26 marzo, 2014
Sin permiso para ser madre
Guillermina Mas, una alta ejecutiva de Kimberly Clark Argentina, demandó a la empresa por haberla desplazado de su cargo y hostigarla hasta lograr su desvinculación luego del cumplimiento de su licencia por maternidad.

Guillermina Mas, una alta ejecutiva de Kimberly Clark Argentina, demandó a la empresa por haberla desplazado de su cargo y hostigarla hasta lograr su desvinculación luego del cumplimiento de su licencia por maternidad.
Kimberly Clark es una empresa multinacional cuya casa matriz se encuentra en Dallas, Estados Unidos. Es líder mundial en la fabricación de productos descartables para la higiene personal y la salud, como los pañales Huggies, el papel higiénico Scott y las toallitas femeninas Days, entre algunas de sus marcas más conocidas.
Se instaló en nuestro país en la década del 90 y actualmente emplea 1200 personas. Tal como es posible leer en su página web, algunas de sus visiones como empresa serían “liberar el poder de nuestra gente”, “aprovechando la diversidad y la inclusión en toda nuestra empresa”. Sin embargo, la demanda de Guillermina Mas que radica en el Juzgado Laboral N° 46, desnuda claramente la hipocresía de las cuales son capaces tantas empresas con el único objetivo de obtener ganancias.
Guillermina trabajó en la empresa durante diez años, llegando a convertirse en gerente de marca de la línea “Family Care” para Argentina, Uruguay y Paraguay. A los 37 años decidió ser madre y, cuando se reintegró a sus funciones después de la licencia por maternidad, todo cambió.
Según ha relatado en algunos portales como Comunicar Igualdad y diversos medios radiales, al intentar volver a su puesto la apartaron de sus funciones y tareas específicas, la relegaron a proyectos menores, con otra categoría y funciones y su cargo fue asignado a un ejecutivo varón. Y la cosa no termina allí, porque ante los reclamos a su jefe más inmediato recibió como respuesta un “Después vemos… porque seguramente en un tiempo vos vas a estar embarazada de nuevo. ¿Por qué vos qué edad tenés?”.
A partir de aquí se inició un largo período de hostigamiento, donde se la obligó a cumplir horario sin ninguna tarea que desempeñar, se le desconocieron las licencias médicas debido al estrés sufrido por la situación y hasta llegaron a citarla para un control psiquiátrico. Mientras tanto, incluso la filial central de la empresa hizo oídos sordos a cada uno de sus reclamos, llegando a acusarla de querer fabricar un despido.
Finalmente decidió darse por despedida e inició una demanda judicial: reclama indemnización por despido en todos los rubros, una indemnización especial por maternidad, multas por rubros del salario que ella cobraba y no estaban debidamente registrados, daño moral y salarios caídos por el tema de las licencias por maternidad que no le reconocieron.
El hostigamiento y discriminación sufridos por Guillermina de parte de la empresa es un caso clarísimo de violencia laboral. Justamente el artículo 6° de la ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, describe claramente el hostigamiento psicológico sistemático, el cual es desencadenado sobre una trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral.
A la espera de que se expida la Justicia laboral, cabe recordar la famosa frase de la publicidad de Huggies, “vida de padres, una vida caóticamente hermosa”. Evidentemente algo no practicable para las empleadas de la empresa.
María Paula García – @MariaPaula_71
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