Cultura

19 abril, 2014

Como turca en la neblina

«Mi única fe», teatro documental premiado en la última Bienal, se reestrena en Buenos Aires. Una estudiante turca de Ciencias Políticas llega a Buenos Aires para una investigación sobre Perón. Su historia, su familia, Turquía, el Islam, el genocidio armenio, el desarraigo, la extrañeza vivificante de la extranjería…

«Mi única fe», teatro documental premiado en la última Bienal, se reestrena en Buenos Aires. Una estudiante turca de Ciencias Políticas llega a Buenos Aires para una investigación sobre Perón. Su historia, su familia, Turquía, el Islam, el genocidio armenio, el desarraigo, la extrañeza vivificante de la extranjería… En la semana aniversario del genocidio turco sobre el pueblo armeno,  recomendamos una visita a Estambul y a sus contradicciones.

 

Otra importante diferencia entre el turista y el viajero es que el primero acepta su propia civilización sin cuestionarla; no así el viajero, que la compara con las otras y rechaza los aspectos que no le gustan.

«El cielo protector», Paul Bowles

 

La historia de Hatice puede ser tan sencilla o tan compleja como cualquier historia humana. Bien mirada, de cerca, con amor, es una historia de crecimiento, de transformación, de rupturas, de cambios y de viajes. Los viajes bien vividos siempre implican la posibilidad de un cambio, de un cuestionamiento al mundo de la cotidianeidad que nos rodeaba hasta ayer y que hoy aquí, en otras latitudes, con otro idioma y otros recuerdos, ya no parece tan “natural”. No es menester que sean grandes viajes tampoco, puede suceder simplemente tomando el 60 si uno mira de cierta manera particular, como viajero. Pero en el caso particular que aquí se investiga sí se trata de un gran viaje, desde la pequeña ciudad turca de Mersin, cerca de Siria, hasta Buenos Aires, pasando por esa para nosotros extraña ciudad de Estambul en la que cambiar de barrio puede implicar una mudanza de continente.

«Mi única fe», la segunda obra escrita, dirigida y protagonizada por el actor y director mexicano Adrián Pascoe, es una extremadamente original puesta en escena de teatro documental, investigando con herramientas y materiales propios del documentalismo cinematográfico la historia, motivaciones y contradicciones de esta “amiga turca” de Adrián, logrando el milagro siempre sorprendente de transformar una vida a priori no más ni menos extraordinaria que mucha otras en una redonda pieza escénica que permite abrir discusiones políticas, culturales, religiosas, geográficas, sexuales… en fin, humanas. Porque, como agudamente plantea el mismo director, “la vida de Hatice es interesante porque todas lo son”.

Más allá de esa amorosa mirada empática hacia el siempre sorprendente bicho humano, la obra plantea muy fuertemente algunas reflexiones vinculadas a la percepción del mundo propia de la extranjería, del desarraigo, de aquellos que, eligiéndolo o no, acaban viviendo en un medio ajeno, extraño, que los destaca y los obliga a mostrarse más y de otra manera. A este saludable extrañamiento contribuye también el casting, ya que además de Pascoe la obra está en manos del chileno Mauricio Daille y del colombiano Mario Henao. Es decir, tres extranjeros en un escenario de Buenos Aires, haciendo un documental sobre una turca que vino a la Argentina para trabajar en su tesis sobre Juan Domingo Perón y sus posibles similitudes con el líder turco Kemal Ataturk.

A partir de la investigación sobre fotos, textos, registros de audio, música, etc., los tres documentalistas en escena, que constantemente se van poniendo en la piel de los investigados para revivir algunas escenas significativas, nos van involucrando también en el work in progress de la creación de la obra, debatiendo entre ellos, preguntándose y reflexionando frente al público. Y esta ventana sobre el backstage de la investigación que, dicho sea de paso, también hace explícito su rechazo a toda pretensión de “objetividad” del género documental, no es uno de los méritos menores de la pieza.

Afortunadamente lejos de pretensiones académicas o ensayísticas la obra es, sin embargo, hondamente política. No sólo en sus aspectos más evidentes, como sus reflexiones sobre la fe y el Islam o la percepción que puede tener una investigadora extranjera sobre el fenómeno peronista sino también en la estampida de preguntas incidentales que dispara: ¿Qué implica para una estudiante turca el cubrirse o no la cabeza con un pañuelo? ¿Por qué le llaman tanto la atención a Hatice los lobbys de los edificios de Buenos Aires? ¿Qué implica para ella el tener un novio judío? ¿Cómo se habla, o no, de la homosexualidad en Turquía? ¿Qué pueden tener en común el genocidio armenio con los 30 mil desparecidos de la dictadura argentina?

Además de unas actuaciones más que solventes, la obra cuenta con un enorme valor agregado en la música original de Liza Casullo y en unos recursos escenográficos sencillos y eficientícimos que gracias a un proyector de filminas explotado muy creativamente y algunas linternas manejadas por los actores transforman al arte infantil y bello de Alexia Muñiz Braun en un protagonista más de la obra.

Se presenta los domingos a las 21 en El Exéntrico de la 18.

Pedro Perucca – @PedroP71

 

Ficha técnico artística

Actúan: Mauricio Daille, Mario Henao, Adrián Pascoe

Voz en Off: Baþak Kalaycýoglu

Vestuario: Mirna Tischik

Video: Cesar Jaramillo

Música: Liza Casullo

Fotografía: Juan Fransisco Taborga

Arte: Alexia Muñiz Braun

Diseño gráfico: Leandro Ibarra

Producción ejecutiva: Janis Castillo

Dramaturgista: Fernanda Del Monte

Dirección: Adrián Pascoe

 

Sala: El excéntrico de la 18º

Lerma 420

Capital Federal

Teléfonos: 4772-6092

Web: http://www.elexcentricodela18.com.ar

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