Economía

27 octubre, 2021

Economía: ¿dónde estamos y a dónde vamos?

Claves para entender la coyuntura económica y pensar la salida de la crisis: inflación, caída del valor adquisitivo y el rol de las grandes empresas.

Sebastián Lastra

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En Argentina nos acostumbramos a convivir con niveles de inflación inusuales para la época actual del capitalismo global. Las causas de la inflación no son únicas, y la preponderancia de cada una difiere según el marco teórico adoptado y el período analizado: una economía dependiente, mercados oligopólicos, políticas económicas/monetarias, factores exógenos (inflación internacional) y la especificidad de la lucha de clases en nuestro país. 

Mas allá de las causas, el derrumbe inédito que implicó la pandemia a nivel económico tuvo, esquemáticamente, algunas consecuencias inmediatas en 2020: desaceleración del proceso inflacionario, caída del empleo no registrado, caída de los salarios de les que mantuvieron el empleo, y caída de las ganancias de los empresarios. 

Con la recuperación posterior que arrancó en 2021, algunos de estos puntos se revirtieron: se empezó a recuperar la economía y los niveles de empleo (aunque todavía sin alcanzar los índices previos a la pandemia), y se empezaron a recuperar las ganancias empresarias. Sin embargo, la contracara fue que la inflación recuperó los niveles pre pandemia, consolidando la pérdida salarial del período macrista.

Inflación

La inflación interanual se desaceleró durante el cierre de la economía resultante de la pandemia (aunque a niveles altos). Pero a medida que la actividad económica empezó a mostrar signos de recuperación, esa desaceleración se revirtió, recuperando los niveles del macrismo. 

Evolución de la inflación interanual 2019-2021

Economía Argentina inflación interanual

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Considerando la inflación interanual de 2021 para los principales cuatro rubros que constituyen el 57% de la canasta correspondiente al IPC, los alimentos son los que menos subieron (aunque por encima del promedio), registrándose los mayores incrementos interanuales en prendas de vestir y calzado, transporte y hoteles y restaurantes. 

Sin embargo, ciertas cámaras empresariales plantean que la inflación del último año responde a una especie de “compensación” por la baja inflación y rentabilidad del año de la cuarentena. Al comparar la inflación de los últimos dos años, se puede identificar que la dinámica de los rubros “alimentos y bebidas” e “indumentaria y calzado” tuvieron comportamientos disímiles a los observados en los otros dos rubros seleccionados. 

El incremento registrado en estos rubros, tanto en plena cuarentena como en la actual recuperación, fueron superiores al correspondiente al nivel general, por lo que la inflación en estos rubros difícilmente pueda explicarse por la contención de precios durante la época más restringida de la circulación durante la pandemia. 

Por su parte, la dinámica de los precios de los rubros “transporte” y “hoteles y restaurantes” (particularmente afectados por la pandemia) se caracterizan por una mínima contención en 2020, con aumentos levemente inferiores a los del promedio de la economía, que fue más que compensada por el incremento de precios en 2021.

Inflación interanual al mes de septiembre (sectores seleccionados)

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Más allá de la dinámica particular que tuvo cada uno de los sectores, al comparar la situación con la previa a la pandemia, los cuatro rubros seleccionados registraron incrementos superiores al del promedio del IPC.

Por último, hay que destacar que en términos comparativos el rubro de indumentaria y calzado es el que tuvo mayores incrementos, pese a ser un sector relativamente atomizado (sobre todo en la etapa de la confección). Por eso, el argumento de la economía oligopólica no parece ser lo suficientemente sólido para explicar la inflación de este sector.

Salarios y poder de compra

Los procesos inflacionarios tienen efectos negativos para muchos actores de la economía. Sin embargo, los sectores más afectados suelen ser aquellos que viven de su trabajo. El análisis de lo que sucede con este sector se puede realizar desde diferentes perspectivas.

Considerando a los niveles salariales, luego de una recuperación inicial en la pre-pandemia, el salario real tuvo una fuerte caída entre febrero y junio de 2020 para luego mantener una tendencia descendente, que no pudo ser revertida momentáneamente debido a los techos paritarios impuestos por el Ministerio de Economía (en torno al 30% inicialmente).

Evolución del salario real

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Esta caída del salario real se explica porque los aumentos de salarios son sistemáticamente superados por la inflación, lo que se traduce en la reducción del poder de compra. Dicha  caída del salario real en 2020 fue de 7%, y en lo que va de 2021, de 3% (en medio de una recuperación de la economía), acumulando una caída del salario real de 10% entre el mes de julio de 2019 y de 2021.

Variación interanual de salarios y precios

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Estos menores incrementos de los salarios respecto de la inflación tuvieron su correlato en la masa salarial (la parte de “la torta” de la economía que se apropian les asalariades). Desde 2017, la masa salarial apropiada por les asalariades viene disminuyendo sistemáticamente, alcanzando el mínimo de los últimos 6 años en 2021. Por otro lado, la participación en el valor agregado de los salarios también alcanzó el mínimo en 2021, luego de un 2020 en el que disminuyeron menos que el valor agregado (por lo que aumentaron su participación relativa).

Evolución de la retribución al trabajo asalariado en el valor agregado (segundo trimestre de cada año)

Fuente: elaboración propia en base a INDEC

Ganancias

Una contracara del aumento de los precios y de la caída del salario es la evolución de las ganancias de los empresarios. Si bien, a diferencia de lo que suele ocurrir con las estadísticas de los sectores populares, las ganancias de los empresarios no suelen formar parte de las estadísticas nacionales (si bien se supone que son reflejadas en los balances de las empresas), de la información disponible surge que en 2021 la recuperación de las ganancias empresarias fue muy superior a la recuperación económica.

En un reciente informe de CIFRA se analizó la rentabilidad de los principales productores de insumos de uso difundido que operan en mercados muy concentrados (Ternium, Aluar y Loma Negra). En términos generales se observan incrementos en las utilidades considerablemente superiores a los de 2020. En particular, la rentabilidad de Ternium alcanzó el 40%, niveles mayores no sólo a los de 2020, sino también a los de 2018 y 2019.

Sin embargo, esta mejora excesiva en la rentabilidad no parece ser exclusiva de los sectores “concentrados” de la economía. Durante el segundo trimestre de 2021, luego de una caída en 2020, la parte del valor agregado de la economía que se apropiaron los empresarios alcanzó su índice máximo. Mientras el valor agregado de toda la economía creció 18%, las ganancias aumentaron 27% (con salarios que disminuyeron 6%) y alcanzaron la mayor participación desde 2016 (51%).

Evolución del excedente bruto de explotación (segundo trimestre de cada año)

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Al analizar el incremento del excedente de 2021 por sectores de la economía, surge que el 67% del mismo se explica por el aumento en las ganancias de los sectores “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (27%), “Industria manufacturera” (23%) y “Comercio mayorista, minorista y reparaciones” (17%).

Entonces, ¿cuál es el problema? 

A pesar de la centralidad que adquiere el análisis de las causas de la inflación para su manejo, y de la importancia que tiene el control del precio de los alimentos para aquellos que viven de su trabajo, el problema inflacionario no puede reducirse a controlar a ciertos “sectores oligopólicos” de la industria alimentaria. Cualquier intento de controlar la inflación en nuestro país no puede dejar de construir condiciones para enfrentar a quienes, en un marco negativo general, se apropian de los “frutos” del proceso inflacionario. 

Esto requiere un efectivo control sobre sectores oligopólicos de la industria alimentaria (como se viene anunciando desde la Secretaría de Comercio Interior), pero esto es una gota en un océano si no se controla a los sectores oligopólicos y monopólicos de los insumos de uso difundido (acero, petroquímica, aluminio) y a otros sectores “no concentrados” de la economía. 

El problema no se reduce a unos pocos empresarios que operan contra el Gobierno. El problema no es la grieta ni exclusivamente el aumento en el precio de los alimentos. El problema requiere necesariamente una discusión en torno a la apropiación del valor agregado de toda la economía.

Así como sistemáticamente les trabajadores se enfrentan a techos salariales impuestos por las diferentes autoridades, es central que las patronales se enfrenten efectivamente a esas mismas reglas, ya que de lo contrario van a seguir empeorando las condiciones de vida de la mayoría de la población en beneficio de las minorías.

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