24 septiembre, 2021
No hay planeta B: razones para marchar este 24 de septiembre
Militantes socioambientales encabezarán una movilización histórica, global y federal. Dialogamos con activistas de Jóvenes por el Clima sobre la importancia de estas acciones en un mundo profundamente golpeado por el cambio climático.

“Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”. Esa es la premisa fundamental de los jóvenes que hoy en día encabezan la lucha contra el cambio climático. Este viernes por la tarde, realizarán una marcha histórica que se replicará a lo largo y ancho de todo el país, y que contará con apoyo internacional. Se trata de la primera medida masiva luego de un año y medio de pandemia.
La movilización fue convocada por la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones (BFS), integrada por organizaciones sociales, ambientales, movimientos, colectivos, agrupaciones antiespecistas, partidos políticos y autoconvocados. Entre los grupos adherentes se encuentra Jóvenes por el Clima, la representación de Fridays For Future en nuestro país.
Según Martina Gómez y Santiago Eulmesekian, militantes de la organización socioambiental, las razones por las que es importante asistir a la movilización son bien concretas: “Hay que ponerle un freno a los grupos económicos que se benefician a costa de nuestros territorios”, dice Martina, de 16 años. Para Santiago, “es importante manifestar con contundencia en las calles lo que la ciencia viene diciendo desde hace años: el cambio climático es real y es consecuencia del accionar humano”.
Semanas atrás, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático de Naciones Unidas (IPCC por sus siglas en inglés) lanzó un informe en el que se calcula que en los próximos 20 años el calentamiento global total probablemente aumentará alrededor de 1,5 grados Celsius. Como consecuencia, es posible que cerca de 1000 millones de personas en todo el globo sufran olas de calor más frecuentes que pondrían en peligro su vida.
A su vez, en el escrito se destaca que la acción humana es “muy probablemente” en un 90% el principal impulsor del retroceso global de los glaciares desde la década de 1990 y la disminución del hielo marino del Ártico. En este sentido, “no es posible descartar” como consecuencia una subida del nivel del mar que se acerque a los 2 metros a finales de este siglo.
Otro de los puntos centrales de la marcha es batallar contra el negacionismo del cambio climático. “Tenemos las suficientes evidencias científicas que nos vienen diciendo hace años que el cambio climático es real, y que es consecuencia de la acción humana”, señala Martina, que agrega que “los países tienen que alinearse a los compromisos internacionales con el objetivo de no superar el 1.5 grados Celsius de calentamiento, porque el tiempo se está agotando y necesitamos de acciones urgentes”.
En la misma línea, Santiago destaca que “se requiere un cambio estructural a través de acciones políticas que aborden la desigualdad, ya que el 1% más rico de la población emitió más del doble de gases de efecto invernadero que el 50% más pobre”. Para Martina, esto implica un “cambio estructural” que tiene que ser motorizado por “acciones políticas” concretas.
Particularmente en nuestro país, el movimiento socioambiental sostiene con fuerza la necesidad de una Ley de Humedales y una Ley de Envases con inclusión social. Ambas iniciativas, que esperan ser tratadas en el Congreso Nacional, están vinculadas al abordaje de las situaciones de desigualdad en nuestro país.
Por ejemplo, Martina retoma la reciente situación de “Nordelta, los carpinchos y los humedales”, además de los múltiples incendios forestales que sucedieron en el último año. “Una problemática de hoy en día es que no se defiende ni se asegura la protección de los humedales. El 21,5% del territorio argentino está cubierto por ellos, y constantemente las actividades humanas los destruyen”, indica la militante de Jóvenes por el Clima.
“Necesitamos una Ley de Envases con inclusión social porque, por ejemplo, en Argentina se producen todos los días 50 mil toneladas de residuos, y la mitad terminan en algunos de los 5 mil basurales a cielo abierto que hay en el país o en rellenos sanitarios”, continúa. Para Santiago, a estas normativas se le suma la demanda de que “se genere un plan de acción y financiamiento para la adaptación al cambio climático”, que va de la mano con reforzar las leyes vigentes de protección ambiental.
En ese sentido, Martina adhiere que “es necesario demostrar que la voz por la acción climática está muy presente en el territorio, y que se necesita de más actores que nos representen y entiendan que se tienen que tomar medidas urgentes, y que se tiene que contar con una gestión de políticas públicas que esté enmarcada en esta agenda”.
Los militantes aseguran que se tratará de una movilización histórica, en la que la juventud y los sectores vulnerados jugarán un rol central. Según Santiago, la juventud es uno de los sectores “más energéticos” y que percibe “la realidad con optimismo”. “Por eso nos involucramos activamente, influyendo en la toma de decisiones y así intervenir en el curso de la historia”, asegura.
“Lo que va a pasar en las calles y la importancia de la juventud en la batalla ambiental es una forma de relevamiento de la voz de los ciudadanos. Tienen que abrirse las puertas a la voz joven, a los movimientos sociales que están encabezados por nosotros y nosotras, porque es nuestro futuro, y lo decidimos entre todos con igualdad de género, con equidad social y con especial participación de los más vulnerados y vulneradas”, completa Martina.
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