23 abril, 2014
Foro de Convergencia Empresarial: reclamos, planteos y exigencias
Esta semana se reunió el Foro de Convergencia Empresarial, espacio que nuclea a las principales cámaras y asociaciones empresariales del país, lanzado a fines del 2013. Las exigencias de la elite económica hacia 2015.

Esta semana se reunió el Foro de Convergencia Empresarial, espacio que nuclea a las principales cámaras y asociaciones empresariales del país, lanzado a fines del 2013. Tras la reunión se publicó un documento con ejes en la política social, institucional y económica. Las exigencias de la elite económica y el proyecto económico de cara al 2015.
El Foro de Convergencia Empresarial (FCE), lanzado a fines del año 2013, efectuó durante estos días una nueva reunión en la que participaron las cámaras, asociaciones profesionales y entidades empresarias que la integran. El resultado fue la publicación de un documento llamado “Bases para la formulación de políticas de Estado. Quiénes somos. Qué necesitamos”, donde a partir de 3 dimensiones -económica, social e institucional- las organizaciones empresariales trazan tanto una visión de la Argentina actual como lineamientos que, según los propios organizadores señalaron, esperan sean considerados por el conjunto de los partidos políticos de cara al 2015.
El FCE está integrado, entre otras entidades, por la Bolsa de Comercio (BCBA), la Unión Industrial Argentina (UIA), la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). También aparecen como firmantes del documento la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y la Cámara Argentino de Comercio (CAC), aunque ambas entidades salieron luego a despegarse del Foro. “Yo no participé del Foro ni tampoco lo hizo la Cámara como institución. Concurrió una persona nuestra, pero lo hizo de forma personal”, sostuvo Gustavo Weiss, de CAMARCO.
Según señalaron desde el FCE al dar a conocer el documento, el mismo no es “contra nadie”, ni pretende ser kirchnerista o anti-kirchnerista, y será enviado a todos los partidos políticos con representación parlamentaria así como al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
El Foro, surgido entre noviembre y diciembre del año pasado, cuenta al día de hoy con 38 entidades y asociaciones empresariales. Durante el verano se realizaron algunas reuniones y se publicó un documento denominado “La hora de la convergencia”, que hace especial énfasis en un llamado al conjunto del empresariado para discutir políticas de Estado. Según se indicaba en dicho documento, el FCE partía de “la necesidad de aunar a las fuerzas productivas y elaborar un diagnóstico común sobre la situación en que se encuentra nuestro país, de modo de avanzar en propuestas sobre las condiciones requeridas para reconciliar el ejercicio de la política con la promoción del desarrollo económico y social sostenible que reclama nuestra nación”.
Para avanzar en esta tarea de desarrollo económico, desde el documento se asumía al empresariado como “motor generador de condiciones” y se entendía que el mismo constituía “un cuerpo unificado por el espíritu de convergencia en torno a los valores republicanos”, independientemente de los intereses sectoriales o económicos de sus distintos integrantes.
El nuevo documento, dado a conocer esta semana, avanza sobre las ideas contenidas en el publicado durante el verano y plantea, como señalábamos anteriormente, tres ejes centrales. Dentro del eje institucional, el FCE no realiza aportes significativos, repitiendo en su mayoría los argumentos que hoy circulan como críticas al kirchnerismo. Es decir, el problema de la corrupción, la necesidad de una división de poderes y de independencia de la Justicia y la defensa de la libertad de prensa. Es para destacar, ya que no suele ser parte de la agenda de la oposición, el llamado una nueva ley de coparticipación.
El eje económico hace especial hincapié en el aspecto inflacionario. Las entidades empresarias exigen “garantizar los procesos de formación de precios con el funcionamiento de mercados transparentes evitando intervenciones distorsivas” y reclaman “previsibilidad, estabilidad y formalidad de las reglas de juego para promover la inversión privada en todas las actividades económicas”.
Es interesante destacar que si bien el documento no resalta ninguna política económica particular llevada adelante este último tiempo, por elevación viene a discutir con toda una batería de medidas que el Gobierno ha venido sosteniendo. Desde los controles de precios y el programa de Precios Cuidados, hasta los controles en el mercado de divisas o la regulación en el giro de utilidades al exterior.
Para los sectores empresariales que suscriben el documento, el problema radicaría en la excesiva participación del Estado en la economía. Así reclaman, por ejemplo, la “eliminación de los factores que desalientan, restringen o prohíben las exportaciones” y una “fuerte reducción de la elevada presión tributaria sobre el sector formal de la economía”.
La tibieza mostrada en las propuestas de carácter institucional cede paso a toda una serie de reclamos y exigencias en el plano económico, que pintan de cuerpo entero a las cámaras y asociaciones empresariales integrantes del Foro. Mientras la inflación es exclusiva responsabilidad de las distorsiones introducidas por el Gobierno, se aboga por una profunda liberalización de la economía y se levanta el falaz argumento de la presión tributaria. Falaz en tanto la contribución al fisco por parte de un trabajador en términos porcentuales es mucho mayor a la realizada por cualquier empresa líder que integra el Foro.
Si bien no forma parte del arsenal discursivo utilizado, el apartado económico se alimenta de un reclamo levantado de manera incansable por la elite empresaria local: la tan mentada “seguridad jurídica”. Artilugio favorito al momento de reclamar menos participación del Estado en la economía y más prerrogativas otorgadas al mercado.
El último eje que considera el documento del FCE es el eje social. En el mismo vuelven a aparecer nuevamente argumentos que hoy integran el sentido común de la política cotidiana y se reclama de manera vaga una reforma en el sistema de salud y la erradicación de la pobreza mediante la generación de empleo. Dentro de los aspectos sociales, no podía faltar la exigencia de “desarrollo de una política criminal integral para combatir la inseguridad y el narcotráfico”.
El FCE, a partir de estos documentos publicados, busca trazar las principales líneas programáticas que el establishment económico plantea para la sucesión presidencial de 2015. La mera reunión del Foro es todo un hecho político, pero lo es mucho más la publicación de este tipo de documentos, donde la política partidaria desaparece de manera completa pero es el vector que guía el accionar de estas entidades en la búsqueda del o los candidatos capaces de realizar sus aspiraciones y proyectos económicos.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.