Cultura

30 abril, 2014

Diez cuentos de un tirón

El primer libro de cuentos de Gustavo Moscona, La primera novia de Luis Miguel, nos muestra el mundo tal cual es, con sus desgracias y con sus pequeños triunfos; lejos de la ficción, pero sin dejar de ser literatura.

El primer libro de cuentos de Gustavo Moscona, La primera novia de Luis Miguel, nos muestra el mundo tal cual es, con sus desgracias y con sus pequeños triunfos; lejos de la ficción, pero sin dejar de ser literatura.

 

Moscona es un hombre inquieto, muy inquieto. Es de esos tipos a los que se les mete una idea en la cabeza y deben llevarla a cabo sea como sea. Cuando leemos sus cuentos pareciera como que se los quiere sacar de encima, que los vomita. Propio de un hombre inquieto, de alguien que hace muchas cosas.

Y Gustavo hace muchas cosas: es maestro, profesor de historia, sociólogo, politólogo, dramaturgo y director de teatro. Fue militante gremial e investigador. En fin, un largo currículum que lo posicionaría en ese sector minoritario que tiene algo para contarnos, y si no lo tiene, lo busca.

A Moscona no le interesa eso de escribir bien sino eso de contar. Su prosa desmerece a los puntos aparte, a los silencios y a las pausas. Las frases trabajadas no son lo suyo. En este caso, son lo de menos. Con que el principio sea ganchero, que el final sea el adecuado (ni inesperado ni con moraleja) y con que la anécdota esté buena es más que suficiente. Y las anécdotas están buenas.

Una inundación que arruina las fotos, en época sin redes sociales. El extraño robo de un bebé en un colectivo. Una abuela que conoció al diablo en persona. El llanto de un quiosquero rengo mientras unos pibes se esconden en su pieza. Todas escenas de un libro casi cinematográfico, lleno de nostalgia y por momentos, inocente.

Los diez cuentos de La primera novia de Luis Miguel están narrados en primera persona. Y como chiste intertextual, uno de los tres epígrafes cita a un desconocido: “Qué se yo, te tenés que creer muy importante, te tienen que haber pasado muchas cosas para escribir en primera persona”. La frase se la atribuye a un librero uruguayo. Y esa frase es, de algún modo, lo que vamos a encontrar en el libro. Los anónimos, los derrotados, los hombres y las mujeres de la vida real. La literatura viene después.

Moscona nos trae los hechos cotidianos, ridículos, difíciles de la vida. Nosotros somos los importantes, los que no nos inspiramos con la lluvia, los que viajamos toda la vida en bondi, los que convivimos con la violencia y con la droga y, por qué no, los que desvirgamos a la primera novia de Luis Miguel.

Los personajes de la realidad pueblan este mundo de ficción. Una ficción lejos de la ficción de la televisión, de la ficción de los cantantes de boleros famosos. ¿Y quién se cree estas verdades si no son lo que esperamos de la literatura?

Pareciera que los cuentos de Moscona nos lo contara un amigo en la esquina, mientras tomamos una cerveza y dejamos pasar las horas. Y esto también es literatura ¿por qué no?

Federico Arriola -@fmarriola

Moscona. Gustavo.
La primera novia de Luis Miguel
Editorial Textos Intrusos
Noviembre de 2013

 

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