18 septiembre, 2021
Jorge Julio López: la herencia de la dictadura colada en el presente
El albañil, que vivía en la localidad platense de Los Hornos, aportó su historia de desaparición forzada y con su testimonio no sólo demostró valentía sino que sentó un precedente histórico.

Se cumple un nuevo aniversario de la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López, militante peronista y albañil que, habiendo sido secuestrado y torturado durante la última dictadura cívico, militar y eclesiástica, dio testimonio en 2006 en el juicio que condenó a cadena perpetua al ex jefe de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz. Poco después de declarar y un día antes que se dictara la sentencia, fue desaparecido y nunca más se supo de él.
Oriundo de la localidad de General Villegas y asentado en la localidad platense de Los Hornos, López estuvo detenido-desaparecido en los centros clandestinos de detención El Destacamento y Pozo de Arana, como así también en las comisarías 5° y 8°, y en la Unidad N°9 de La Plata, en un lapso que duró dos años y medio.
Aportó su historia para que se sepa que la herencia de la última dictadura militar se coló en las ranuras del presente, y con su testimonio no sólo demostró valentía sino que sentó un precedente histórico.
Escribió en papeles sueltos y arrugados, hojas de cuadernos, presupuestos de corralones, y reversos de etiquetas de gaseosas el horror vivido durante su desaparición.
En el doble fondo de una caja de herramientas escondió unos 30 escritos que luego aportaron datos clave sobre la desaparición de varias personas y sobre la responsabilidad criminal del Terrorismo de Estado.
“Archivo negro de los años en que uno vivía en donde termina la vida y empieza la muerte”, tituló al conjunto de sus escritos. Se presume que comenzó a escribirlos a finales de la década del ‘90 cuando se llevaban adelante los Juicios por la Verdad en la ciudad La Plata.
Responsabilidad estatal
La historia de su desaparición y la causa judicial que investiga la misma está teñida de irregularidades y pistas falsas. Sin embargo, la lucha por Memoria, Verdad y Justicia tuvo su cauce en la lucha de organizaciones sociales y de derechos humanos, que cada 18 de septiembre se encuentran en las calles de La Plata para exigir respuestas.
Desde septiembre de 2006 hasta el presente fueron estas entidades quienes levantaron la bandera por la aparición de López. Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, recordó hace unos años, en diálogo con Radionauta FM 106.3: “Siempre la fecha de López se vive con angustia, porque se sigue con impunidad; no lo entendemos ni lo justificamos”.
¿Cómo entender lo que sucedió con López? No pueden no mencionarse las fuerzas de seguridad y las responsabilidades que les pesan a las autoridades gubernamentales encargadas de cuidarlo, porque fue un testigo clave y no se lo trató como tal.
Según su abogada, Guadalupe Godoy, si bien el Estado no fue responsable del momento ni de la decisión de secuestrarlo y desaparecerlo -rol que le fue adjudicado a fuerzas paraestatales- es quien debe “decir dónde está y quiénes se lo llevaron, y que haya justicia por ese caso”, señaló. Además, sostuvo: “Nadie está más o menos desaparecido de acuerdo a cuánto nos gusta un gobierno. Hay responsabilidades institucionales”.
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