18 abril, 2014
«No tengo expectativas en un gobierno que apuesta al agronegocio»
Entrevista a Raúl Galván, dirigente de Vía Campesina Chaco, en el Día Internacional de Lucha Campesina. Avances de la sojización, desalojos campesinos y pasivos ambientales. Alternativas a la agricultura extractivista y transnacionalizada. Las deudas de Capitanich.

Entrevista a Raúl Galván, dirigente de Vía Campesina Chaco, en el Día Internacional de Lucha Campesina. Avances de la sojización, desalojos campesinos y pasivos ambientales. Alternativas a la agricultura extractivista y transnacionalizada. Las deudas de Capitanich.
Un 17 de abril de 1996 una escuadra de Policía Militar brasileña abrió fuego contra una movilización del Movimiento de los Sin Tierra en El Dorado dos Carajas, con un saldo de 19 campesinos muertos y cientos de heridos. En conmemoración del hecho trágico conocido como la Masacre de El Dorado se instituyó el 17 de abril como Jornada Mundial de Lucha Campesina.
En diálogo con el programa radial Con el Pie Izquierdo, de Radio Sur, el dirigente de Vía Campesina Chaco, Raúl Galván, comenta que en esta jornada de lucha están llevando adelante diversas iniciativas: “Estamos trabajando, reuniéndonos, haciendo asambleas. Todos sabemos de este proceso que se vino dando en el mundo de concentración de la tierra en pocas manos, desde la revolución verde para acá, donde la agricultura transnacionalizada ha hecho del mundo un territorio casi exclusivo para ellos, expulsando a miles de campesinos de sus territorios”.
Si bien la provincia del Chaco no es la que cuenta con mayor superficie sembrada de soja, sí es cierto que también allí ha ido avanzando, desplazando a otros cultivos tradicionales de la región, como el algodón. Y explica Galván: “Y la soja justamente es la que ha traído el mayor desastre ambiental en nuestra provincia, donde ya prácticamente no quedan bosques nativos. Eso del Impenetrable ya quedó, lamentablemente, en la historia. Hoy ya han entrado los sojeros hasta el corazón del Impenetrable chaqueño”.
El dirigente campesino explica que “La sojización le hace mal a todo, al mediambiente, a los pueblos… Y no estoy hablando de consumir el grano de soja sino del desastre ambiental que se hace en función de la maximización de ganancias de algunas empresas multinacionales. Si bien la soja le deja ganancias al Estado también deja un desastre ambiental y deja a los campesinos sin sus posibilidades”.
Ante este panorama en el que “la agricultura transnacionalizada y la agricultura empresarial, industrial, no ha resuelto el problema del hambre del mundo” y además “ha demostrado el daño ambiental que ha hecho en todo el mundo”, Galván sostiene que la única alternativa es la agricultura familiar. “Inclusive lo están reconociendo gobiernos de otras partes del mundo, que hoy la agricultura familiar es la única que puede paliar un poco por lo menos los daños que se han hecho con la extranjerización de la agricultura a través de estas grandes empresas multinacionales”, explica. Y agrega que la agricultura familiar tiene dos grandes desafíos, vinculados a “resolver el hambre de los pueblos” y a “enfriar al planeta”.
Pero para que estos desafíos puedan cumplirse es necesario un rol diferente de los Estados que deben “pensar en un modelo productivo para nuestros pueblos, que sea pensado para nuestro país y no para el mercado mundial. Y pensar que las necesidades las tenemos aquí y la distribución de la tierra tiene que ser de una manera en que el Estado garantice a la agricultura familiar que sea algo que le sirva a nuestro país, a nuestros pueblos y a los pueblos hermanos. Y no como está pensado hoy, solamente con la soja, para producir alimentos para animales de otros países del mundo”.
En cuanto a la relación con el actual Jefe de Gabinete y ex gobernador de la provincia, Jorge Capitanich, el dirigente campesino sostuvo que dejó pendientes “muchas deudas” con el movimiento campesino. Entre ellas la aplicación efectiva de la Ley de Consorcio de Servicios Rurales (Ley 6547) cuyo propósito teórico apuntaba a “beneficiar al pequeño productor chaqueño a partir del asociativismo, para que modifique su condición de atraso y marginación logrando contención, desarrollo y fortalecimiento como trabajador”. Sin embargo, denuncia Galván, los pagos de esa ley, “conquistada con la lucha”, no se están haciendo efectivos: “Hoy hay una deuda de 50 o 60 millones de pesos hacia la agricultura familiar que no sabemos qué va a pasar”.
Y agrega que, en ese marco, no existen políticas concretas de los gobiernos provinciales ni del nacional hacia los pequeños productores campesinos: “Eso es parte de la lucha que venimos planteando en el último tiempo. La situación de la agricultura familiar está muy mal acá. No hay políticas, lo que hay es asistencialismo. Y lo que nosotros planteamos es que no se resuelve con políticas asistencialistas. Acá tiene que haber políticas de fondo, de Estado, pero no sé si estos gobiernos están en condiciones de hacerlo”. Y agrega Galván: “No me hago muchas expectativas con estos gobiernos que siguen apostando a los agronegocios y que, en todo caso, tienen políticas asistencialistas para la agricultura familiar o incluso clientelistas”.
En ese sentido, también es un fuerte indicador de las apuestas oficiales por la agricultura industrial manejada por transnacionales el rechazo a un anteproyecto presentado por las organizaciones campesinas en contra de los desalojos “que permitiría que no se mate más a ningún campesino, a ningún indígena en los territorios” y la aprobación de una ley de tierras “que dice que es en contra de la extranjerización de la tierra mientras que se les garantiza un 20% más de lo que ya tienen”.
Y concluye Galván: “Que quede claro que no estamos en contra del porotito de la soja sino en contra de un modelo productivo extractivista que busca solamente la maximización de ganancias para algunos”.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.