Derechos Humanos

29 noviembre, 2021

Gatillo fácil: nueve policías detenidos por el crimen de Lucas González

Tres de ellos están acusados de homicidio y seis de encubrimiento. Gregorio Dalbón, abogado de la familia de la víctima, había denunciado que “los que se encargaron de plantar el arma no son los mismos que se encargaron de matar a Lucas”.

El último sábado por la tarde fueron detenidos cinco efectivos de la Policía de la Ciudad sospechosos de encubrir el asesinato de Lucas González, el adolescente de 17 años víctima de gatillo fácil. Un día más tarde, el domingo, se entregó la sexta efectiva acusada de “encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas”.

Los fiscales de la causa, Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim, consideran que entre los detenidos se encuentra la persona que plantó un arma falsa en la escena para simular un “enfrentamiento”, cuando las primeras investigaciones demuestran que se trató de una persecución contra Lucas y sus tres amigos, quienes salían de un entrenamiento en Barracas Central cuando fueron atacados. 

Otros tres policías permanecen detenidos tras ser acusados del delito de homicidio agravado por Lucas y de los intentos de homicidios de sus tres acompañantes. Se trata del inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial Juan José Nieva, aprehendidos la semana pasada.

A través de un video publicado por Télam y difundido por su abogado defensor, Lorena Miño, la efectiva que se dio a la fuga y que luego se entregó, relató: “Eran cuatro masculinos armados dándose a la fuga en una (Volkswagen) Suran azul, lo cual con mi compañera fuimos sobre (la calle) Alvarado en ayuda de mis compañeros, y cuando llegamos a Alvarado y Perdriel ya estaba la Suran estacionada. Se les pidió que descienda al chofer del vehículo (…) los chicos ya estaban abajo, uno se da a la fuga y los compañeros decían ‘le dispararon a mi amigo, no dijeron que eran policías, eran chorros’”.

Los jóvenes que iban con Lucas y los padres de los mismos relataron de manera coincidente que los policías de la Ciudad que llegaron tras el asesinato “mantuvieron un vallado impenetrable”. Para los investigadores, la intención era “ocultar lo que en rigor de la verdad había sucedido, un terrible hecho de homicidio y tentativas de otros homicidios”.

Según el expediente, cuando el grupo de policías detenidos llegó a la escena del crimen se refirieron a los sobrevivientes con frases sumamente discriminatorias, tales como “a estos villeritos hay que darle un tiro en la cabeza a cada uno”. Por eso la causa también incluye la acusación de amenazas y odio racial. 

“En el marco del desempeño funcional de parte del personal de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4D de la Policía de la Ciudad y de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad, se valió de su estructura para concretar una serie de maniobras ilícitas, con total desprecio al derecho que gobierna la función policial y como capital simbólico que ello acarrea”, dice la acusación fiscal.

Policías de civil y sin identificación: una práctica sistemática en el sur de la CABA

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) aseguraron que “la intervención de brigadas sin identificación era una práctica de la vieja Policía Federal”, y que “en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires las fuerzas policiales parecen estar acostumbradas a disparar primero y averiguar después”.

En ese sentido, según datos la Base de Datos de Detenciones de Niños, Niñas y Adolescentes, elaborado por el Equipo de Estadística y Bases de Datos del Observatorio de Cárceles Federales de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), un amplio porcentaje de las 2064 detenciones a niños, niñas y adolescentes sucedidos entre entre junio 2018 y junio 2019 se condensan en los territorios del sur de la Ciudad, particularmente en la Comuna 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios).

A este foco represivo puesto sobre los barrios menos privilegiados, se le suma un dato aportado por María del Carmen Verdú, referenta de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). En diálogo con Tiempo Argentino señaló que “son 121 casos de gatillo fácil en estos 5 años de existencia (de la policía de la Ciudad), aparte las muertes en comisarías”. En la mayoría de los casos, la edad de las víctimas ronda entre los 15 y los 25 años.

La excesiva presencia de fuerzas policiales en las calles de la Ciudad obedece a una política del gobierno porteño de cuasi militarización del distrito más rico del país. Mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que debería haber 300 policías por cada 100 mil habitantes, en la Ciudad de Buenos Aires hay 750, un 150% más de lo recomendado.

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