Batalla de Ideas

25 noviembre, 2021

Fidel Castro y la revolución latinoamericana

Hace cinco años murió el dirigente más importante de los pueblos oprimidos americanos en el siglo XX. La muerte de Fidel Castro no fue el fin de una etapa, pues la que él ayudó a abrir aún no se ha cerrado, así como no se ha cerrado la lucha por el socialismo en todo el mundo.

Eduardo Díaz de Guijarro*

COMPARTIR AHORA

Recordar a Fidel significa destacar los factores claves que tuvo el proceso que encabezó: por un lado el carácter socialista y de masas de la revolución y por otro los factores que impidieron su mayor desarrollo.

Una Revolución Socialista

La de Cuba fue la única revolución socialista de América, y eso la distingue del resto de las luchas y procesos populares del continente.

Caído Batista en enero de 1959, el gobierno fue encabezado por políticos de clase media, apoyados por empresarios que confiaban en un retorno a la “normalidad” democrática. Pero esa situación duró poco.

El 22 de enero una concentración multitudinaria insistió en la aplicación de la “justicia revolucionaria” a los asesinos de la dictadura. El primer ministro Miró Cardona renunció y fue reemplazado por el propio Castro.

Los obreros reclamaban aumentos salariales y los empresarios comenzaron a oponerse al nuevo gobierno. En mayo se promulgó la primera ley de reforma agraria, expropiándose grandes haciendas y latifundios de propiedad norteamericana, y renunció el presidente Urrutia. Dos grandes movilizaciones y una huelga general de tres días reafirmaron a Fidel Castro como dirigente indiscutido.

La compra de petróleo a la Unión Soviética en 1960 precipitó la crisis final con los Estados Unidos y la orientación de la Revolución. Las petroleras Texaco, Royal Dutch y Standard Oil se negaron a refinarlo y fueron expropiadas, lo mismo que las compañías de teléfonos y electricidad y todas las centrales azucareras.

Para defender estas medidas se formaron milicias obreras, campesinas y estudiantiles. Su desfile en La Habana duró siete horas. Esas milicias derrotaron en tres días el intento yanqui de invasión en abril de 1961, mientras Castro declaraba que “ésta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes”.

En la gigantesca campaña de alfabetización de 1961, miles de estudiantes interrumpieron sus clases para recorrer el campo y las ciudades hasta lograr la erradicación del analfabetismo.

El sistema de salud estatal logró resultados superiores a los de cualquier otro país latinoamericano: la mortalidad infantil, que en 1958 era de 60 niños muertos antes del año por cada mil nacidos vivos, actualmente es de 4,2, un valor similar al de los países más desarrollados.

Eso fue la revolución socialista: expropiación de las grandes empresas y latifundios; economía planificada desde el estado y dirigida al bienestar común de la sociedad, pero no impuesta por una minoría de dirigentes sino fruto de la lucha conjunta y de la defensa de todo un pueblo.

¿Por qué hoy Cuba es un país en crisis?

Cuba es un pequeño país que, en un mundo predominantemente capitalista, quedó rodeado por grandes potencias que lo hostigaron económica, política y militarmente. EEUU decretó un bloqueo que tardó décadas en atenuarse. El castrismo se apoyó en la URSS, que había protagonizado su propia revolución socialista en 1917 pero que retrocedió hacia una burocratización dictatorial que terminó en los años 90 en la restauración del capitalismo, aislando aún más a la isla caribeña.

Los intentos de exportar la Revolución mediante guerrillas, método que poco tenía que ver con la masividad del proceso cubano, fracasaron pronto con la muerte del Che en Bolivia en 1967. Los movimientos insurreccionales en otros países de Latinoamérica o fueron derrotados o luego de triunfar moderaron sus cambios y quedaron atados a la lógica del sistema mundial. Así ocurrió en Nicaragua y en El Salvador en las décadas del 70 y 80, y así está ocurriendo en la actualidad con los sufridos pueblos de Venezuela, Bolivia y otros países del continente, rodeados por el capitalismo, que trata de impedir que completen sus procesos revolucionarios.

Cuba aislada, sin apoyo internacional y asediada por las grandes potencias, hoy se desangra, a pesar de que, casi sesenta años más tarde, aún mantiene vivas una parte importante de las conquistas iniciales.

¿Cuál era la concepción de Fidel Castro sobre la revolución?

Suele recordarse a Castro como guerrillero en la Sierra Maestra, dirigiendo a los sobrevivientes del desembarco del Granma hasta derrotar al ejército en 1958. Pero la lucha armada fue solo un aspecto del proceso revolucionario, que abarcó a obreros, campesinos y estudiantes.

Cuba contaba con una clase obrera que luchaba desde fin del siglo XIX y que en 1933 había derrocado en una huelga general al dictador proyanqui Gerardo Machado.

La trayectoria política de Fidel comenzó como estudiante de derecho. Ya abogado, participó en las movilizaciones de 1952 contra la dictadura de Batista, y proclamó su “fe ciega en las masas”.

Según la explicación que dio él mismo, el grupo armado que organizó para atacar el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953 no intentaba enfrentar a las tropas de la guarnición sino lanzar desde allí una exhortación al pueblo llamándolo a la insurrección general. El asalto fracasó y su dirigente fue sometido a juicio, redactando en su propia defensa el alegato “La historia me absolverá”, un ejemplo de programa político. Desde la cárcel logró que sus compañeros imprimieran cien mil ejemplares para ser repartidos en todo el país.

Luego fundó el Movimiento 26 de Julio, que abarcó las más diversas capas sociales, mientras él desde Mexico organizaba el desembarco en Sierra Maestra. En 1957, cuando el dirigente Frank Pais fue asesinado por la policía en Santiago de Cuba, su cortejo fúnebre abarcó catorce cuadras, mientras se iniciaba una huelga y paro cívico que duraron cinco días.

Cuando Batista huyó del país el 1º de enero de 1959, los yanquis y los mandos militares intentaron nombrar una Junta de Gobierno. Lo impidió una huelga general, hasta que Camilo Cienfuegos y el Che Guevara llegaron a La Habana y lograron la rendición del ejército.

Castro afirmó que “fue la huelga general la que nos entregó las fortalezas de la capital de la república y fue la huelga general la que le dio todo el poder a la Revolución”.

La lucha armada cumplió un papel necesario, pero sin la movilización y la huelga de los trabajadores el triunfo no hubiera sido posible.

Ningún proceso político está exento de errores, que deben ser estudiados y debatidos. Pero, una vez obtenido el triunfo, la única forma de asegurar el bienestar del pueblo es mediante el socialismo, la expropiación de los medios productivos para que sirvan al conjunto de la sociedad, eliminando la desigualdad insultante entre una minoría de ricos y una mayoría de pobres, y apuntando hacia el progreso material y cultural del pueblo.

La humanidad espera de nosotros que sepamos construir un futuro semejante.

* Físico y Magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Trabaja en historia de las universidades

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Batalla de Ideas