Chile enterró al pinochetismo

Chile celebra la fiesta de la democracia ante la victoria de Gabriel Boric en el balotaje presidencial. Con el 55,87% de los votos, el candidato de Apruebo Dignidad se ubicó por encima del conservador pinochetista José Antonio Kast, que sólo consiguió el 44,13%. “Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas”, celebró Boric cuando se dieron a conocer los resultados de las elecciones.

Con una participación récord desde la instauración del voto voluntario (el 55,63% del padrón), durante la jornada electoral se realizaron múltiples denuncias de sabotaje por parte del gobierno de Sebastián Piñera, como fallas en el servicio de transporte público. Sin embargo, el pueblo acudió a las urnas y escribió un nuevo destino para Chile.

“Esta campaña desbordó todas nuestras expectativas y este mismo compromiso y entusiasmo que demostraron será necesario durante todos los años de mi gobierno para que se pueda sostener el proceso de cambio que se ha iniciado”, indicó Boric frente a una multitud que se reunió para celebrar su triunfo en la ciudad de Santiago.

En su primer discurso como presidente electo, resaltó los principales puntos de su gobierno, con el respeto de los derechos humanos y el trabajo con el pueblo como sus pilares. Prometió que los ejes de su gestión serán la salud y la educación pública, un sistema de pensiones públicas, más seguridad, respeto a los derechos humanos y los derechos de los pueblos originarios, las mujeres y la comunidad LGBTQ+, y el cambio climático.

Aseguró que “son muchos los desafíos” que deberá afrontar: “Una salud oportuna que no discrimine entre ricos y pobres igualando hacia arriba el acceso, la calidad y los tiempos de respuesta”, “el drama de la falta de vivienda y el acceso a servicios básicos”, la garantía “de los derechos de los trabajadores para construir un país con Trabajo Decente y mejores salarios”, y la creación de “un sistema nacional de cuidado que reconozca y valore a las mujeres que hoy cuidan, avanzando también en co-responsabilidad y dejando atrás la herencia patriarcal de nuestra sociedad”.

Además, sostuvo que deberán “avanzar hacia una nueva relación con los pueblos originarios reconociendo su derecho a mirar el mundo desde otras perspectivas lingüísticas y culturales”, y reforzó la idea de “expandir los derechos sociales” sin perjudicar a la economía del país, tal como lo trabajó durante su campaña electoral.

Otro de los escenarios testigo de la alegría de la ciudadanía ante la victoria de Boric fue la Plaza Dignidad, epicentro de la represión del estallido social del año 2019 en manos de Carabineros. “Aquí estamos todos representados, es un símbolo que Chile quiere cambios”, señaló Cristian Pastene, un joven mapuche que participó de la masiva y festiva marcha.

Parte de la celebración también se debe a la derrota de Kast, quien abiertamente defiende a la dictadura de Augusto Pinochet. El candidato del Frente Social Cristiano en múltiples oportunidades cuestionó la labor de la Asamblea Constituyente, una conquista que surgió a raíz del estallido social y que tiene como objetivo redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la heredada de la dictadura. 

“El comunismo es el mismo en todo Chile y en todo el mundo. Son los mismos y no nos van a engañar. Con esos discursos de paz y amor no nos van a engañar. Les vamos a enfrentar, les vamos a dar frente, de cara, y con la razón, nunca con la violencia”, había dicho durante el cierre de su campaña, donde reiteró que “Chile no es ni será jamás un país marxista ni comunista”.

Sus propuestas se basaban en el achicamiento del Estado, el beneficio a grandes empresarios, la creación de zanjas para impedir la migración y la libertad para los militares condenados por violaciones de derechos humanos durante la dictadura debido a su avanzada edad.

Boric recogió el apoyo de distintas figuras internacionales y latinoamericanas de cara a su próxima gestión. Entre ellos, el de los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Miguel Díaz-Canel Bermúdez (Cuba), Nicolás Maduro (Venezuela), Luis Arce (Bolivia), y Pedro Castillo (Perú), además de los dirigentes políticos “Lula” Da Silva y Evo Morales, y otros.