Nacionales

3 mayo, 2014

El día que los ingleses hundieron el General Belgrano

Corrían las 16 horas de 2 de mayo de 1982, cuando el submarino nuclear HMS Conqueror disparaba 3 torpedos contra el ARA General Belgrano, provocando en una hora el hundimiento de la nave argentina, y la muerte de 323 marinos. Familiares y sobrevivientes aun continúan reclamando contra lo que consideran se trató un crimen de guerra.

Corrían las 16 horas de 2 de mayo de 1982, cuando el submarino nuclear HMS Conqueror disparaba 3 torpedos contra el ARA General Belgrano, provocando en una hora el hundimiento de la nave argentina, y la muerte de 323 marinos. Familiares y sobrevivientes aun continúan reclamando contra lo que consideran se trató un crimen de guerra.

 

Eran las 16 horas del domingo 2 de mayo de 1982, cuando el submarino nuclear HMS Conqueror, perteneciente a la Royal Navy, hundía en el Atlantito Sur al Crucero ARA General Belgrano, provocando la muerte de 323 tripulantes, y causando un profundo impacto mundial en plena guerra de Malvinas. La polémica se abrió ni bien se conoció la noticia, y Margaret Thatcher fue acusada de criminal de guerra, por haber ordenado el hundimiento de un buque que se encontraba fuera del área de exclusión.

El crucero ARA General Belgrano había sido adquirido en tiempos de la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, y bautizado en su momento como ARA 17 de octubre. La llegada de la Revolución Libertadora provocó el cambio de nombre, medida impulsada en aquel entonces por el almirante Isaac Francisco Rojas. Tras haber participado en el conflicto con Chile por la disputa por el Canal del Beagle, fue destinado a Puerto Belgrano, desde donde zarparía con 1091 tripulantes el 16 de abril de 1982, integrando la Fuerza de Tareas 79, con órdenes de cumplir misiones de vigilancia e intercepción en el teatro de operaciones, durante los primeros días de la guerra de Malvinas.

Un día antes del hundimiento, el comandante del buque, capitán de navío Héctor Bonzo, recibió la orden de cancelar la maniobra de pinzas que el Belgrano se preparaba para realizar, y fue comisionado para permanecer en espera. En pleno reabastecimiento de combustible durante aquel 1 de mayo, el crucero fue divisado por el HMS Conqueror. El Belgrano se encontraba a unas 200 millas de las Islas Malvinas, fuera del área de exclusión que los británicos habían determinado.

El de 2 mayo de 1982, la premier Margaret Thatcher ordenó a la Armada Británica hundir el ARA General Belgrano, orden que fue llevada adelante por el capitán de fragata Christhopher Wreford-Brown, a bordo del HMS Conqueror. Cerca de las 16 horas el submarino nuclear inglés disparó 3 torpedos MK-8, impactando dos de ellos en la nave de la Armada Argentina.

En vistas de los daños irreversibles del buque, el comandante Héctor Bonzo tocó zafarrancho de siniestro y se puso en marcha el operativo para abandonar la nave, que se hundiría finalmente una hora después en las aguas del Atlántico Sur. Con 72 balsas salvavidas los tripulantes del Belgrano se lanzaron al mar, a la espera de un rescate que llegaría recién al día siguiente, tras ser divisados por el avión Neptune. 323 tripulantes perderán la vida de los 1091 que integraban el crucero.

“El viento era helado y las olas gigantes. En la balsa nos apretujábamos unos contra otros para darnos calor. Éramos quince en un bote naranja cerrado, con algunos chocolates y mantas para cubrirnos cuando la sensación térmica era de por lo menos 20 grados bajo cero”, relataría posteriormente el teniente de corbeta Carlos Bartolomé Castro Madero.

Al conocerse la noticia y durante años posteriores existieron toda una serie de reclamos, fundamentalmente por parte de familiares y sobrevivientes del Belgrano, hacia el gobierno británico al considerar que la decisión tomada por Thatcher de hundir la nave insignia de la Armada Argentina, se trató de un crimen de guerra, al encontrarse el buque argentino fuera de la zona de exclusión.

Las diversas presentaciones judiciales que se realizaron a lo largo de los años, como la llevada adelante en 1993 ante la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos, o en el año 2000 ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo, fueron rechazadas en cada una de las instancias. Incluso miembros de la Marina Argentina han llegado a declarar que el buque fue hundido en una acción de guerra totalmente legítima.

Sin embargo, como han repetido los sobrevivientes y familiares, el ARA General Belgrano no implicaba ningún riesgo militar para la Royal Navy, y se encontraba navegando fuera de la zona de exclusión. Incluso el propio almirantazgo británico desaconsejó a Margaret Thatcher llevar adelante la decisión de hundir a la nave argentina. Las palabras del capitán del HMS Conqueror al recibir la orden de hundir al Belgrano son más que elocuentes. Exigió que se la repitieran 3 veces dicha orden, para finalizar diciendo: “¿Confirma usted que me está diciendo que el General Belgrano constituye una amenaza inminente para las fuerzas británicas y que por eso debo proceder a hundirlo?”.

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