Géneros

16 septiembre, 2021

“No más presas por defenderse”: Elisa consiguió la libertad condicional

Tras un año y medio de permanecer en prisión domiciliaria por defenderse de su marido violento, la justicia falló a su favor. Dialogamos con sus abogados defensores, Paolo Zaniratto y Jonathan Cano, sobre los detalles de la causa.

Crédito: Bárbara Leiva

Daniela Errecarte

@DanoErrecarte

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Desde el 14 de febrero del 2020 que Elisa, vecina del barrio de La Boca, permaneció con prisión domiciliaria por defenderse de su marido violento. Ese mismo día comenzaron las investigaciones en el marco de una causa donde se la acusaba de haber cometido el delito de “homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa”, que prevee una pena de 20 años de prisión. Sin embargo, en los últimos días su caso tuvo el mejor final posible.

Gracias a los planteos de sus abogados defensores Paolo Zaniratto y Jonathan Cano, Elisa consiguió la libertad condicional y se le redujo la pena a tres años por cambios en la acusación, que pasó a ser “lesiones graves”. Como la mujer de 37 años ya cumplió un año y medio de prisión preventiva, es cuestión de poco tiempo para que consiga la libertad definitiva.

El letrado Cano explicó en diálogo con Notas que el objetivo de la defensa “siempre estuvo puesto en el beneficio de Elisa”, logrando llegar a un acuerdo con la fiscalía. “Lo que teníamos en mira era que se reduzca la pena de forma voluminosa, cosa de que Elisa quede a las puertas de su libertad. Esa libertad se terminó de dar técnicamente cuando el tribunal dio lugar a nuestro pedido de libertad condicional, pero tomó forma efectiva el día lunes. Elisa terminó siendo una mujer libre, como debió haberlo sido siempre”, añadió.

El doctor Zaniratto, por su parte, consideró que “cuando se presentó la posibilidad de hacer este acuerdo con el fiscal en un juicio abreviado, realmente encontramos la mejor solución, porque si efectivamente se llevaba a cabo el juicio oral corríamos el riesgo de que ella fuera condenada a 20 años de prisión”.

El proceso judicial constó de dos partes que tuvieron sus propias características. La etapa de instrucción, que es cuando se realizan las investigaciones del hecho y la recolección de las pruebas, fue la más polémica ya que, según Zaniratto, “fue demasiado rápida en perjuicio de Elisa”.

“Muchas veces cuando los acusados son los varones en causas de femicidio, por ejemplo, las etapas de instrucción duran mucho tiempo y, dependiendo el caso, esto a veces se asemeja mucho a la impunidad”, detalló el defensor, señalando las diferencias con la situación de Elisa, que quedó detenida con prisión preventiva el mismo día en el que se denunciaron los hechos.

Durante el año y medio previo al juicio oral, Elisa se vio en una situación de vulnerabilidad extrema. Sin percibir ingresos más que ayudas sociales y cumpliendo con la prisión domiciliaria, sostuvo a su familia compuesta por sus cuatro hijos. 

Sin embargo, “la etapa de juicio oral fue bastante contraria a la de instrucción”. El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 18 de la Capital Federal, donde se tramitó la causa, le permitió a Elisa salir a buscar comida al comedor, llevar a sus hijos a la escuela o asistir al banco para recibir alguna ayuda social, a pesar de su detención domiciliaria. Finalmente, dio lugar a los pedidos de la defensa, garantizando su libertad condicional hasta que se cumpla la pena de tres años.

“La verdad es que el Tribunal que se hizo cargo de la causa aplicó una justicia mucho más cercana a Elisa, atendiendo sus necesidades y haciendo lugar a los planteos, recursos y peticiones que nosotros hicimos en su defensa. Fue mucho más sensato. Se la escuchó y se llegó a una solución mucho más justa y ecuánime, sobre todo teniendo en cuenta el proceso que pasó”, celebró Cano.

Las organizaciones sociales, feministas y por los derechos humanos también jugaron un rol central en el apoyo a Elisa durante el proceso judicial. Tal como relata Jonathan, “han sido muy importantes para hacer un acompañamiento, acercarle lo que necesite, para escucharla y prestarle un oído, para ayudar a sus hijas si tenían que ir al colegio, para llevarle un tupper con comida”, además de la centralidad que tomaron en la difusión del caso. 

“Llegar a este final del proceso con Elisa pudiendo llevar a sus hijos al colegio -que es algo de lo que más rescato de ella, el amor que tiene por sus hijos- hace que estemos contentos del accionar en general, sobre todo en este último tramo. Sabemos todo lo que pasó, todo lo que vivió, y todo el agua que tuvo que pasar por debajo del puente para que se pueda llegar a este final”, concluyó Jonathan Cano. 

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