28 septiembre, 2021
Neuquén: la comunidad mapuche Fvta Xayen resiste al desalojo
Llevan dos días resguardando su territorio, que forma parte de la zona de Vaca Muerta. Notas dialogó con uno de los voceros de la Confederación Mapuche, el werken Gilberto Wilipan, y la antropóloga Alejandra Pérez.

Este martes por la tarde, la confederación mapuche de Neuquén denunció que la comunidad Fvta Xayen, ubicada en el paraje de Los Algarrobos, a aproximadamente 15 kilómetros de Añelo, recibió una orden de desalojo de los territorios que resguardan. La acción colectiva fue impulsada luego de que el empresario chacarero Fernando Galvan avanzara con topadoras sobre un territorio protegido, donde todavía yacen los restos de los miembros de la comunidad desterrada y acorralada desde hace décadas.
“La mitad de Los Algarrobos quedó bajo alambres de este chacarero, que puso una producción de frutas a partir de que en el año 1976 le otorguen la propiedad de estas tierras, que por supuesto eran de la familia Mardones, que fueron desalojados de ese lugar y corridos mucho más abajo”, dijo Gilberto Wilipan, vocero de la Confederación Mapuche de Neuquén, a Notas.
Con este corrimiento, la comunidad tuvo que desarrollarse en tan sólo una hectárea que no les alcanza para satisfacer las necesidades de autoabastecimiento. “Ellos hacen posesión de estas tierras desde tiempos inmemoriales”, añadió el werken, que señaló que “Fernando Galván hijo pretende esta vez, al entrar con la máquina pesada, desmantelar el campo para empezar a cuadricular y así llevar adelante el desarrollo productivo de estas tierras, como ya lo hizo sobre el margen del Río Neuquén”.
La antropóloga Alejandra Pérez explicó que el despojo de la comunidad Fvta Xayen comenzó en la década del 70’, precisamente durante la última dictadura cívico militar, cuando el descubrimiento de petróleo en la zona llevó a una ola de privatizaciones de los terrenos que luego formarían parte de Vaca Muerta. Meses previos a la explotación de estos yacimientos a partir del año 2012, la situación se volvió todavía más cruda, ya que hubo una nueva avanzada de titularizaciones de tierras fiscales que afectaron directamente a las comunidades que hoy en día se dedican a la crianza de animales.
“Todo lo que hoy es Vaca Muerta está caracterizado por poblaciones que se asientan en lo que fueron originalmente fortines, alrededor de los cuales trasladaban a esa población originaria que era de zonas mucho más productivas. Era el desierto neuquino, el suelo estepario patagónico, que era muy poco productivo, y eran unas tierras no demandadas”, precisó la antropóloga, y consideró: “Por eso se mantiene esta situación de subordinación, donde se les asignan tierras pero no se les reconoce nunca el título de propiedad, y las mismas quedan siempre en manos del Estado neuquino como tierras fiscales”.
Según Wilipan, “la familia de la comunidad mapuche Fvta Xayen está decidida a resguardar el espacio”. Esta vez, “buscan hacer la posesión a través de la construcción de una vivienda, que se le designa a uno de los matrimonios de esta comunidad”.
“Nuestras autoridades políticas del Consejo Zonal Xawvnko están en permanente conversación para ver de qué manera se le puede dar tratamiento a este tema, en una mesa que ya está instalada a instancia de la Fiscalía de Neuquén por un conflicto anterior entre la comunidad Kaxipayiñ y el Club Mari Menuco, que son particulares que se han instalado en la costa del lago con título de propiedad sobre 69 hectáreas”, continuó el vocero de la Confederación, que aguarda que el conflicto por las tierras de El Algarrobo se trate en esa misma instancia de mediación.
Por otro lado, las comunidades cuentan con que el Estado debe escuchar sus reclamos, ya que tiempo atrás la Corte Suprema de Justicia (CSJ) dictó un fallo en el que obligaba al estado provincial a ser parte del desarrollo de los recursos naturales en relación a las comunidades afectadas por sus proyectos.
En ese sentido, el werken advirtió que “este fallo de la CSJ da lugar para que nosotros le exijamos al Estado provincial que se regularice la titularidad de las tierras que cada comunidad está haciendo posesión a través de la crianza de animales”, ya que “el único sustento al alcance de la mano de las comunidades mapuche es convertirse en pequeños crianceros”.
Según la antropóloga Pérez, “el tema con la comunidad Fvta Xayen es que puntualmente los arrinconaron cuando se titularizó la región del Algarrobo en manos de un privado, que es el lugar donde nació la abuela de la comunidad”, que “figura en sus partidas de nacimiento que ahí vivió, que ahí se criaron sus hijos, y demás”, por el contrario de lo que sostiene el gobierno provincial, que intenta imponer un discurso que vincula a la comunidad con los intereses sobre el petróleo.
“Es un territorio comunitario, recorriendo la parcela se encuentran -a pesar de que han pasado las topadoras- restos de la vitalidad que había ahí, la descripción de qué había en cada lugar todavía está”, apuntó la especialista.
Por último, el werken advirtió que la Ley 26.170, que busca regular los dominios de las tierras de las comunidades, está por caducar en el mes de noviembre. “No estamos dispuestos a salir a mendigar nada, lo único que haremos es ejercer nuestro derecho y hacer valer los fallos que hubo a favor del pueblo mapuche”, sostuvo Wilipan.
Por eso, reafirmó su esperanza en que la mesa de diálogo pueda poner en agenda la situación de la comunidad Fvta Xayen, además de que en el marco de la Ley 26.160 releven los territorios que están en conflicto para poder determinar la delimitación de cada uno de ellos, y que el equipo técnico jurídico catastral pueda definir si hay presencia mapuche a través de los diferentes estudios que hagan sobre el espacio.
“Acá no se ha hecho no porque faltó tiempo, no se ha terminado con las carpetas porque hay una fuerte posición política del gobierno neuquino de no reconocer los territorios comunitarios para seguir entregándoselos a los particulares, a los amigos del poder, que son los mismos de siempre: los grandes terratenientes que existen en la Argentina y en Neuquén principalmente, que son herederos de aquellos que financiaron la mal llamada ‘Conquista del desierto’. Les están devolviendo la inversión que hicieron aquella vez en armas y logística, que se necesitaba para invadir nuestros territorios”, concluyó.
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