21 septiembre, 2021
“Moroni representa una mirada moderada sobre el rol del Ministerio de Trabajo”
En el marco de los debates sobre el aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil, Notas dialogó con José Luis Farías, delegado de Salud Laboral en la Junta Interna de ATE Trabajo.

Una de las problemáticas que se tradujeron en la crisis interna del Frente de Todos es la situación económica de los trabajadores. Con una inflación interanual del 51,4% acompañada de la caída del poder adquisitivo, cada vez es más difícil llegar a fin de mes. Notas dialogó con José Luis Farías, delegado de Salud Laboral en la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del Ministerio de Trabajo, sobre el camino que debería tomar el Gobierno Nacional para responder a las necesidades de los trabajadores.
-Luego de la derrota del FDT en las urnas, se generaron distintas discusiones sobre la necesidad de un “cambio de rumbo” de la actual gestión, lo que culminó en la incorporación de nuevos ministros al gabinete nacional. ¿Qué posición ocupó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en este debate?
-Me parece que la derrota electoral echó más claridad sobre la necesidad de reorientar la política del Gobierno Nacional en términos sociales, económicos y salariales. Digo que echó más claridad, porque ya se venía planteando desde algunos sectores, inclusive se venía expresando en el cruce de algunos discursos de campaña dentro del mismo Frente de Todos.
En este marco, en el cual se discute la necesidad de un cambio de rumbo, el ministro Moroni representa la continuidad de una mirada moderada sobre el rol que debería cumplir en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. De hecho, al inicio de la gestión el rol del Ministerio de Trabajo estuvo bastante desdibujado en líneas de políticas públicas. Igualmente, no creo que esto sea solamente un problema de nombres o inclusive del papel que puede jugar un Ministerio, sino de una orientación más general que marca el tipo de política pública que se pueden desarrollar los organismos del Estado.
-Tanto a la interna como hacia la externa, Moroni es sistemáticamente señalado como uno de “los funcionarios que no funcionan”. Sin embargo, su cargo no estuvo en tela de juicio. ¿Por qué crees que sucedió esto?
-El ministro Moroni llegó al Ministerio de Trabajo de la mano del presidente Alberto Fernández, sin contar con un nexo conocido con el mundo sindical. Creo que su continuidad obedece más a la búsqueda de un nuevo equilibrio de fuerzas al interior de la alianza de gobierno, que se debió redefinir rápidamente tras la crisis política desatada por las presentaciones de las renuncias ministeriales luego de la derrota electoral. No es menor que la conducción de la CGT haya manifestado su conformidad con la ratificación del ministro.
Claramente, en esta tensión abierta entre el sector cercano a Alberto Fernández y el kirchnerismo, la CGT salió a reafirmar su apoyo al presidente. En este marco, su conformidad con la continuidad de Moroni es en función de poner freno a cualquier avance relativo de sectores más ligados a la figura de Cristina Fernández que pongan en cuestión el equilibrio de fuerzas dentro del Gobierno Nacional.
-Mientras que la canasta básica familiar se mantiene cerca de los 68 mil pesos, el actual Salario Mínimo, Vital y Móvil no alcanza los 30 mil pesos. ¿Qué expresa esta realidad?
-La fijación del salario mínimo en nuestro país siempre ha tenido el rol de establecer un piso mínimo de garantía salarial para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras, y en especial para los trabajadores informales. El hecho de que hoy su nivel se encuentre por debajo de la canasta básica familiar expresa una debacle en términos económicos y sociales. El Ministerio de Trabajo tiene obviamente una responsabilidad particular, porque justamente es un organismo que interviene en relación al mundo laboral, los niveles salariales, y los avances o retrocesos de los derechos de los trabajadores.
Sin embargo, me parece que hay que señalar que esta situación viene de una orientación política general, donde obviamente el Ministerio es una parte interviniente en esta situación. Hay una política económica que hasta el momento viene poniendo el acento en el proceso de negociación con el FMI, en mantener ordenadas las cuentas sin atender esta situación.
Estamos hablando del salario mínimo porque justamente es lo que se está discutiendo, pero también sabemos que los trabajadores en blanco, que justamente no son el escalón más bajo en el mundo de los asalariados, tampoco llegan a fin de mes con sus salarios medios. Es algo que el Ministerio debe atender, y que debe formar parte en el marco de una nueva orientación de cambio en el rumbo de la situación económica.
El Ministerio de Trabajo necesariamente debería cumplir un rol activo en la generación y expansión de políticas que tiendan a la empleabilidad, con recursos, que se sostengan en el tiempo. Tienen que estar orientadas a los trabajadores y trabajadores que han perdido su empleo durante la etapa macrista y la pandemia, y también tienen que incidir en la recuperación salarial del conjunto de los trabajadores.
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