Ambiente y Hábitat

28 octubre, 2021

Crisis climática: la concentración de gases de efecto invernadero alcanzó un nuevo récord

La tasa anual de gases emitidos a la atmósfera durante el 2020 superó la media que se mantuvo en el período 2011-2020. La tendencia en 2021 se mantiene en el mismo camino. La responsabilidad de las empresas y países del norte global. Los objetivos del Acuerdo de París, cada vez más lejos y una nueva COP en ciernes.

Según el último boletín de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la concentración de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana y que causan el calentamiento global y la crisis climática, alcanzaron un nuevo récord en 2020.

En este sentido, el informe señala que la abundancia de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzó las 413.2 partes por millón en 2020, un nuevo récord mundial que sitúa al principal gas de efecto invernadero en un 149 % encima de los niveles preindustriales.

“Estamos muy lejos del camino marcado. Si se mantiene el actual ritmo de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura a finales de este siglo superará de lejos el objetivo establecido en virtud del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 o 2 °C por encima de los niveles preindustriales”, afirmó Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

Además del dióxido de carbono, la organización alerta del aumento del metano y del óxido nitroso, que presentaron 262 % y 123 % de los niveles de 1750, considerado el parámetro clave para comparar los niveles de concentración de gases de efecto invernadero actuales con los de la sociedad preindustrial.

A su vez, en el informe se alerta sobre la posibilidad de que, en el futuro, océanos y ecosistemas terrestres pierdan eficacia en cuanto que «sumideros», y ello merme su capacidad para absorber CO2 y ejercer en calidad de reguladores que eviten aumentos de la temperatura aún mayores.

«Muchos países están fijando objetivos para alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono y se espera que en la CP26 se produzca un aumento espectacular de los compromisos asumidos en ese sentido. Pero debemos cristalizar esas ambiciones en acciones que obren cambios en lo concerniente a los gases que impulsan el cambio climático. Debemos transformar nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte y todo nuestro estilo de vida. Los cambios necesarios son asequibles desde el punto de vista económico y viables en el plano técnico. No hay tiempo que perder», aseguró Taalas.

Una nueva cumbre con pocas expectativas

Este 31 de octubre tendrá lugar en la ciudad de Glasgow, Escocia, la vigésimo sexta edición de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático con líderes y delegaciones de 200 países entre los que estarán por Argentina el presidente Alberto Fernández.

La idea de esta nueva edición de la cumbre es superar el fracaso de la que se realizó en 2019 en la ciudad de Madrid donde se plantearon cinco objetivos y solo uno se cumplió.

El Acuerdo de París firmado en 2015 por 197 países y que entró en vigencia en 2020, tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 °C y perseguir el esfuerzo por mantenerlo a 1,5 °C en relación a los valores preindustriales. Los científicos estiman que superar los 2 °C implica pasar una barrera peligrosa con efectos desastrosos para las condiciones de reproducción de la vida en el planeta.

Desde 1820, en los inicios de la Revolución Industrial en el norte global, se vienen acelerando las emisiones de dióxido de carbono, sobre todo a partir del siglo XX. Actualmente, diez países con Estados Unidos a la cabeza son los responsables históricos de las emisiones de gases que calientan el planeta.

Un informe de 2017 realizado por la organización The Carbon Majors mostró que desde 1988 más del 50% de las emisiones corresponden a grandes empresas extractivas tanto privadas como estatales: Shell, ExxonMobil y Chevron, entre otras.

¿Qué consecuencias produce la crisis climática?

La crisis climática es parte de la crisis civilizatoria y socio ecológica que atraviesa la humanidad. Sus consecuencias socioambientales son múltiples y a la vez se retroalimentan unas a otras.

El incremento de eventos climáticos extremos, el derretimiento de los glaciares, el aumento de los niveles del mar, entre otros impactos  causados por el calentamiento global generan un aumento de la desigualdad social que va de la mano de la destrucción de las bases ecológicas de la vida.

Las inundaciones, sequías, pérdida de fuentes de agua dulce, huracanes más frecuentes, etc, generan migraciones de poblaciones enteras, destrucción de comunidades y fuentes de vida que a la vez provocan la pérdida de biodiversidad que asimismo se agudiza con la expansión de la frontera extractiva. Es decir, la crisis es sistémica.

Cambiar para que nada cambie

El norte global es el mayor responsable del calentamiento. Hace tiempo que las principales potencias del mundo reconocen el problema climático generado por la acción humana, sin embargo las soluciones que proponen acarrean más de un problema y no constituyen un verdadero replanteo de nuestra relación con la naturaleza.

El norte global propone un Green New Deal como programa de descarbonización para combatir la crisis climática sobre la base de intensificar el neoextractivismo en América Latina para extraer los minerales necesarios para su transición a energías renovables. Mientras, Latinoamérica asume los costos sociambientales de los extractivismos, profundiza su dependencia, su rol subordinado en el mercado mundial y la reprimarización de sus economías, más un acceso desigual a las futuras tecnologías verdes.

Este paradigma de crecimiento verde, surgido desde arriba e impulsado por los grandes capitales, no cuestiona las causas estructurales de la crisis que tienen su origen en el modelo de desarrollo de estas mismas élites. 

Por el contrario, la idea detrás de la economía verde tiene que ver con la falta de incentivos para dirigir inversiones hacía energías limpias para transformar las bases energéticas del capitalismo sin modificar su economía política.

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