30 diciembre, 2021
Eli Gómez Alcorta: “Logramos el aborto legal porque construimos política feminista y transversal”
La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad reflexiona sobre los desafíos del movimiento feminista a un año de la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

El 30 de diciembre de 2020, con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, la Cámara de Senadores aprobó la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo, una deuda histórica que el movimiento feminista argentino reclamó durante décadas. Con cientos de miles de personas esperando y festejando los resultados afuera del Congreso, esa madrugada se convirtió en parte de la historia fundamental de nuestro país.
En ese entonces, se había cumplido un año y pocos días desde el nacimiento del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la mano de la asunción del presidente Alberto Fernández. La cartera está a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, “Eli”, militante feminista y abogada en defensa de los derechos humanos. Notas dialogó con ella acerca de la importancia de la conquista del aborto legal y de los próximos desafíos para el movimiento.
– A un año de la aprobación de la Ley IVE en la Cámara de Senadores, ¿cómo analizás esa jornada histórica en retrospectiva? ¿Cómo fue ser protagonista de esta victoria?
-En primer lugar, con muchísima emoción por haber sido parte de esta gesta histórica, porque conquistamos un derecho por el que luchamos mucho tiempo. Además, fue una experiencia un tanto inédita, en especial por el modo en que se construyeron los consensos necesarios para alcanzar la aprobación de la ley. Mujeres, varones y LGBTI+ de todas las fuerzas políticas nos encontramos para construir vínculos de confianza, más allá de nuestras diferencias. Esa fue una gran característica.
La otra, fue la articulación entre calle e institucionalidad. Hubo millones de personas movilizadas y eso también gestó las condiciones para que la voluntad política se exprese y para que los consensos se construyan. Se dio una relación muy dinámica entre dos lógicas que no siempre se articulan de manera virtuosa. El contraste con el 2018, cuando el Senado le dio la espalda a la movilización social, es muy notable. Estoy convencida de que logramos el aborto legal, seguro y gratuito porque construimos política feminista y transversal. Y es así como vamos a seguir dando las batallas necesarias para garantizar que la Ley sea efectiva en cada rincón del país.
-¿Cuál es tu balance acerca de la aplicación efectiva de la Ley?
-Muy positivo. Los números son muy alentadores. Antes de la sanción de la IVE eran 903 los hospitales y centros de salud que garantizaban la práctica. Desde la sanción son 1243. Un dato muy llamativo es la cantidad de llamados que el 0800 222 3444 del Ministerio de Salud recibió entre enero y el 30 de noviembre de 2021. En ese período se recibieron 19 mil consultas sobre interrupción del embarazo. Esta cifra es superior al total de consultas sobre el tema en los diez años previos, una clara señal de lo necesaria que era esta Ley. Tenemos clarísimo que tenemos que seguir trabajando para garantizar su plena implementación, que no haya una sola persona a la que se le niegue dificulte el acceso pleno a su derecho, pero es innegable que a un año de la IVE el saldo es positivo.
-¿Cómo operó el Poder Judicial ante la Ley 26.710? Además de los pedidos de inconstitucionalidad, ¿hubo otro tipo de barreras?
-La falta de perspectiva de género y diversidad de los Poderes Judiciales no es una novedad para nosotras y no empieza con las embestidas contra la IVE. Claro que hubo intentos para borrar lo conquistado. Sabíamos que esto sería así pero confiamos profundamente en la solidez de la IVE. Desde la sanción de la Ley 27.610 se registraron 35 acciones legales interpuestas con el objeto de cuestionar la constitucionalidad de la norma, y 2 que se presentaron para impedir interrupciones voluntarias de embarazos en casos particulares. Sin embargo, hasta el momento ninguna de ellas prosperó. Esto es claramente una señal de la robustez de la norma conquistada.
-¿Cuál fue el impacto de la conquista del aborto en el resto del mundo? ¿Y particularmente en América Latina?
-Podemos afirmar que Argentina se ubica a la vanguardia de los derechos sexuales y reproductivos de la región. A partir de la IVE, nuestro país abrió camino para que otros países den la discusión pública y vean que es posible. Los casos de Cuba, Guyana Francesa, Uruguay, Puerto Rico, los avances en México y la línea planteada por el presidente electo de la República de Chile, Gabriel Boric, son claros ejemplos de que hemos iniciado un proceso irreversible que más temprano que tarde terminará por garantizarnos a todas las mujeres de la Patria Grande nuestros derechos a decidir. La marea verde traspasó las fronteras de nuestro país y hoy es una realidad en toda Latinoamérica.

-En tu carácter de militante feminista del campo popular, ¿cuáles crees que son los próximos desafíos del movimiento? ¿Qué derechos quedan por conquistar?
-El gran desafío que tenemos por delante es avanzar en políticas de igualdad. En Argentina, la pobreza tiene cara de mujer. Accedemos de manera desigual al empleo, somos mayoría entre la población desempleada, los cuidados recaen mayoritariamente en nosotras limitando nuestra capacidad de desarrollo, trabajamos en los sectores de la economía peor remunerados y enfrentamos múltiples barreras para acceder a derechos humanos fundamentales. Estas desigualdades son, en esencia, la causa de las violencias de género que atravesamos, porque estamos en una posición de subalternidad en la sociedad.
Por eso, estoy convencida de que nuestro trabajo debe enfocarse fundamentalmente en mejorar las condiciones de vida de mujeres y LGBTI+ para reducir las brechas que actualmente existen y que todas, todes y todos podamos ejercer nuestros derechos en igualdad de condiciones. Estas dificultades que tenemos que enfrentar son también las que le dan un gran potencial transformador al movimiento feminista.
-¿Cuál es la agenda del Ministerio para el 2022?
-Profundizar los programas que venimos implementando y que alcanzaron a decenas de miles de mujeres como el programa Acompañar de apoyo económico y psicológico para mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género, o el programa Registradas, para promover el empleo formal y la bancarización del personal de casas particulares, que extendió su vigencia por un plazo de seis meses.
Vamos a seguir trabajando en el fortalecimiento de los gobiernos locales y provinciales y de las organizaciones territoriales, sociales y comunitarias y en muchas otras líneas que venimos impulsando. Pero fundamentalmente vamos a llevar adelante una agenda muy robusta en materia de políticas para la igualdad, en especial, a través de iniciativas que tengan como objetivo promover una distribución más justa del trabajo de cuidados.
Como decía antes, nuestro objetivo fundamental es poder reducir las brechas de desigualdad que actualmente son la condición de posibilidad de las violencias de género. Estamos convencidas de que la mejor estrategia para ponerle fin a las violencias es garantizando mayores estándares de igualdad.
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