Mundo Gremial

1 mayo, 2014

Datos sobre la situación de la clase trabajadora hoy

El ciclo económico abierto con la devaluación de 2002, permitió una lenta recuperación de los niveles de empleo y del salario, sin embargo el mismo comenzó a frenarse a partir de 2008-2009, para llegar al año pasado con una caída del salario real. La devaluación de enero, el nuevo índice de inflación, y las negociaciones paritarias, una mirada a la situación de la clase trabajadora hoy.

El ciclo económico abierto con la devaluación de 2002 permitió una lenta recuperación en los niveles de empleo y salario. Sin embargo el mismo comenzó a frenarse a partir de 2008-2009, para llegar al año pasado con una caída del salario real. La devaluación de enero, el nuevo índice de inflación, y las negociaciones paritarias. Una mirada a la situación de la clase trabajadora hoy.

El nuevo patrón de acumulación inaugurado a partir de la devaluación del año 2002, sustentado en un tipo de cambio alto, y elevados precios de los commodities, así como en la capacidad ociosa dentro del ámbito fabril, dio lugar a una lenta recomposición del nivel de vida de la clase trabajadora argentina. Recuperación del empleo, negociaciones colectivas de trabajo e incrementos salariales por encima del nivel de inflación, fueron la tónica de los años siguientes a la devaluación.

Este proceso va a encontrar su techo luego del conflicto del campo, y la fallida resolución 125, con el famoso voto «no positivo» del entonces vicepresidente Julio Cobos. 2008 marcará un punto de inflexión en la situación económica argentina, que comenzará a mostrar un repunte de la espiral inflacionaria y un desaceleramiento en la creación del empleo.

Este panorama descripto significará que el año 2013 sea el primero, desde 2009, en finalizar con una caída del salario real, según lo describe el Observatorio del Derecho Social, perteneciente a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) opositora. Podemos ver que con un aumento nominal del salario del 25,1%, y una inflación del 26,9, el salario real se contrajo un 1,5%. Los más afectados por esta caída fueron los trabajadores del sector público, con un salario real un 2,9% menos que en 2012.

La caída del salario real es también observada por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), de la CTA de Hugo Yasky, desde donde se señala que “después de dos años consecutivos de ligeros crecimientos del salario real, el poder adquisitivo del salario cayó 0,4% en 2013”.

La pérdida de capacidad del salario estuvo vinculada a la política económica decidida por el gobierno nacional, de reducir el ritmo de indexación nominal de las variables económicas, que se venía sucediendo desde los año 2007-2008. Como correlato de esta nueva política dentro del ámbito del trabajo se buscó una baja en los aumentos salariales y una extensión de los acuerdos que cada gremio alcanzaba en sus propias negociaciones colectivas.

Siguiendo el estudio señalado de la CTA, se puede ver que será recién en mayo de 2013 cuando los trabajadores y las trabajadoras recuperarán los niveles salariales previos a la devaluación de 2002, siendo los más beneficiados los trabajadores del sector privado, quienes para dicho periodo percibían un salario real un 27,7% mayor al 4to trimestre de 2001. Los trabajadores no registrados percibían un salario real en promedio, un 6,5% superior, mientras los trabajadores del sector público vieron como el mismo caía en comparación al 4to trimestre de 2001, un 40%, producto sobre todo de los pobres salarios de los trabajadores provinciales y municipales.

Las dificultades económicas antes descriptas tendrán como correlato un marcado aumento de la conflictividad laboral para el año 2013, incrementándose la misma un 40% en relación a 2012, y siendo el primer año en que los conflictos del sector público superen ampliamente a los del sector privado, representado los primeros el 59% de los conflictos totales.

Los principales conflictos en los ámbitos de trabajo serán por reclamos salariales, seguidos por aquellos conflictos por condiciones de trabajo, y siendo el grueso de ellos llevados adelante por trabajadores formales.

La situación económica se verá agravada a partir de enero de 2014 con la devaluación del peso, que en el acumulado registró un 60% en 12 meses, provocando la caída del salario mínimo vital y móvil, que luego de encontrarse durante años en el primer puesto en la región, cayó al segundo lugar, con 448 dólares contra 519 de Venezuela, quien pasó al tope del ranking. El mismo había alcanzado los 598 dólares en agosto de 2013.

Con la devaluación consumada, y una inflación acumulada para los dos primeros meses del año en 7,2%, según el nuevo Índice de Precios al Consumidor, las negociaciones paritarias se convirtieron en una fuerte disputa entre sindicatos, empresarios y gobierno. Prueba de ello fue la extensa huelga docente, que terminó por torcerle el brazo al gobernador, y permitió que los y las trabajadoras de la educación obtengan un aumento del 27% en dos tramos. A la par de la lucha docente, otros gremios comenzaron a reclamar subas salariales cercanas al 30%, tal fue el caso de los empleados de comercio, el subterráneo de la ciudad de Buenos Aires, o los trabadores portuarios.

Por otro lado, según el Observatorio Económico y Social (perteneciente a la CGT de Hugo Moyano), para abril de 2014, la tasa de desempleo alcanzaba el 18,22%, equivalente a 3.894.500 personas, con una población económicamente activa de 22.818.422 personas.

Estos datos difieren con los publicados tiempo atrás por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) elaborada por el INDEC. Para el organismo estatal la desocupación alcanzaba el 6,4% para diciembre de 2013, reduciéndose en relación al año anterior, cuando había sido del 6,9%. Por otro lado para el INDEC la población económicamente activa alcanzaba las 18.750.000 personas. Según indican desde el Observatorio Económico y Social, esta diferencia de 4.068.000 personas se debe a que el gobierno oculta la cantidad de gente en busca de trabajo, y por otro lado “2.618.000, están asistidos por planes sociales de inserción laboral o supervivencia por parte del gobierno nacional”. Lo cual significa que en “estos planes de empleo se disfrazan los desocupados que, por temor a perder el subsidio u ocultar su real situación, no expresan la vocación de búsqueda del trabajo ante el censista”.

Por último, señala Jorge Duarte que a partir de la EPH para el cuarto trimestre 2012, el total de asalariados registrados al día de hoy es de 8.150.00 personas, de las cuales un 80% se encuentra bajo negociación colectiva. Mientras los no registrados llegan a los 4.300.000 y los denominados cuentapropistas (forma muchas veces encubierta de fraude laboral) alcanzan los 3.050.000 trabajadores, teniendo Argentina la mayor tasa de sindicalización de la región, alcanzando al 37,7% de los asalariados. Sin embargo en apenas el 14,2% de los establecimientos privados se cuenta con representación sindical.

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