Géneros

31 octubre, 2021

Elizabeth Gómez Alcorta: “Los derechos no se conquistan para siempre, hay que seguir militándolos”

La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad conversó con el programa FMI – Fuimos Muy Ingenues de Radio La Tribu acerca de la coyuntura política y los próximos desafíos del gobierno.

Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de Mujeres Géneros y Diversidad, fue entrevistada por el programa FMI – Fuimos Muy Ingenues transmitido por Radio La Tribu. Allí dialogó sobre sus funciones a cargo de una cartera que existe hace menos de dos años, sobre la situación de Milagro Sala (de quien fue su abogada defensora) y acerca de los desafíos del Frente de Todos en la reconstrucción del país post-pandemia.

-¿Qué hace una ministra?

-Explicándolo bien sencillo para después complejizarlo, una reconoce problemas y piensa cómo se puede trabajar desde el Estado para que se achiquen y desaparezcan con el tiempo. Se parte desde lo que se quiere modificar. Nosotras para hacer ese ejercicio trabajamos sobre dos grandes problemas: todas las desigualdades que tenemos las mujeres, lesbianas, gays, travestis y transexuales en todos los ámbitos de nuestras vidas, y todas las violencias que sufrimos. 

Esto abarca a la política, la educación, el trabajo, el acceso a la vivienda y a la participación, las propiedades y las tecnologías, el acceso a los créditos bancarios, a la salud, a la violencia psicológica, la económica, la física, la que sufrimos en nuestras casas, en nuestros trabajos, en manos de los hospitales, de la policía, en los medios de comunicación, en el Congreso, etcétera. Para eso pensamos herramientas, que son las políticas públicas. Después una hace otras cosas, pero no como ministra.

-¿Como qué?

-Como tener una vida, llevar a la escuela a mi hijo, ocuparme de la vida cotidiana que tiene cualquier persona. Sigo dando clases en la facultad. Amo la docencia, desde 1997 que doy clases ininterrumpidamente. Tengo la posibilidad de dar clases por la noche, lo que me permite sostener ese espacio más allá de mi trabajo como ministra. Me conecta con algo que me hace muy feliz, hay algo de devolver un poco de todo lo que nos dio la educación pública.

-Uno de los registros de las problemáticas del movimiento feminista es el aborto clandestino. ¿Qué balance hacen desde el Ministerio de la aplicación y aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en pandemia? ¿Pensas que es una conquista que quedó subestimada?

-Que en el primer año de la creación del Ministerio y de gestión del gobierno se haya logrado la legalización del aborto es algo que nos sigue poniendo muy contentas y que nos sigue generando mucha emoción. También quedó demostrado que la vida sigue, y que la subestimación del reconocimiento de esta medida habla de que nos tocó en un  momento difícil. Fue un momento muy particular en el que se lo conquistó, sobre todo el primer año, donde se tuvo que poner en marcha y hacer efectiva.

Es importantísimo que se esté llevando a cabo en todo el país, en todas las provincias, sin distinción. Es cierto que hay algunas donde hay más objetores de conciencia, pero igual se está llevando adelante. Hubo cerca de 40 presentaciones judiciales que intentaron obstaculizar la aplicación de esta ley, y las 40 fueron rechazadas desde su promulgación. 

Es una ley que hay que seguir militandola, no solamente porque aprendimos que los derechos no se conquistan para siempre, sino porque también necesitamos que haya más lugares que realicen abortos, que se sepa más, que todas las personas que quieran acceder a la práctica tengan la información necesaria. Estamos en ese proceso todavía. 

-Sacando la conquista del aborto, ¿cuáles son los mayores logros del Ministerio? ¿Cuáles son las tareas pendientes?

-Primero que todo, hay una cuestión vinculada a la institucionalidad, que es poner en marcha un Gabinete de transversalización de las políticas de género. Otro tema es el primer Plan de Acción Contra las Violencias, que tiene muchas políticas, pero hay algunas que son fundamentales, como el Programa Acompañar: es la primera vez que el Estado acompaña a las víctimas de violencia por motivos de género con un apoyo económico. En menos de un año, se ingresó a 90 mil mujeres, y vamos a terminar el 2021 con más de 100 mil mujeres a las que asistimos económicamente por seis meses.

Estamos acompañando a 176 familias de víctimas de femicidios. También estamos trabajando con el Programa Producir, un programa de apoyo económico y asistencia técnica a mujeres y disidencias que quieran comenzar o que tengan un emprendimiento, para que puedan mejorar sus capacidades en términos productivos. 

Por otro lado, nosotras estamos pensando políticas vinculadas a la diversidad: no sólo el decreto de cupo laboral travesti trans, sino también la ley, algo absolutamente fundamental, o el DNI no binario. En términos de igualdad, hace poco pusimos en marcha el Programa Registradas para trabajadoras de casas particulares, que en pandemia se perdieron cerca de 150 mil puestos de trabajo. En menos de un mes, se inscribieron más de 15 mil empleadores.

Tenemos pensada una batería de políticas públicas para empezar a revertir la injusta organización de los cuidados

Elizabeth Gómez Alcorta

Para el futuro, más allá de ampliar y sostener estas mismas agendas, pensamos en las políticas de cuidados, que son la clave. Es el corazón de las desigualdades que nos atraviesan a los cuerpos feminizados. En nuestro país triplicamos las horas de los varones en el uso del tiempo destinado al cuidado en nuestras casas. Además, hay que atravesarlo con una mirada de clase, porque las mujeres más vulnerables utilizan 8 horas diarias a estas tareas, cuando las mujeres que están mejor económicamente pueden tercerizarlas y mercantilizarlas. Esto implica que tiene consecuencias directas sobre todo el resto de las desigualdades que hablamos anteriormente. Tenemos pensada una batería bastante grande de políticas para empezar a revertir esta injusta organización de los cuidados.

-¿Qué lecutra haces del cambio de Gabinete después de la derrota del Frente de Todos en las PASO, habiendo transcurrido más de un mes?

-Creo que las PASO fueron una respuesta muy clara y evidente del pueblo. Estoy muy convencida de que el pueblo no se equivoca, y hay que saberlo escuchar. Lo que el pueblo estaba diciendo es que el gobierno necesitaba hacer algunos cambios variados, y sin lugar a dudas había que motorizar alguna de las propuestas que se venían pensando para la salida de la post-pandemia.

El cambio de Gabinete es uno de los recursos que tiene todo presidente para llevar adelante algunas modificaciones que tienen que ver con sus propias políticas. A veces están vinculadas a personas que tengan alguna experiencia en particular, o que se necesitan en determinado momento. No es que las personas que estaban no habían llevado bien sus funciones.

Creo también que hubo un Gabinete al que a los 99 días de gestión se le cambiaron todas las agendas y las prioridades, porque la pandemia cambió el mundo. Esto implicó un enorme esfuerzo. Más allá de las críticas, nadie puede decir que quienes hoy ya no están en el gobierno no han trabajado, o que no han dado una enorme dedicación en un contexto tan difícil.

Además, la presencia de un gobernador en el Gabinete implica la necesidad de poder traer una mirada federal. Parte de las personas del nuevo Gabinete también habían ocupado anteriormente esos cargos, se trajo a personas que tenían experiencia en esas mismas carteras. Creo que hay un cambio vinculado al momento en el que estamos, donde las restricciones a la circulación son menores, y que también forman parte de la reactivación. Estamos en un momento distinto porque se hicieron muchas cosas para llegar hasta acá.

-¿Qué pensas al respecto de la situación de Milagro Sala?

-Como digo siempre, a Milagro la respeto mucho y es mi amiga. Es una presa política desde el 16 de enero del 2016 hasta hoy, y eso quiere decir que su detención obedece exclusivamente a razones políticas, no a hechos vinculados a delitos. Lo dije siempre, y estoy absolutamente convencida.

En Jujuy, la figura de Milagro Sala implica poner en juego a los pactos de poder

Elizabeth Gómez Alcorta

Es un problema qué es lo que puede suceder en relación a las causas que ella tiene, y digo esto porque de todas las imputaciones que ella tiene, hay una sola que es federal, que es la de «los huevos». En 2009, un grupo de personas le tiraron huevos al entonces senador Gerardo Morales, pero Milagro no estaba ahí, eso estuvo probado en los hechos. Además, nadie de los que estaban ahí se identificaron como parte de la organización Tupac Amaru. A ella la condenaron como instigadora. Esa causa acaba de tener un revés político para Gerardo Morales, que estaba como querellante, y ahora tenemos la posibilidad de que prescriba efectivamente.

Todas las otras causas, salvo esta, están tramitadas en la justicia provincial. Esto significa que el indulto o la amnistía no son decisiones que le correspondan tomar al presidente de la Nación, porque las causas provinciales las pueden indultar exclusivamente los gobernadores. Ahí hay una dificultad.

Muchas de las causas tienen la posibilidad de ser resueltas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el órgano final en nuestro ordenamiento jurídico. Yo no tengo grandes expectativas de resultados favorables, no porque no esté convencida de las violaciones a las garantías en cada una de estas causas, que muchas implicaron un alto nivel de persecución y hostilidad hostilidad hacia Milagro por muchas razones, principlamente por ser una dirigente política y social de alta talla. 

En Jujuy, su figura implicaba poner en juego a los pactos de poder que se sostuvieron durante muchísimo tiempo, y que aún hoy se sostienen institucionalmente en esa provincia. Además, se la persiguió por ser mujer, por ser pobre y por ser indígena. Esto genera un enorme disciplinamiento para millones de mujeres, sobre todo para aquellas que levantan la frente, que se oponen a las injusticias y que construyen poder popular. 

-¿Cuáles son los principales desafíos del gobierno a futuro?

-Primero hay que generar empleo genuino, decente, formal y con derechos. Después, hacer que los salarios recuperen su poder. Más allá de la inflación, la gente tiene que poder comprar más cosas con sus salarios. Creo que la tercera es sanar las heridas, entender el diagnóstico de todo el daño que generó la pandemia a todos los pueblos, pero al nuestro en particular. 

Nuestro pueblo venía de pasarla muy mal durante cuatro años, y la pandemia vino con virulencia y muerte. Hay una obligación de reparar esto, de hacer soñar y creer. Esto va a ser parte de la tarea que va a tener el gobierno durante los próximos dos años, porque muchos y muchas sabemos que en estas situaciones de crisis tan profundas emergen proyectos muy reaccionarios y de derecha. 

Estos proyectos le hablan a esa angustia y a esa bronca, que todos y todas venimos teniendo por distintos motivos. Creo que ahí hay una tarea que es muy importante y muy difícil, porque no está vinculada a una política específica. Es una tarea que requiere de mucha conciencia y responsabilidad política histórica, y creo que eso es parte de las demandas que tiene nuestro pueblo. 

Cuando perdimos, Alberto Fernández nos dijo a todo su Gabinete que teníamos que escuchar al pueblo con humildad. Cuando uno hace ese ejercicio, te das cuenta que la gente está pidiendo empezar a recomponer algo que viene rompiéndose desde el año 2015 en adelante. No sólo con materialidades, sino también con una apuesta muy grande a la subjetividad. 

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