27 abril, 2014
Parpadeá si me escuchás
“Parpadeá si me escuchás” es una obra teatral de Iván Moschner y Luciana Morcillo interpretada por el grupo Morena Cantero. Narra pasajes de la vida de Mariano Ferreyra, aquel joven argentino asesinado el 20 de octubre del 2010 por una patota sindical en la localidad de Avellaneda

“Parpadeá si me escuchás” es una obra teatral de Iván Moschner y Luciana Morcillo interpretada por el grupo Morena Cantero. Narra pasajes de la vida de Mariano Ferreyra, aquel joven argentino asesinado el 20 de octubre del 2010 por una patota sindical en la localidad de Avellaneda.
Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero (PO), estaba en esa oportunidad reclamando con un corte de vías por el gran problema que aqueja a muchos trabajadores precarizados, el de la tercerización.
En esta pieza teatral vemos como lo recuerdan sus familiares, amigos y amores; desde la veneración hacia su rol como militante del PO hasta el plano personal y su pasión por el teatro. Es una ficción que mezcla el mundo de los espíritus con una supuesta situación real en una casa donde estos dos mundos pueden vincularse entre si.
El de los espíritus está encabezado por el personaje mismo de Mariano, quien tiene el objetivo de realizar una obra de teatro de tipo clásico, pero a la vez muestra su necesidad de seguir habitando ese mundo real que lo llama a través de los recuerdos, siempre emotivos de parte de algunos vínculos muy cercanos como su madre, un antiguo amor y alguna amistad, quienes no son realmente ellos sino que toman el cuerpo (por momentos) de una familia que vive en una casa. La mujer de esa familia tiene el poder para comunicarse con seres del más allá y es ella el vehículo principal de conexión.
Pero el conflicto se da porque esta mujer está casada con un hombre millonario quien sin importarle la vida de los empleados, ni la de su propia familia quiere mandar a demoler la casa, cansado de la problemática espiritista. Este hombre parece cumplir un rol de la “patronal” bajo la mirada de la clase obrera organizada.
Lo que sucede con este personaje, que elegimos analizar especialmente porque nos parece que da cuenta de lo que muestra la obra en general, es que funciona de una forma muy estereotipada en cuanto a lo que es un patrón, a la vez que la pieza dibuja también un estereotipo fuerte de lo que es un militante; en ese sentido percibimos la idealización hacia un joven que dejo la vida defendiendo los derechos de los trabajadores, pero siempre buscando recortarlo a un ambiente partidario.
En varios pasajes de la obra se intenta rescatar la figura más humana y cotidiana de Mariano, a cargo del personaje de la madre, poseyendo el cuerpo de una trabajadora doméstica de la casa millonaria.
El hecho de que Mariano y sus compañeros espíritus habiten esa casa que no tiene vínculo directo con su vida en el plano de la realidad, da a entender cómo este militante busca el triunfo, aún desde el más allá, de sus compañeros de clase en su lucha diaria contra los patrones…
La escenografía, de un estilo básico, en la que se usan varias puertas tras las que permanecen algunos personajes hasta el momento de su aparición, también son usadas con diálogos que transcurren detrás de ellas, y nos dan a entender como a la vez que se superpones los planos de la realidad, una manda sobre otra.
Sin embargo, esa superposición continua de mundos hace de la puesta una cuestión muy confusa en la que el espectador muchas veces pierde significados que quieren ser mostrados. Es en ese contexto que interviene, mezclado en medio del conflicto por la demolición de la casa, la representación de aquel momento que terminó con su vida, siendo este momento, seguramente el más sabido por el público de la vida de Mariano, el instante más emotivo de la obra, compuesto por los mismos personajes que rotan hacia ese enfrentamiento entre militantes y patotas sindicales.
Interviene en ese pasaje, una particular visión triunfalista acerca de la acción del Partido Obrero en ese episodio tan crítico que, además de terminar con la vida de Mariano, dejó dos heridos, uno de gravedad. En la desesperación de sus compañeros pidiendo a Mariano una señal de vida, escuchamos la frase que da titulo a la obra.
En conclusión, es una obra que merece ser vista, sobre todo, por lo que representa Mariano Ferreyra en la historia de la militancia contemporánea argentina y a modo de homenaje.
Carla Oms e Iván Messina
Ficha técnico artística
Texto: Luciana Morcillo, Ivan Moschner
Actúan: Ariel Aguirre, Mercedes Arguimbau, Carlos Balena Palacio, Pablo Blanco, Fernando Conte, Irene Echenagucía, Sergio Escalas, Santiago Firpo, Jon Lucas, Dominica Medina, Claudia Puzzer, Patricia Vitis, Florencia Zothner Ciatti
Vestuario: Ana Franca Ostrovsky
Escenografía: Félix Padrón, Aimé Pansera
Iluminación: Félix Padrón, Aimé Pansera
Fotografía: Moira Antonello
Diseño gráfico: Patricia Millán
Prensa: Sonia Novello
Dirección general: Ivan Moschner
Esta obra se presentó en el Paraje Artesón, Palestina 919, los domingos a las 19 hs, desde el 09/03 hasta el 27/04 en su segunda temporada en los escenarios.
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