Derechos Humanos

19 noviembre, 2021

Mamá de Lucas: “La policía lo mató, nos arruinaron la vida”

Lucas es uno de los cientos de jóvenes asesinados por la Policía de la Ciudad desde su creación. Por la tarde de este jueves, compañeros y amigos del adolescente se reunieron en la Comisaría 4C para exigir justicia.

Este jueves por la tarde se confirmó el peor escenario: Lucas, quien había ingresado al hospital con muerte cerebral tras ser baleado en la cabeza por la Policía de la Ciudad, falleció con tan solo 17 años. De esta forma, pasó a formar parte de la larga lista de víctimas mortales de la fuerza de seguridad porteña: según el último informe de Correpi, en sus cinco años de funcionamiento asesinaron a 121 pibes, la mayoría de ellos de entre 15 y 25 años.

“Yo me lo quería llevar a mi casa pero la Policía me lo mató, no voy a descansar hasta que paguen porque nos arruinaron la vida”, dijo Cintia, la mamá de Lucas, a la salida del hospital El Cruce de Florencio Varela. “Nos vamos a encargar de esclarecer todas las cosas, no les tenemos miedo a nadie, vamos a ir para el frente porque somos humildes”, continuó el papá.

Lucas fue asesinado cuando volvía del club Barracas Central tras un entrenamiento con sus tres amigos, con quienes viajaba en un mismo auto. Al detenerse en un kiosco de la calle Luzuriaga, en Barracas, fueron interceptados por efectivos vestidos de civil de la Comisaría Vecinal 4D quienes, en palabras del padre de uno de los adolescentes, creyeron que iban a cometer un robo.

Según la versión policial, los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante. Más tarde se constató que todos los disparos fueron efectuados por los policías. 

Lejos de asistir a Lucas, que estaba gravemente herido, los efectivos de civil directamente detuvieron a los jóvenes que fueron liberados horas después. Uno de ellos se dio a la fuga, pero al poco tiempo se presentó en la Comisaría junto a su madre. “Quisieron instalar que Lucas tenía un arma, pero lo único que tenía mi nene eran los botines y las canilleras. Nunca hubo balaceras, ¡fue víctima de gatillo fácil!”, indicó el papá de la víctima en una carta difundida por La Garganta Poderosa. 

El hecho generó el repudio de los vecinos y vecinas de Barracas, quienes se movilizaron a la Comisaría 4D para exigir justicia. “Tenía cara de negrito como la mayoría de todos nosotros, los que jugamos al fútbol, porque ninguno salió de Nordelta, pero era un jugadorazo y una gran persona”, dijo Hugo, arquero de la cuarta división de juveniles de Barracas Central, a Télam.

Las voces de los funcionarios porteños

Cuando se confirmó la muerte de Lucas, Marcelo D’Alessandro, ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, y Gabriel Oscar Berard, jefe de la Policía de la Ciudad, dieron una conferencia de prensa. Allí Berard admitió que no hubo tiroteo y pidió disculpas por el accionar de la fuerza: “No recibieron fuego, aparentemente”, sostuvo.

Además, agregó que tienen “una convicción de que hay una mala actuación del personal” y que “pedir perdón es poco”. “Nos van a encontrar apoyando al policía que realiza las cosas bien, que es la gran mayoría. De la misma manera seremos inflexibles con los que actúen fuera de la ley”, aportó D’Alessandro.

A diferencia de Berard, D’Alessandro se negó a dar opiniones sobre el accionar policial, ya que “está en materia de investigación”. Antes de la rueda de prensa, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño había informado a través de un comunicado que se “desafectó de la función operativa” a los tres policías que le dispararon a Lucas, y que “se los pasó a disponibilidad”. No obstante, hasta el cierre de esta edición no habían sido detenidos (a diferencia de los adolescentes que presenciaron el ataque de su amigo).

En lo que refiere a la falta de identificación de los efectivos, D’Alessandro explicó que los policías que forman parte de las brigadas de investigaciones “muchas veces actúan por orden de los juzgados o por los fiscales en causas específicas”. Además, aclaró que esos policías “no están uniformados”, que “actúan vestidos de civil” y que “muchas veces hacen tareas de prevención”.

No obstante, aclaró que “eso no quiere decir que no tengan que identificarse, con los chalecos correspondientes con las credenciales y por supuesto dándose a conocer como funcionarios públicos”. Según la información brindada por las familias de los amigos de Lucas, los policías “en ningún momento” se identificaron.

La Policía de la Ciudad cuenta con 30 mil efectivos, y el Jefe de Gobierno asegura que deberían ser más. Mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que debería haber 300 policías por cada 100 mil habitantes, en la Ciudad de Buenos Aires hay 750, un 150% más de lo recomendado.

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