21 marzo, 2014
El Mundial asesino
En Qatar, que organizará la Copa de 2022, ya hubo más de cuatrocientos trabajadores muertos en obras relacionadas al torneo. Las condiciones laborales, habitacionales y climáticas son extremas.

En Qatar, que organizará la Copa Mundial de 2022, ya hubo más de cuatrocientos trabajadores muertos en obras relacionadas al torneo. Las condiciones laborales, habitacionales y climáticas son extremas.
La elección de Qatar como sede de la Copa del Mundo de 2022 fue, cuanto menos, polémica. El emirato ubicado en la península arábiga será el país más chico en organizar el torneo, y en junio, cuando se dispute el torneo, las temperaturas suelen alcanzar los 50 grados. Eso es un detalle, al lado de las múltiples denuncias por violaciones de los derechos humanos y laborales.
En febrero, el diario inglés The Guardian informó que más de 400 trabajadores inmigrantes nepaleses habían muerto ya en los sitios de construcción. Entre 2010 y 2012 más de 700 trabajadores de la India perdieron la vida trabajando también en las obras de construcción en Qatar. En 2013 murieron 20 inmigrantes indios en promedio mensual, alcanzando un máximo de 27 muertos en el mes más caluroso, agosto.
Se estima que al menos 4 mil trabajadores, todos inmigrantes podrían morir antes de que comience el Mundial, según un informe de la Confederación Sindical Internacional (CSI). La cifra es un cálculo que tiene en cuenta los 500 mil trabajadores que habrá trabajando en los próximos ocho años en el emirato y lo compara con las tendencias de mortalidad suministradas por las embajadas nepalí e india.
Para tener una referencia, durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de Invierno 2014 en Sochi, fueron 25 los trabajadores de la construcción que fallecieron. Sólo seis murieron durante la construcción para la Copa del Mundo de 2014 en Brasil, que se inicia este invierno. Sólo once hombres murieron durante la construcción del puente Golden Gate en la década de 1930. En todos los sentidos, la cifra de muertos en Qatar es extrema.
Según Robert Garita, autor del artículo de The Guardian, las condiciones laborales en el Golfo Pérsico son extremas: “Trabajan forzosamente a 50º C de calor, con empleadores que les retienen los salarios y pasaportes durante varios meses por lo que es imposible para ellos salir. Se les niega el agua potable gratuita”. Además agregó que las enfermedades son endémicas por la pésima situación habitacional y que incluso nueve trabajadores nepalíes se “refugiaron en la embajada de su país, posteriormente se fueron de Qatar y afirmaron que no recibieron ningún pago”.
La CSI indica que ya hay 1,2 millones de trabajadores migrantes en Qatar, es probable que un millón más se vuelque al país para ayudar con la construcción. «Se trata esencialmente de esclavos», dijo Sharan Burrow, titular de la CSI. “La FIFA tiene que enviar un mensaje muy fuerte y claro a Qatar de que no va a permitir que la Copa del Mundo se realice apoyada en la espalda de un sistema de esclavitud moderna que es la realidad para cientos de miles de trabajadores migrantes hoy en día”, declaró.
Cuando se le presentaron los resultados de la investigación del diario The Guardian, un vocero de Qatar dijo: “La salud, la seguridad, el bienestar y la dignidad de todos los trabajadores que contribuyen a poner en escena la Copa del Mundo de la FIFA 2022 es de suma importancia para nuestro comité y estamos comprometidos para garantizar que el evento sirva como un catalizador hacia la creación de mejoras sostenibles en la vida de todos los trabajadores en Qatar”.
Palabras sobran, condiciones laborales faltan, democracia también. El petróleo pesa más que la lógica y que cualquier argumento que haga incapié en la humanidad. Ese voraz multinacional llamada FIFA hace negocios donde mejor le paguen.
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