación, el déficit fiscal y la política monetaria que obligan al Banco Central a tomar este tipo de medida” y agregó: “es la inflación lo que distorsiona todo y hasta que no se ataque, el resto de las variables se van a seguir comportando así”.

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