El Mundo

29 noviembre, 2021

Elecciones en Honduras: la izquierdista Xiomara Castro será la próxima presidenta

A 12 años del primer “golpe blando” latinoamericano, la esposa del expresidente Manuel Zelaya se perfila como la próxima mandataria hondureña con una ventaja de 20 puntos sobre el candidato oficialista.

Con más del 50% de las actas escrutadas, la candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, se perfila como próxima presidenta de Honduras con una ventaja de 20 puntos sobre el oficialista Nasry Asfura, del Partido Nacional. De esta forma, la esposa del expresidente que sufrió un “golpe blando” en el año 2009 sucedería a Orlando Hernández, cuestionado por su participación en casos de corrupción, fraude y narcotráfico. 

Hasta el momento, Xiomara recolecta el 53.61% de los votos contra el 33.87% de Nasry. Distintos líderes latinoamericanos celebraron la victoria de la candidata izquierdista y el fin de más de una década de gobierno en manos del Partido Nacional. 

“A 12 años del golpe de Estado contra el hermano Manuel Zelaya, el pueblo de Morazán retoma el camino de la esperanza otorgándole una histórica victoria a la presidenta electa”, celebró el mandatario venezolano Nicolás Maduro.

Antes de que se dieran a conocer los primeros resultados, Castro indicó: “Dios tarda pero nunca olvida y hoy el pueblo ha hecho justicia, revertimos el autoritarismo y el continuismo. Hicimos una campaña de altura, nunca hicimos un video o un mensaje que incitara a la violencia, soportamos todo y hoy el pueblo no ha dado todo su apoyo”.

“Vamos formar un gobierno de reconciliación y de justicia, vamos a iniciar un proceso en todo Honduras, para garantizar una democracia participativa, con las consultas populares, porque esas serán una norma para gobernar a través de los gobiernos locales, alcaldes y diputados, nunca más se va abusar del poder en este país”, aseguró.

Doce años de poder: el laboratorio del imperialismo

El 28 de junio de 2009 se consumó el primer golpe de Estado “blando” en América Latina. Ese día el entonces presidente Manuel Zelaya fue detenido por integrantes de las Fuerzas Armadas hondureñas, quienes lo trasladaron de manera ilegal a Costa Rica. Este mismo proceso luego se repitió en Brasil, Paraguay y Bolivia. 

Fue allí cuando Xiomara Castro, ex primera dama, se puso al frente de las movilizaciones populares en defensa de la democracia y de los derechos humanos. En 2011, cuando volvió del exilio, encabezó junto a su esposo la fundación de un nuevo partido que rompería con el bipartidismo entre el Partido Nacional y el Partido Liberal: el Partido Libre, con el que Xiomara se presentó como candidata a presidenta en 2013 y a vicepresidenta en 2017.

Durante doce años -desde el golpe de Estado a la actualidad- la gobernación hondureña estuvo a cargo del Partido Nacional. El mismo año del golpe de Estado, asumió Porfirio Lobo Sosa, sucedido por el actual presidente Juan Orlando Hernández. En 2017, Hernández consiguió la reelección haciendo fraude, lo que despertó una revuelta popular con un saldo de 33 muertos. Según un informe de Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, muchas de las víctimas fueron torturadas en instalaciones militares.

El crimen de Berta Cáceres a comienzos de 2016 fue uno de los puntos más críticos de la censura, la persecución y el asesinato de dirigentes políticos, sindicales. La ofensiva contra los pueblos indígenas y los movimientos de defensa del medio ambiente estuvieron a la orden del día con el objetivo de beneficiar a empresas multinacionales. El país centroamericano se convirtió en un peón decisivo para el imperialismo estadounidense, tanto desde el punto de vista económico como militar.

Por otra parte, Honduras es uno de los países (que no están en guerra) más peligrosos para ejercer el periodismo. Mientras que entre 2001 y 2007 hubo cinco asesinatos de trabajadores de prensa, desde el golpe hasta 2017 los casos se elevaron a 70 según datos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh). 

Según Victor Meza, exministro de Gobernación de Zelaya, Xiomara “es una candidata que nació en la calle, en la protesta pública y en las marchas que duraron más de un año. Eso, sin ninguna duda, le gana una simpatía merecida y el respaldo de todos los sectores políticos y sociales que se opusieron al golpe de estado”.

Honduras feminista

A pesar del avance inminente de los movimientos feministas latinoamericanos en la conquista por el derecho al aborto -entre tantas otras luchas- este año el Congreso hondureño blindó la prohibición de la interrupción del embarazo de manera absoluta.

Aunque es uno de los países con la tasa más alta de embarazos adolescentes (uno de cada cuatro partos es de una menor de 19 años según datos de la ONU), el Parlamento protegió al artículo 67 de la Constitución, que especifica que “al que está por nacer se le considerará nacido para todo lo que le favorezca dentro de los límites establecidos por la ley”.

Neesa Medina, socióloga e integrante del colectivo feminista latinoamericano Somos Muchas, sostuvo en una entrevista para ALAI con Leticia Garziglia que “de llegar Xiomara Castro a la presidencia, pero también de cambiar el balance de fuerzas de los otros poderes del Estado con el Partido Libre, sin duda cambiarían las prioridades del gobierno”.

“Esperaríamos de ese gobierno un respeto a los derechos humanos en general y de las mujeres en particular. El plan de gobierno de Xiomara Castro y de Libre refleja muchas de las apuestas de los movimientos sociales de Honduras. Se hizo un trabajo muy valioso en construir esta agenda consensuada, y la aspiración es que ese esfuerzo que se hizo por consultar a los sectores populares, a las bases, a los movimientos sociales, a la sociedad civil, que eso sea la guía que pueda seguir un gobierno”, continuó.

En ese sentido, destacó que “para el movimiento feminista tener a un partido y a una mujer presidenta de ese partido que se considera socialista y feminista” daría el estándar de lo que esperan del gobierno. Según la socióloga, “la diferencia en cómo puede gobernar Xiomara parte del hecho de que no son aspiraciones individuales, sino que atrás de ella, de Libre y de las alianzas que se han hecho para estas elecciones, hay una lucha popular que vincula y da sentido” al “resultado favorable” que arrojaron los comicios.

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