A Magalí Morales la asesinó la policía

A Magalí Morales la detuvieron en abril del 2020. Había salido de su casa para hacer unas compras, pero mientras sus hijos la esperaban en la casa de una vecina, la detuvieron por violar la cuarentena. Horas más tarde, apareció muerta en la comisaría 25ª de Santa Rosa de Conlara, en la provincia de San Luis.

Los policías que estaban a cargo del lugar en ese momento (Marcos Ontiveros, Gabriel Tarano, Johana Torres, María Eugenia Argüello y el comisario Heraldo Clavero) fingieron un suicidio, y la colgaron en una de las celdas con el cordón de su buzo. La primera autopsia realizada constató que Magalí (que había ingresado a la comisaría por sus propios medios) tenía “lesiones compatibles con la autodefensa” en su cuerpo, y que fue “herida de muerte en su celda”.

A pesar de la insistencia de la familia, las autoridades continuaban sosteniendo que se había tratado de un suicidio. Sin embargo, una nueva pericia demostró que “la medida del cordón y la bisagra donde se anclaba, el peso de Morales y la posición del cuerpo en la que se la encontró, no coincide con la posibilidad de un suicidio”. Magalí murió estrangulada.

“Nosotros venimos repitiéndolo desde ese día: mi hermana no se suicidó, a mi hermana la mataron. Van a tener que explicar todas las mentiras que nos han dicho, como los que me dijeron que Magalí estaba declarando en el juzgado y llevaba cinco horas muerta”, declaró Celeste Morales, la hermana de Magalí.

Y cuestionó: “¿Cómo puede ser que no haya un solo detenido por la muerte de mi hermana? Sólo indagados e imputados, cuando todos encubrieron, todos fueron cómplices. Desde el forense que hizo la primera autopsia, los policías que la golpearon y la mataron, hasta las mujeres policías que la tenían que cuidar y no hicieron nada para ayudarla. Mi hermana salió para cuidar a sus hijos. ¿Qué tanto mal pudo haber hecho para que le hicieran una cosa tan perversa?”.

Andrea, otra de las hermanas de Magalí, dijo a Revista Cítrica: “Ya salió la verdad a la luz. Ya se sabe que a mi hermana la estrangularon. Necesitamos que todo el mundo lo sepa, porque es una locura. Es urgente que el presidente Alberto Fernández intervenga la provincia”. Mientras tanto, sus familiares tienen prohibido ingresar a la comisaría 

“Vivo con miedo de que me hagan algo a mí o a mi familia. San Luis es una provincia llena de corrupción e impunidad. Ruego por mis hermanas cada vez que van a testificar”, continuó Andrea, que aseguró que si “les dieran perpetua a todos los responsables, sería un gran alivio y perdería el miedo a vivir en este país”. 

Actualmente, en el marco de la causa a cargo del juez Jorge Pinto, los oficiales Argüello, Torres y Ontiveros, junto con el comisario Clavero, están imputados por los delitos de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “privación ilegal de la libertad” por no haber informado la detención arbitraria de Magalí. El último lunes se presentó un informe para que la causa sea caratulada como “homicidio agravado”.

Según el informe anual de Correpi del año 2020, 348 personas murieron en manos del Estado entre el inicio de la cuarentena por la pandemia del coronavirus, el 19 de marzo, y el mes de diciembre de ese mismo año. Del total de casos registrados por la Coordinadora Antirrepresiva desde 1893, las dos modalidades más frecuentes de la represión fueron las muertes de personas detenidas (49%) y los fusilamientos de gatillo fácil (36%).