18 abril, 2014
Señales, un policial fantástico
El pasado jueves 10 de Abril se estrenó la película Señales, ópera prima de Guido Rossetti que se sumerge en el pueblo bonaerense de Tres Lomas para descubrir, a través de una mezcla del género policial con el de terror, los dolores más profundos de su protagonista.

El pasado jueves 10 de Abril se estrenó la película Señales, ópera prima de Guido Rossetti que se sumerge en el pueblo bonaerense de Tres Lomas para descubrir, a través de una mezcla del género policial con el de terror, los dolores más profundos de su protagonista.
Provincia de Buenos Aires, Tres Lomas. En el hotel La Casona se producen una serie de extraños suicidios. Lo más llamativo es que son de frecuencia semanal y en el mismo lugar de la hostería; siempre los jueves y en la habitación 9. Señales inicia con la muerte del tercer suicida y con la desesperación del comisario Molina (Roly Serrano), un hombre acostumbrado a una rutina pueblerina en la que poco pasa que ya no sabe cómo explicar el inusual fenómeno.
Tal vez por eso, la misteriosa llegada de Mauro Silleta (Nicolás Mateo) no lo desencaja tanto. Silleta es un porteño del barrio de Palermo, hijo de un importante empresario, que aparece para ofrecer su ayuda. El concepto de que lo material no hace a la felicidad se cumple en él a la perfección. A pesar de tener un porvenir acomodado, su vida es vacía y solitaria. Resolver la intriga de La Casona representa para él no sólo la posibilidad de ayudar al pueblo sino también una forma de darle sentido a su vida. Perdido por perdido, probar no cuesta nada. Es de este modo que el joven se instala en la misteriosa habitación con el afán de encontrar algo, una señal con la que dilucidar los hechos.
La película se presenta en principio como un policial. En ella están presentes los elementos típicos del género: extrañas muertes realizadas siempre de la misma forma (los suicidas se cortan las venas con vidrios que nunca aparecen), búsqueda de pistas que permitan aclarar el misterio, presencia de un policía atormentado por su pasado y obsesionado por resolver el caso. Sin embargo, a medida que el film avanza, va adentrándose en el suspenso y terror. La inclusión de características de estos géneros, hace que la película posea cierta particularidad, aún más tratándose de una producción nacional que no está habituada a estos registros.
La aparición de una mujer inquietante de la que nada se sabe y el recuerdo constante por parte de Molina de su hijo fallecido, son presencias perturbadoras, fantasmas del pasado que vuelven para que, en el presente, no se los olvide. En Señales los elementos de terror son reapropiados por el realizador. El objetivo será mostrar que es posible saldar cuentas con aquello que, enterrado en nuestra memoria, sigue volviendo y causa dolor.
La extrañeza de la película se refuerza por la locación en Tres Lomas; los pueblos siempre aportan su mística. Como bien han registrado directores como David Lynch, los crímenes o muertes acaecidos en pequeños poblados perturban la paz del lugar y vuelven todo más tenebroso: algo de ese lugar en el que todos se conocen, no está funcionando bien.
De la universidad al largometraje
Señales comenzó como proyecto cinco años atrás. El origen se remonta a un trabajo universitario que Guido Rossetti realizó mientras estudiaba cine en La Plata. Incentivado por lo que en principio sólo era un guión, se presentó en el 2009 al Concurso de Largometraje Digital promovido por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y lo ganó. Ese premio se convirtió, según sus palabras, “en el puntapié inicial para empezar con esta aventura de iniciar un largo”. Con ese primer estímulo, y con el posterior aporte de inversores privados, el director se instaló en Tres Lomas, de donde es oriundo, para realizar en un mes su primera producción.
Con un presupuesto acotado, Rossetti supo realizar una película de calidad. Ese es, de hecho, uno de los grandes logros: una industria como la hollywoodense, experta en este género cinematográfico, bien podría haber hecho este film pero los costos hubiesen sido más elevados. Atreverse a debutar con una mezcla de géneros tan codificados como el policial y el terror, que en general dependen mucho de grandes presupuestos, es algo a recalcar. Sorteando las dificultades mencionadas, Guido Rosetti supo hacer una película que posee una muy buena atmósfera, una gran fotografía y que permite auto-indagarnos sobre nuestra relación con el pasado.
Para quién aún no la haya visto, Señales se proyecta en el cine Gaumont. Producción nacional que merece ser apoyada, la película superó la cuota de pantalla establecida por la Ley y continúa en las salas.
Laura Loredo Rubio – @LoredoRubio
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.